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Revista Filipina
Segunda Etapa. Revista semestral de lengua y literatura hispanofilipina.
Verano 2020, volumen 7, n
úmero 1

ENSAYOS
ESCRITORES Y ARTISTAS

PDF:
G. L. Centina Ramos III


MI CAMINO PERSONAL HACIA MIS RAÍCES ESPAÑOLAS

GILBERT LUIS CENTINA RAMOS III, OSA
ESCRITOR
El descubrimiento de Filipinas por Fernando de Magallanes en 1521 fue un hito histórico que cambió no solo la trayectoria del mundo sino mi propia historia personal. Fue un acontecimiento que demostró de una vez por todas a todo el mundo, que entonces sólo estaba surgiendo de las creencias de la Edad Media, que la Tierra era redonda con la primera circunnavegación del mundo, una tarea que Elcano cumplió por Magallanes, quien había fallecido en la Batalla de Mactán.
….En 1565, cuarenta y cuatro años después del descubrimiento de Filipinas, el evento trascendental llevó al establecimiento de los primeros asentamientos permanentes españoles en Filipinas con la llegada de Miguel López de Legazpi en Cebú, acompañado por los pioneros evangelizadores religiosos de la Orden de San Agustín. Seis años más tarde, en 1571, Manila se fundó como la capital de la nueva nación que se llamaba Filipinas. Los libros de historia de Filipinas han reducido este evento solo como la fundación de la capital —Manila— cuando, en realidad, el 24 de junio de 1571 también marcó la fundación de las Islas Filipinas como una nación soberana.
….Antes de la llegada de los españoles, no existía Filipinas como nación de la que poder hablar. El archipiélago estaba formado por tribus dispares que no se consideraban filipinos. Hacían intercambios unos con otros, pero a veces se peleaban por la supremacía. De hecho, fue la rivalidad entre Humabón, el reyezuelo de Cebú, y el líder de Mactán, Lapulapu, lo que llevó a la muerte de Magallanes.
….Le debo mi vocación como fraile agustino, poeta y autor arraigado en los clásicos occidentales al descubrimiento de Filipinas por Magallanes. A través de él, las Islas Filipinas se adentraron en el ámbito de la civilización occidental, se convirtieron en la única nación cristiana mayoritaria en Asia y, por extensión, me llevó a descubrir la orden agustiniana que las expediciones después de Magallanes habían traído a mi país, especialmente la de Legazpi en 1565: la expedición de Legazpi trajo a Filipinas el famoso navegante agustino, Fray Andrés de Urdaneta, así como a sus cuatro compañeros frailes: Andrés de Aguirre, Martín de Rada, Diego de Herrera y Pedro de Gamboa. Lo anterior debería ser enfatizado ya que estos son eventos clave que contribuyeron a mi propio viaje personal como fraile y escritor: fue bajo la dirección de los frailes agustinos españoles en el convento agustiniano de Intramuros donde comencé no solo mi sacerdocio en la Iglesia católica romana, sino también mi sacerdocio en la literatura. Como escritor de lengua española empecé mi menester en los 70 cuando publiqué varios poemas en revistas estudiantiles y sobre todo en el periódico filipino La Nueva Era, de hecho, Edmundo Farolán Romero me incluía, al lado de Federico Espino Licsi hijo, de Guillermo Gómez Rivera y de él mismo, en la que llamó “Grupo vanguardista”1.
….Sin el estudio de las obras de San Agustín y otros Padres de la Iglesia, mi carrera como escritor habría sido un ejercicio de poca profundidad, en esencia como solemos ver en las redes sociales. El legado de España ha cambiado mi vida profundamente, a partir de mis antepasados que fueron educados en las formas occidentales que transmitieron a mí y a mis hermanos. El idioma español me ha llevado en peregrinación al mundo hispano donde he vivido muchas experiencias únicas que me han enriquecido como escritor. Me ha conducido desde el convento de Intramuros, que por cierto fue la sede del gobierno colonial español durante más de tres siglos, hasta los matorrales del Perú, a la selva de asfalto de El Barrio en Nueva York, y a varios rincones de España, particularmente en el País Vasco, origen del Padre Urdaneta, el Adelantado Miguel López de Legazpi y otros conquistadores. De hecho, gracias a ellos y otros vascos, mi país se convirtió en una nación cristiana. También trajeron educación formal al país e introdujeron varios medios de agricultura y ganadería. Establecieron un gobierno central funcional y unidades gubernamentales más pequeñas para gobernar el país.
….Cursé los estudios filosóficos en la Universidad de Santo Tomás, de Manila, gracias a los españoles que la fundaron en 1611 como la universidad más antigua de Asia. Cuando era estudiante de Filosofía en la Universidad de Santo Tomás, hice historia como primer seminarista elegido como editor literario de Varsitarian, publicación oficial de alumnos. Bajo la dirección de los padres agustinos españoles de Intramuros, estudié Humanidades, Latín y Lengua Española durante tres años.

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Soy buen conocedor de las labores de los hispanistas de Filipinas, dedicados a difundir, defender y enaltecer el idioma español. Contribuyo a esta noble pelea de los hispanistas en Filipinas. 
….Soy un enérgico defensor de preservar el idioma español en Filipinas como parte integral del plan de estudios en todas las escuelas. A lo largo de los años, el español ha sido víctima de un sentido erroneo del nacionalismo por parte de algunos elementos equivocados en el sistema educativo de Filipinas. Su miopía ha dado lugar a la abolición de la enseñanza del español en las escuelas por la constitución filipina de 1987.
….La importancia del español como segunda lengua más hablada en el mundo no se puede ignorar, especialmente en esta época de globalización.
….El conocimiento del idioma es una herramienta vital para proporcionar empleo a la fuerza laboral de jóvenes filipinos. Hoy en día, España es un imán para los trabajadores en la diáspora filipina. Llegará el momento en que el conocimiento de este idioma será útil cuando las naciones en desarrollo en América Latina también necesiten la experiencia de los profesionales filipinos, de hecho, ya puede verse un número creciente de filipinos trabajadores de ultramar contratados por empresas multinacionales y desplegados en México, por ejemplo, donde tienen oficinas o fábricas. No tiene ningún sentido que Filipinas abandone el español por un falso nacionalismo.
….Pero, lo que es más importante, la lengua española forma parte del alma filipina porque es un repositorio de grandes escritos filipinos que llevaron a la independencia filipina. Estos escritos son importantes para entender y definir la identidad filipina. No saber la lengua española roba a la nación filipina su propia alma, que es tanto hispana como asiática, y muchos tesoros culturales e intelectuales permanecerán ocultos a la vista si la tendencia no se invierte. Si bien el Departamento de Educación, gracias a la ex presidenta Gloria Macapagal Arroyo, ha tomado medidas para reintroducir el español en las aulas filipinas, aún queda mucho por hacer. Sin ninguna duda, los años de su destierro por parte de los filisteos dentro y fuera del gobierno ha exigido su precio. Ahora corresponde a los educadores, guerreros culturales y cualquier persona que se preocupe por el futuro de la nación filipina animar a la generación más joven a continuar la lucha solitaria liderada por tales gigantes literatos filipinos en español como Guillermo Gómez Rivera.
….La lucha por preservar el español y mantenerlo vivo entre los jóvenes seguirá siendo difícil mientras algunos historiadores filipinos sigan demonizando a España en los libros de texto por sus defectos como gobernante colonial. Para ellos, el nacionalismo significa odio por los demás, incluida la aversión a todo lo relacionado con España. Lamentablemente, el idioma español se convierte en un daño colateral en sus esfuerzos contraproducentes que no logran nada más que limitar el horizonte de la nación filipina.

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Poco después de mi ordenación al sacerdocio en 1975, me ofrecí como misionero en Perú. Me quedé en España unos meses para repasar mi español antes de ir a Iquitos. En la Amazonia, conocí a una mujer y a su hijo en la jungla, meciéndose con la brisa en una hamaca entre dos árboles. Le pregunté por qué hablaba español y ella respondió, “Custumbre”. En El Barrio en Nueva York, muchas personas de habla hispana se me acercaban porque sabían que hablaba español, aunque no tan perfecto como me hubiera gustado. En efecto, cuando me asignaron a Neguri (España), me sentía como un pez fuera del agua sin mi conocimiento del idioma español.
….Mi gratitud a España como la Madre Patria de Filipinas me guió a escribir dos poemarios bilíngüe (inglés/castellano) Diptych/Díptico, Plus ultra y otros poemas, el poemario en inglés Madre España and Illustrated Love Poems y la colección bilíngüe todavía inédita Recovecos/Crevices. Los versos de Madre España celebran a España y al pueblo español como una idea extensible que va más allá del lema español de “Plus Ultra”; el poema que da el título a ese libro es el siguiente:





Madre España

Madre España, tierra de encantos quijotescos,
madre de muchas naciones, cuna de
conquistadores y santos innumerables,
defensor inflexible de la fe verdadera,
depositaria de la cultura,
custodio de los clásicos,
Madre España, guardián de las leyes justas,
infundes los derechos humanos,
abriste a la edad moderna,
tierra amada de El Cid Campeador,
de los Reyes Católicos, del Carlos I,
de Felipe II, de don Juan de Austria,
Madre España, el sol nunca se pone,
donde se levanta tu bandera de rojo y gualda.

Filipinas recibió su nombre del rey Felipe II, quien había dicho de su colonia que el sol nunca se pondría, pero pronto el imperio español se convirtió en un anacronismo, fuera de lugar, fuera de sintonía, respirando sus últimos jadeos. Todo terminó cuando España perdió sus posesiones de ultramar.
….Pero la pérdida de posesiones materiales produjo grandeza. Fue en este tiempo en España cuando grandes mentes nacieron y dominaron el mundo civilizado, iluminando los cuatro rincones de la tierra con su pensamiento, poesía y filosofía, utilizando la pluma y la paleta. El Modernismo reemplazaría a la Edad de la Conquista. Esta fue la conquista de la misma manera, pero un tipo más fino, más elevado, el triunfo del espíritu sobre la carne, la apoteosis de la idea sobre la materia. Fue Granada recuperando su grandeza perdida, pero esta vez con una influencia más penetrante y duradera por intangible. Cuando las campanas de la Catedral de León y la Catedral de Burgos sonaron, los ecos llegaron a los rincones más lejanos del mundo. Artistas y pensadores navegaron por los horizontes de la mente humana, en busca de la verdad: A José Ortega y Gasset le siguieron Eugenio d’Ors, Gregorio Marañón y Ramón Gómez de la Serna. A la vuelta del siglo pasado, el mundo se asombraría por los escritos de Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, José María Gabriel y Galán y Vicente Medina. Entre guerras ardieron las estrellas de Juan Larrea, Gerardo Diego, Pedro Salinas, Jorge Guillén y Dámaso Alonso. Luego Rafael Alberti, José María Pemán, Federico García Lorca, Vicente Aleixandre y Miguel Hernández hicieron un desvío para los populares mitos y leyendas recreando, dirigiéndose tanto a los escritores como a los más pastorales. Estos escritores fueron herederos de la Generación del 98. Pablo Picasso, padre del cubismo y considerado, junto con Leonardo da Vinci y Miguel Ángel, uno de los tres más grandes pintores de la humanidad, debe pertenecer adecuadamente a la Generación del 98. Salvador Dalí, el “súper genio” surrealista cuyas obras son “obras de genio”, también debe pertenecer adecuadamente a esta generación.

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Durante los últimos seis años, he vivido y trabajado en España como fraile agustino y he visto de cerca y en forma personal la gran calidez y extrema bondad de los españoles, que piensan en los demás antes que en ellos mismos.
….Escribo esto después de más de un año en que me sometí a una cirugía que me salvó la vida, llena de gratitud en mi corazón por la hospitalidad y la generosidad de los españoles que me han sostenido en mi largo y continuo viaje hacia la recuperación. Su desinterés ejemplifica la nobleza de sus raíces ibéricas.
….Mi maravillosa experiencia con el pueblo español y el sistema de salud universal de España ha completado mi propia circunnavegación de mis raíces españolas. 
….En su seno, los españoles me han abrazado realmente como un hermano. Me siento muy cómodo en España. Para mí, es mi casa. Y me siento así por muchas razones. Como el lugar de nacimiento de Hispanidad, España ha dejado una marca indeleble en más de 550 millones de personas que hablan el idioma español en todo el mundo, incluyendo Filipinas, mi patria del sudeste asiático. Además de un idioma común, hay más vínculos que unen a España y sus antiguas colonias: sangre, religión, historia, cultura y tradición, comida, música, danza y literatura, por nombrar solo algunos.
….La grandeza de España no se vino abajo en 1898 con la caída del imperio español. Al revés simplemente puso a prueba a España en las brasas de la adversidad de la que ha surgido cada vez más triunfante como una idea inextinguible mucho más allá de “Plus Ultra”.


*Nota de Revista Filipina: Gilbert Luis Centina Ramos III falleció en Madrid el primero de mayo de 2020 antes de la publicación de este número de RF. QEPD.

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1   Edmundo Farolán, “Una perspectiva histórica de la poesía hispanofilipina”, Tonos digital, núm. 7, junio de 2004.