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Revista Filipina
Segunda Etapa. Revista semestral de lengua y literatura hispanofilipina.
Verano 2020, volumen 7, n
úmero 1

ENSAYOS
INVESTIGADORES Y PROFESORES

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EJM Cabrillos


DE FANÁTICO DE TELENOVELA A PROFESOR DE ESPAÑOL

EDBERT JAY M. CABRILLOS
UNIVERSIDAD DE ANTIQUE, SIBALOM, ANTIQUE
En la Filipinas de los 90 se introdujeron las telenovelas latinas. Éstas, tratando los temas típicos del género: familia, amor, peleas contrastes, etc., entretenían a filipinos de toda clase y todo tipo sin distinción de edad, sexo o profesión y, en efecto, muchos expectadores se convertían en fanáticos de estos programas, y, de hecho, yo era uno de ellos.
….Las telenovelas solían venir de Perú, Venezuela y Argentina y se veían dobladas en filipino, sin embrago las más famosas eran las de México: Thalía fue quizá la más exitosa, pero recuerdo también otras como María Mercedes, Marimar, Rosalinda y María la del Barrio.
….Estaba en la primaria cuando se introdujeron las telenovelas latinoamericanas en Filipinas, precisamente tenía 6 años, cuando vi María Mercedes. Estaba en la casa de un maestro donde se podía ver la televisión porque nosotros no teníamos electricidad en casa en aquella época. Mientras la veía, especialmente la cabecera y el cierre, me preguntaba por qué cantaban en otro idioma distinto al de los diálogos; se lo pregunté al maestro y me contestó que cantaban en español. También se lo pregunté a mis abuelos (porque crecí con ellos) y me dieron la misma respuesta o, mejor dicho, dijeron: “Kastila” es decir, castellano.
….Después de ver el episodio de una telenovela, el maestro me mandaba sacar el diccionario español-inglés que él tenía. Allí intentaba buscar y leer alguna que otra palabra. Fue así que primero aprendí el alfabeto y luego empecé a leer las palabras españolas, aunque no podía pronunciarlas bien. Recuerdo que no pronunciaba bien la doble ele y como todo filipino, producía el sonido “elye”, pero después de varias repeticiones de mi maestro, lo logré. Desde entonces, empecé a usar algunas palabras españolas en la casa y la escuela. Además, yo era el portador de la llave de la biblioteca en aquel entonces y mi interés por saber más sobre el idioma español me había empujado a leer libros de historia. En 2000, estando en el 5° grado, empecé a leer con frecuencia y curiosidad The Book of Knowledge (El Libro de Conocimiento) una obra de varios volúmenes; allí, leí las historias de los occidentales incluida la de España.
….En 2003 terminé mi escuela primaria. El interés por saber más español continuó en mi escuela secundaria. Seguí leyendo y consultando varios diccionarios y libros de tema histórico, y continué aprovechando toda ocasión para hablar con los maestros algunas palabras en español, cosa que hacía que mis compañeros, que no entendían, chismearan. Pero una fuente viva de lengua para mí fueron mis abuelos: siempre les preguntaba qué palabras sabían en español y así me enteré que mis abuelos conocen mucho léxico porque me dieron ejemplos de muchas palabras en español o similares. Tenía un cuaderno donde iba apuntando cada nueva palabra.
….Durante la universidad pude leer muchos libros encontrados en la biblioteca, eran libros de poesía en español, pero también de historia. Además, seguía hablando con mis compañeros sobre la belleza del idioma español. Infelizmente, al terminar mi segundo curso, por necesidades económicas, tuve que salir de la provincia para poder trabajar y financiar mis estudios. En 2009, fui a Manila, la capital del país, allí tuve más fácilmente acceso a internet, lo cual me abrió la puerta para aprender y mejorar el idioma. Fue a través de Facebook que entré en contacto con muchos hispanohablantes de todo el mundo: estos nuevos amigos me enseñaron léxico, modismos, estructuras de la lengua, con ellos no solo practicaba el idioma, sino que también intercambiaba ideas y aspectos de nuestras propias culturas, de este modo empecé a escuchar música en YouTube, en fin, aunque por razones de trabajo tuve que abandonar de nuevo mi estudio de la lengua, la tecnología me proporcionó muchos medios para aprender el español.
….Regresé a la provincia en 2012 y decidí estudiar nuevamente. Cuando se abrió el semestre en junio, ingresé a la Universidad de Antique, saqué el grado en Educación Secundaria y me concentré en Estudios Sociales. Durante mi estudio, mi interés por el idioma volvió de nuevo. Como ejercicio empecé a componer cuentos y ensayos cortos en español. Además, comencé a hablar con algunos hispanohablantes que conocí en la Universidad y en otros sitios de la provincia durante mis vacaciones y seguí usando las redes sociales como medio para practicar el idioma.
….Terminé mis estudios en abril de 2016, y unos pocos meses después en la Universidad de Antique donde había estudiado, solicité una plaza de medio tiempo en Estudios Sociales, no necesitaban ningún profesor en mi especialidad, pero sí que estaban buscando a un profesor fijo de lenguas extranjeras para la Facultad de Negocios y Contabilidad. ¡Así fue como lo que siempre había sido mi pasión se convirtió en mi profesión! Y es el motivo por el cual hoy en día imparto no solamente estudios sociales en mi universidad sino también español.
….En conclusión, yo aprendí el español, no gracias a una educación formal en la escuela, que en cuanto al idioma español carece en Filipinas, sobre todo en la provincia, sino por mi propio esfuerzo a raíz de la pasión exagerada que los filipinos sentimos hacia las telenovelas hispanoamericanas. Considerando el legado cultural y lingüístico que la colonización española nos dejó, creo que aprender español no es tan difícil para los filipinos y sin duda puede ser fuente de mejora profesional, como ha sido para mí, y de apertura mental en este mundo cada vez más sofisticado, complejo e interconectado por la globalización.