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Revista Filipina
Segunda Etapa. Revista semestral de lengua y literatura hispanofilipina.
Verano 2020, volumen 7, n
úmero 1

ENSAYOS
ACADÉMICOS DE LA LENGUA

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LCBrillantes


MI RELACIÓN CON EL ESPAÑOL: HERENCIA FAMILIAR
Y OFICIO DE TRADUCTORA


LOURDES CASTRILLO Y YUPANGCO DE BRILLANTES
ACADEMIA FILIPINA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

¡Gran ilusión escribir en español! Hace mucho tiempo que no escribo profesionalmente en la lengua de Don Quijote y Sancho Panza, los protagonistas, por mí sumamente amados, de la novela inmortal de Miguel de Cervantes.
….Como es sabido, aquí en Filipinas sigue la presencia del español en distintos sitios, desde el norte hasta el sur: muchos nombres de persona, apellidos, lugares, árboles de varias frutas, flores de camia, gumamela, rosas, sampaguitas y hasta las enredaderas tienen nombre español. Nuestro escritor más relevante, Rizal, escribió sus obras maestras en español; yo actualmente vivo en la calle Cordillera (nombre español) en Ciudad Quezón con mi esposo, el renombrado escritor y periodista Gregorio C. Brillantes original de Camiling en la provincia de Tarlac: Camiling es un sitio rizaliano, es el lugar donde José Rizal solía ir para visitar una amiga muy querida y aún se mantiene memoria de ello.
….Me familiaricé con el español ya desde pequeña gracias al nombre y apellido de mi padre. Mi papá se llamaba Zoilo Castrillo, hijo de un soldado mexicano o español que luchaba contra los americanos; su madre, Isabel Yutuc, era seguramente de linaje chino-filipino.
….Mi mamá se llamaba Felipa García Yupangco, farmacéutica que se graduó en la Universidad de Santo Tomás, en la calle España. Ella fue mezzosoprano y cantaba en las iglesias de San Juan Bautista y la de San Antonio en Sampaloc.
….Yo me di cuenta del valor del español en las santas misas, gracias a los sermones de los curas de San Juan y por tener vecinos de apellidos españoles como Vaca, Tolentino, Font, Buencamino, Fernández, Álvarez, Monasterio, Pimentel, etc.
….Me matriculé en la Universidad de Extremo Oriente – Far Eastern University (FEU), probablemente, según quería mi papá que enseñaba allí, para ser comerciante y contable. En fin, me gradué, pero no tenía la aptitud de ser comerciante sino sólo la de ser ‘compradora’.
….Entonces mi mamá me dijo que debería aprender a hablar el español como ella. Su padre era organista en la iglesia y había comprado una casa en la calle Misericordia, en Santa Cruz. Ella era miembro del grupo de Mosesgeld Santiago y cantaba en las óperas bajo su dirección. ¡Qué hermoso era escuchar las óperas! Fue así que, por consejo y deseo de mi madre, me matriculé en la Universidad de Santo Tomás. ¡Decisión tremenda! Estaba en la clase del Padre Bazaco y de otros profesores españoles. Recuerdo que compré muchos libros en español, el más importante para mí fue un libro de Edelvives con índice de autores y locuciones latinas que ahora usan los abogados y que se encuentran en los diccionarios de inglés.
….Gracias a mis estudios y publicaciones obtuve el Premio Zóbel en 1998, el premio más antiguo de Filipinas. En aquella época era profesora de español y de traducción en la Universidad de Filipinas (UP); estaba también en el cuerpo de redacción de “Crónica”, la sección castellana de la edición dominical del periódico The Manila Chronicle, fue entonces también por mis artículos que me otorgaron el Zóbel.
….Como traductora tuve la oportunidad de traducir varias obras relevantes de la literatura filipina: del inglés al español traduje el drama clásico del escritor nacional Nick Joaquín, A Portrait of the Artist as Filipino/ Un retrato del Artista como Filipino y del español al inglés traduje La Oveja de Nathan/ Nathan's sheep del premio Zóbel 1992 Antonio Abad. Como estudiosa de literatura, con el apoyo del Instituto Cervantes y de la Fundación Santiago, publiqué 80 años del Premio Zóbel y una versión ampliada en inglés, 81 Years of Premio Zóbel: A legacy of Philippine literature in Spanish; ambas publicaciones fueron apoyadas por Doña Georgina y Don Alejandro Padilla y Zóbel de Ayala, los descendientes de Don Enrique Zóbel de Ayala, quien instituyó el Premio Zóbel como legado de la literatura filipina en español. Los descendientes de los primeros Ayala, Roxas y Zóbel bien pueden gloriarse de sus antepasados: no sólo se ha preservado su casa antigua en la calle Ayala en Manila, sino que también se han comprometido a mantener la cultura hispanofilipina. Sin embargo, no cabe duda de que en la defensa de la lengua también ha sido y es importante la función de la Real Academia Española, de la AECID y evidentemente del Instituto Cervantes de Manila.
….Una última publicación en la que he colaborado con los amigos y colegas Salvador Malig Jr. y René Angelo S. Prado ha sido Tesoro Literario de Filipinas; se trata de una recopilación de los relatos filipinos más representativos del siglo XX escritos en español que ofrecen una imagen real de la identidad filipina.
….Para concluir me despido contestando lo siguiente: ¿por qué escribo en español? ¿por qué cultivo esta lengua? ¿por qué la valoro? Pues, yo diría que para mí el español es como el agua: además de ser una clave imprescindible para la comprensión de Filipinas, su utilidad, especialmente en Filipinas, es evidente en toda circunstancia: siempre ayuda en la conversación, favorece el trabajo y te conecta con el mundo.

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1   Nick Joaquín, A Portrait of the Artist as Filipino/ Un retrato del Artista como Filipino, Ciudad Quezón: Universidad de Filipinas, 2000; Antonio Abad, La Oveja de Nathan/ Nathan's Sheep, Makati: Georgina Padilla y Zóbel, Filipinas Heritage Library and Ayala Foundation, 1928-2013; 80 años del Premio Zóbel, Manila: Instituto Cervantes y Fundación Santiago, 2000; 81 Years of Premio Zóbel: A legacy of Philippine literature in Spanish, Makati: Georgina Padilla y Zóbel, Filipinas Heritage Library, 2006.
2   Tesoro Literario de Filipinas, Manila: Vibal Publishing House, Inc., 2009.