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Revista Filipina
Segunda Etapa. Revista semestral de lengua y literatura hispanofilipina.
2023, volumen 10, n
úmeros 1-2

BIBLIOTECA Y ACTUALIDAD


EL ORATORIO DE SAN JOSÉ
Crónicas Quebequenses

Escrito por
ALEJANDRO SOTTO


El Oratorio de San José es una estructura imponente cuya cúpula es maciza y gigantescas que se puede ver desde muy lejos.  Es un sitio histórico con un aspecto sumamente estético.  El retrato del Oratorio está impreso en muchas tarjetas postales y ha servido como inspiración a muchos pintores y escritores.  Entramos a pie y nos encontramos en frente del Oratorio rodeado por un territorio amplio con jardines, rocas inmensas y por lo menos unos cien peldaños que nos conducen ante él.  Pero evitamos el cansancio y el sudor y tomamos una mini-furgoneta que nos lleva fácilmente sobre la colina en la entrada del Oratorio.
…..La construcción del Oratorio se terminó en 1967, con muchos arquitectos e ingenieros trabajando en el proyecto. En 2010, el Papa Benedicto XVI canonizó al fundador del Oratorio, Fray André Bessette. Durante su vida, largas hileras de personas vinieron a Quebec para encontrarse con Fray André, con el fin de curarse de sus enfermedades.  La tumba de Fray André se halla en el Oratorio y la gente deposita ramos de flores en aprecio de los milagros que han recibido.
…..Luego, desembarcamos en el quinto piso, donde hay una terraza o un gran espacio al aire libre, que ofrece un vistazo panorámico de la ciudad que incluye el horizonte azul y, abajo, los confines de la tierra, y una sierra de montañas en la lejanía.
…..Desde lo alto se puede ver el tráfico con coches y autobuses de tamaño pequeño indicando que el ser humano es insignificante comparado con la grandeza de la tierra.
…..Las campanas suenan y llenan el aire con un estruendo fuerte para despertar y llamar a los fieles de asistir a la misa.
…..Luego, bajamos al tercer piso y nos encontramos en la cripta o en la capilla, bajo la iglesia principal. Hay aquí una gran estatua de mármol de San José agarrando al niño Jesús en sus brazos. Esta cerca del altar y algunos turistas toman fotos de ella. Hay una vasija de piedra que debiera contener agua bendita, pero debido al virus, se queda vacía. Los asientos están vacantes, ya que la misa se celebra arriba en la basílica. Detrás de la cripta hay estantes de velas que encienden los fieles pidiendo algún favor.
…..Después, subimos al sexto piso a través de algunas escaleras eléctricas que facilitan nuestra trayectoria. Nos sentamos cerca del altar donde se encuentra un recipiente, con la hostia sagrada, el cuerpo de Cristo.  El cura lo alza y bendice a la congregación que ha llegado temprano.
…..Miramos hacia arriba y vemos la bóveda inmensa con ventanas multicolores y que filtran la luz del sol en matices de naranja, verde y azul.  Dos estatuas cerámicas de ángeles saludan al parroquiano al entrar en la basílica.  Dos musiqueros tocan sus instrumentos, se sitúan al lado del altar.  Uno canta himnos religiosos mientras que el otro toca el tambor.
…..Cerca de las tres de la tarde. la basílica esta ya llena de gente. Algunos con niños en las manos de sus padres.  La misa comienza y el cura entra acompañado de diáconos y demás ministros.  La misa se dice en español, ya que hay un sin número de hispanos que viven en Montreal. El sermón del cura se trata del amor a su prójimo.  En un mundo ajetreado por negocios y quehaceres, hay que conservar tiempo para pasarlo bien junto a sus parientes, hermanos y esposa. Durante el sacrificio del cuerpo y la sangre de Cristo, nos arrodillamos en el suelo, no hay almohadas en los tobillos. Quizá yo fuera el único filipino que asistió a la misa en español, para adiestrar mi conocimiento de la lengua.  La gran cantidad de latinos que asistieron a la misa es una señal de una fe católica vivaz, que es herencia cultural en el mundo hispánico. Al concluir la misa, nos despedimos de la basílica, haciendo una cola ordenada para bajar las escaleras.
…..Paramos un rato para ver lo que hay en la tienda especializada en mercancías religiosas. Al entrar, se puede hallar un estante de productos fabricados por los monjes trapistas, como botellas de miel y barras de chocolate y almendro, igual que postres de jarabe de arce. Notamos también que hay muchos rosarios colgados en una pared, portallaves y estampitas en casillas de plástico. En la sección española, se venden libros de la vida de los santos, novenarios y misales que contienen oraciones para todo el año. Al lado, en frente de la pared, se puede hallar un estante cubierto de vidrio transparente con estatuas de varios tamaños, grandes y pequeños, del Fray André, de San Francisco de Asís, de Sta. Therese de Lisieux, de San Antonio de Padua y de la Madre Teresa de Calcuta.
…..Quizá sea a causa de mi fe católica que escribo estas líneas. No se puede separar la religión del ser innato de un filipino, ya que es parte de su cultura y creencia. No importa dónde se encuentre un filipino, lleva siempre consigo la búsqueda de cosas espirituales, un interés profundo por la divinidad de Cristo

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Oratorio de San José en Montreal,
con una de las cúpulas más grandes del mundo