Navigation
Revista Filipina, Segunda Etapa. Revista semestral de lengua y literatura hispanofilipina.
Invierno 2107, Vol. 4, N
úm. 2

E
NSAYO
PDF: EF y la epopeya de la literatura hispanofilipina
PDF: RF Invierno 2017


EDMUNDO FAROLÁN Y LA EPOPEYA DE LA LITERATURA HISPANOFILIPINA

JOSÉ TLATELPAS



El escritor filipino, ahora también canadiense, Edmundo Farolán Romero, ha llevado durante los últimos veinte años una vida dedicada al rescate, registro y ejercicio de la cultura hispanofilipina. Este trabajo, dedicación y compromiso, no exento de grandes sacrificios, ingrato en el aspecto económico y rico en experiencias culturales ha logrado hacernos asequible la casi desconocida obra cultural de las Filipinas.
      Hace casi veinte años tuve la oportunidad de conocerlo y apoyar su tarea en nuestra revista La Guirnalda Polar. Ahí difundimos la literatura de su país, en muchos aspectos hermana de la nuestra y en otros misteriosa y exótica, pero siempre fascinante. Ahí tuvimos la oportunidad de publicar trabajos muy interesantes de escritores, pintores y fotógrafos, de origen filipino, sefardita, español andaluz y otros, la mayoría residentes o ciudadanizados canadienses. Pero también publicamos otros de épocas lejanas, como el gran filipino José Rizal, muy parecido al también gran cubano, José Martí.
      En nuestra revista tratamos de construir una plataforma de documentos e información para los investigadores en español. Promovimos aspectos poco conocidos de nuestra cultura y fuimos uno de los muy pocos medios en publicar manifiestos en pro del rescate de la lengua judeoespañola, literatura de autores proscritos en México, obras de las primeras naciones e hispanos de Canadá, etc. En el caso de la literatura hispanofilipina, con modestia y sin pretensiones, ayudamos a iniciar un trabajo continuo y sostenido para difundirla a nivel internacional. Podemos pensar que los trabajos de Farolán en La Guirnalda Polar y, sobre todo, en Revista Filipina, fueron las primeras estrategias con esta visión y alcance, que apoyaron a la entonces casi abandonada «Academia Filipina de la Lengua Española». Hay que señalar además que este trabajo nunca contó con financiación externa, se hizo con recursos propios e interminable esfuerzo. Tal vez a partir de estos modestos inicios la literatura y la lengua española en Filipinas han comenzado a romper el injusto aislamiento en el que se encontraban y están y quedarán por siempre disponibles para el mundo y la memoria.
      Farolán ingresó a la Academia Filipina en 1983 y a partir de entonces se dedicó con ahínco a enaltecer y defender la lengua, respecto a lo cual nos dice: “lo que hice era mi deber como miembro de la Academia”. Desde 1997 publicó la Revista Filipina, publicación dedicada a difundir la literatura en español de su país, así como libros diversos en papel y ya, en estos últimos dos años, está publicando los libros en formato digital. Entre sus publicaciones destacan una antología de literatura general hispanofilipina con géneros como cuento, poesía, ensayo y teatro. Cuando enseñaba en una universidad de Filipinas por 1983 hizo un proyecto de ‘rescate’. Este proyecto lo coordinó con sus estudiantes para que copiaran estas obras que estaban ya deteriorándose en las bibliotecas, y el fin era copiarlas y rescatarlas. Ellos hicieron un buen trabajo y hoy son una de las fuentes de esta literatura.
      Nos comenta: “Actualmente estoy preparando una obra de teatro sobre el Purgatorio, medio ficticia y medio biográfica, pero relacionada con la Fe católica. Se trata de un hombre que va al Purgatorio para limpiarse, porque era un pecador y mujeriego. Dios le da una oportunidad: él tiene que lavar sus pecados y tiene que revivir su experiencia con cada una de las 16 mujeres que tuvo y a las que maltrató por la mala actitud de él, o por dejarlas con hijos. Por eso se le condenó a revivir en castigo las vidas anteriores y terminarlas una por una como hombre bueno con cada mujer, y darles una vida feliz. Así que en la obra vuelve a morir 16 veces y va de vida en vida y de mujer en mujer hasta reparar las 16 vidas”.
      Nos explica: “La literatura hispanofilipina es casi una reliquia. Hoy se escribe en tagalo, inglés, taglish. Para mí este trabajo es para decir que en el pasado Filipinas era un país hispánico, donde se escribían las leyes, se hablaba y creaba en castellano hasta 1960 ó 1980; porque por ahí murieron los viejos hispanohablantes y se acabaron. Lo que hacemos Guillermo y yo es difundir y escribir en español, porque divulgar, hablar y defender es lo que debemos hacer los académicos. Sólo que Guillermo ya tiene 81, yo 74 años. Una ironía del español en Filipinas, tal vez igual que en el caso de los latinoamericanos, se da el caso que de algún modo odiaban a ciertos españoles, pero al mismo tiempo amaban a España. ‘Odio a los españoles pero amo a España’ decía Rizal. Recordemos que fue el gobierno español el que mató a Rizal; pero Rizal amaba a España, amaba la lengua española”.
      Nos preguntamos qué es la cultura hispanofilipina: “Pues tiene que ver, claro, con la lengua. En la colonia la lengua hispana dominaba, sí, pero en Filipinas sólo dieron la lengua a los ilustrados. Es culpa de los españoles de la Colonia que no enseñaron español a las masas, sólo a los privilegiados y así se conservaron las lenguas nativas y sus dialectos. Y lo que no hicieron los españoles sí lo hicieron los estadounidenses, enseñando inglés desde primaria a universidad. Además no hubo muchos españoles que llegaran a Filipinas, quizá fueron el diez por ciento.
      ―Por cierto, tienes razón en lo que comentas de que en la inmigración los españoles que llegaron eran pocos y creo que la mayoría, soldados, eran indígenas mexicanos. Por eso el lenguaje hispanofilipino está lleno de mexicanismos, principalmente nahuatlismos.
     Respecto a la base de la original y distintiva cultura filipina podemos decir que los “indonesios y malayos forman la base de nuestra cultura y la lengua tagalo. Con la llegada de España se insertan claro muchas palabras del castellano y, como dices, palabras del nahuatl y los diminutivos. Los verbos del malayo indonesio o hindú son elementos de identificación y diferenciación, digo hindú porque Indonesia tiene gran relación con la India. La lengua tagalo no tiene mucha correspondencia con verbos en español, como caminar (lajat) que es de origen indonesio o malayo. Y la conjugación de los verbos no sigue estilo latino, es de una estructura muy sudasiática. Por ejemplo, aumentan prefijos para dar la impresión del transcurso del tiempo, hoy, mañana, etc.”.
      “Los chinos también trajeron ciertos caracteres de escritura, y hay otras escrituras de los inmigrantes más viejos como los malayos o hindúes, que escribieron en sánscrito, y los malayos en árabe, y hay ciertas semejanzas con las letras árabes en el viejo lenguaje filipino que no era alfabético.
     “No se conserva casi nada de la literatura de esa época, lo más viejo que se conserva es la literatura del español y tagalo. Los poemas ladinos de Tomás Pinpín en la antología que publiqué, eran mezcla de tagalo con español, algo latinizado, eran más bien como rezos u oraciones, muy del siglo XVI, muy cristianos.
      “La mayor parte del acervo histórico de nuestra literatura se encuentra en la Biblioteca Nacional, la biblioteca de la Universidad de Filipinas y la del Ateneo de Manila, ahí hay muchos materiales.
      “En la actualidad casi nadie está interesado en la literatura hispanofilipina, hay talleres de creación literaria en tagalo, visaya o en inglés, pero ¿para qué tener taller literario en español si no hablan español? Tienen que hablar español primero y los que ahora lo aprenden lo hacen para trabajar en los call center porque les pagan más si hablan español, pero no para usarlo en la vida diaria. También se ve que los jóvenes que había hace unos años ya no son tan jóvenes, como los escritores de Carayan Press, o mis alumnos. Ellos ya tienen 50 años o más. Hay dos o tres académicos en español pero muy escasos. Una académica que hizo un libro que tiene la Colección Oriente, ahí han publicado un libro de Guillermo, uno de Daisy López y un cuarto de ese señor que escribió la novela que va a aparecer, y pertenecía a una familia hispanohablante. Lo va a publicar Andrea Gallo”.
      En fin, la literatura en español de las islas Filipinas, es una literatura muy cercana a la de toda la Hispanoamérica, muy emparentada en estilo y emoción con la literatura española y, como ambas, tiene un poco de destino trágico, heroísmo y luchas libertarias. Nosotros creemos que sí puede tener un futuro, sobre todo si la leemos más, la incorporamos al cine y a nuestra identidad unitaria. Hay un gran paralelismo, como antes dijimos entre José Martí y José Rizal. Y ambos son parte de lo mejor de la literatura hispana. Los mismos problemas, amores, anhelos y desafíos definen a nuestros pueblos. Por ello valoramos y nos sorprendemos de la literatura y cultura de nuestros hermanos filipinos y, como los mayas del Popol Vuh, les deseamos un gran futuro, buenos caminos, sin obstáculos detrás ni delante de ellos, buenos, limpios y hermosos caminos planos.
Stacks Image 162

José Tlatelpas, fundador de La Guirnalda Polar,
y Edmundo Farolán, fundador de
Revista Filipina
―ambas nacidas en Vancouver en los años noventa del siglo XX―
platicando en México (2018)