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Revista Filipina
Segunda Etapa. Revista semestral de lengua y literatura hispanofilipina.
Invierno 2022, volumen 9, n
úmero 2

BIBLIOTECA Y ACTUALIDAD


ENTREVISTA CON DAISY LÓPEZ

REALIZADA POR ANDREA GALLO
EL
9 DE ENERO DE 2023


Daisy López es miembro de número de la Academia Filipina de la Lengua Española, y su vida profesional estuvo ligada a la Universidad de Filipinas. Es autora de los poemarios En la línea del horizonte y Hermoso palabra (Premio Abad 2022, sección en lengua chabacana ermitaña) y de variadas contribuciones poéticas que se pueden leer en antologías internacionales. Con Momentos e instantes consagra su vocación lírica y despierta la atención y el aprecio del Instituto Juan Andrés de Comparatística y Globalización, que le otorga el «VIII Premio José Rizal de las Letras Filipinas».

…...A continuación, se propone una entrevista fruto de unos recientes diálogos con ocasión de la noticia del Premio.

AG: Querida Daisy, en primer lugar agradezco mucho tu disponibilidad por aceptar esta entrevista. Nos conocemos desde hace años y desde siempre hablamos de literatura, de su hondo sentido y función social y de lo que inspira la creación literaria. Me gustaría que resumieras para el público de Revista Filipina tu visión estética, tu sentido de las letras: ¿por qué escribes? ¿Qué sentido y valor tienen para ti la escritura y las letras?

DL: Escribir es refugiarse en la palabra. Cuando una siente algo grande, un acontecimiento que afecta profundamente, una emoción inabarcable que le transciende, ve la necesidad de recurrir a la palabra para curar esa angustia, para poner ese sentimiento inexplicable (o invisible) por escrito (la expresión visible). A vuelo pluma, se garabatea en un cuadernillo o en papeles sueltos. Se escribe, se siente aliviada. Pienso que la escritura es un refugio necesario.
…...A modo de ejemplo, uno de los primeros poemas que escribí y que luego se incluyó en mi primera colección de poemas, se titulaba “Despedida… para una bienvenida”. Es un poema que dediqué a una amiga zaragozana, que inesperadamente contrajo una enfermedad desconocida que eventualmente ocasionó su fallecimiento. Ésta es la razón por que escribo. Los versos son el resultado de un sentir fuerte, de una inspiración, digamos, infaltable.
…...En realidad, al principio, no tenía idea de lo que era la inspiración, hasta que un día había que desenterrar unas hojas sueltas que tenía guardadas. Al releer las páginas extraídas, yo misma exclamé, llena de asombro o incredulidad, y un poco de repelús: “¿¡He escrito todo esto!?”. Y hasta me vi preguntándome a mí misma: “¿Seguro que no los he copiado de algún sitio?”. Pero las dudas de autoría iniciales se disiparon enseguida con un glosar rápido de los manuscritos. Estaban escritos con mi caligrafía inconfundible, con mis propias tachaduras y borrones, con los signos de intercalación, y con flechas e inserciones de palabras o líneas enteras… Me percaté entonces de que los poemas –algunos irreconocibles con el trascurrir del tiempo– se habían escrito en un momento de inspiración. Y estaban escritos en español… porque no podía haber salido de otra forma.
…...La gente tiene varias razones por las que escribir. Hay quienes lo hacen para ganar un salario y llegar bien al final del mes. Hay los que aspiran a ser famosos, como los blogueros que parecen decir: “Escúchenme. Miren lo que soy capaz de escribir… Por favor, hagan clic. Suscríbanse”. Y los hay que escriben para inspirar de mayor o menor grado, como un influencer que diga: “Aprendan de mí”. Sin embargo, en mi caso, yo no quería ni imponer, ni influir, ni nada. No quería escribir para que se me leyera. No. Además, si escribo poesía, ¿para quién? ¿Para los filipinos? No. ¿Para los españoles? Tampoco. Eso sería “vender miel al colmenero”.
…...Nunca me había planteado lo de escribir… pero luego surgió la oportunidad. Mucho menos me planteé ni soñé con publicar. Bueno… para abreviar la larga historia, gracias a tu impulso y apoyo, Andrea, publiqué En la línea del horizonte, una antología de 28 poemas, con su primera edición en 2009 en Sevilla, y la segunda edición en 2016 en Barcelona.
…...El tema de cada poema es grande: la amistad, la enfermedad, la muerte inminente, la ansiedad, el desasosiego. Así, la emoción se convierte en letra. Un poema puede ser aparentemente corto, pero encapsula todo un tema colosal en pocas palabras. En una poesía, no debe faltar ni sobrar ni una sola palabra.
…...De todas formas, consciente de que escribía en un idioma que no es el mío, un par de veces pedí que otros hispanohablantes leyeran mi texto, antes de su eventual publicación. No era por querer saber qué opinión tenían de mí, sino porque quería saber cómo sonaba lo que había escrito, preguntar si el léxico era adecuado o si lograba la deseada carga semántica, ya que a lo mejor una palabra no cuajaba o una expresión ya no se usaba. Simplemente, deseaba confirmar si “sonaba español”.

AG: Pues, ya que me mencionas... efectivamente en aquel entonces, sabiendo que tenías cartapacios escondidos, tuve que insistir no poco antes de llegar a leer algunos de tus versos secretos y, sin duda alguna, puedo atestiguar que, como dices, tu inspiración y tus razones de escritura brotan de genuinas exigencias interiores. Pero igualmente, creo que el haberte “perseguido” para que publicaras, haya sido un acierto: tu ‘refugiarte en la palabra’ ha ofrecido ‘refugio, remanso y deleite’ a un buen número de lectores y estimadores, sean filipinos, españoles o de otro origen. Por otra parte, la escritura, siempre y cuando es el resultado de una idea, de una reflexión, de una visión del arte y de la vida, se convierte en algo, si no subversivo, por lo menos incisivo y punzante. Así una acción intelectual íntima e individual, cuando se manifiesta al público, impulsa reacciones e inspira a la comunidad de lectores. En este sentido, pienso que tu poemario Hermoso palabra, a pesar de haber nacido de una búsqueda personal, ha impactado e impactará en la cultura de tu país, ya que por primera vez después de siete décadas, se ha vuelto a utilizar el chabacano de Ermita con fines no solo documentales sino también artísticos, e incluso se ha echado luz sobre los restos de una comunidad de hablantes que se creía totalmente aniquilada ya desde hacía tiempo. Entonces, mi pregunta es la siguiente: la experiencia de recuperación de “tu chabacano” ¿es algo concluido o estás pensando en seguir escribiendo sobre este chabacano tan peculiar?

DL: Mi trabajo con el chabacano es reciente. Apenas tiene dos años. Como muchas oportunidades en la vida, brotó de modo espontáneo… Durante la pandemia, un día me vi hablando con mis hermanos en esta lengua que, por razones prácticas, había tenido que abandonar cuando emprendí el estudio del español.
…...El ambiente para reconectar se creó, fue un poco forzado, una especie de montaje… pero dio buenos resultados.
…...La decisión de retomar el chabacano se vincula un poco a la nostalgia: se lo debía a mi mamá y a la abuela que lo hablaban en casa. Al mismo tiempo, se lo debo a lo que es el patrimonio lingüístico cultural de mi país, que impulsa conocer nuestras lenguas locales y regionales. Retomé el chabacano en un momento en que en el país se ha puesto de moda aprender otra lengua aparte de la materna. También, a nivel gubernamental y cultural, se fomentan las iniciativas para que se aprenda o se hable en casa el tagalo o cualquier otro idioma nacional.
…...Luego surgió la posibilidad –¡la sorpresa!– de poder publicar mi libro de poemas, Hermoso palabra. Esto es un capítulo muy bonito en mi itinerario literario… Vino como una chispa que inesperadamente prendió fuego. Sin embargo, mi trabajo se centra en el chabacano ermitaño. Hasta entonces, había observado desde una atalaya muchos trabajos sobre el chabacano, pero zamboangueño.
…...¿Recuperar el chabacano ermitaño? No creo que sea posible. Porque desde el punto de vista sociolingüístico, un puñado de personas que lo hablan (digo, hablan, y no chapurrean), literalmente los cuatro gatos que somos los tres hermanos y yo, por muy puro y auténtico que sea el modo de expresarse y comunicarse en la lengua, si no es el vehículo diario, natural y espontáneo de expresarse en una comunidad extensa, difícilmente se podría hablar de recuperación. Añadimos otras pegas: sin la posibilidad de que haya producción literaria, sin la posibilidad de que haya una siguiente generación a quien transmitir la lengua, no es labor fácil la recuperación.
…...Por último, cuando se habla de la variante chabacano ermitaño, normalmente va seguido por un calificador, según el año de la publicación del material bibliográfico, y va desde “amenazado” a “en vías de extinción” a “está por desintegrarse” a “practically extinct” a “moribundo” a “ya no existe…” o “es lengua extinta”.
…...No aspiro a la recuperación. Mucho menos a la resucitación, lo cual sería un verdadero milagro. A estas alturas, la revitalización parece una empresa imposible. Pero no importa. Sigo siendo un Indiana Jones, en busca del arca perdida, de este tesoro perdido… no tanto para recuperarlo sino para afirmar que existió en un pasado, o aun para que la gente tenga una idea de cómo fue su existencia… a la que todavía podemos conectar… aunque esa conexión se presente solo como un hilillo fino.

AG: Me parece acertada esta expresión tuya de “afirmar que existió en el pasado”, así como esa idea de que sea posible conectar el presente con el pasado viéndolo como algo aun actual, ya que un “hilillo fino” pervive. Es un poco lo que le pasa al español hoy día en Filipinas, y a esta selecta producción literaria en castellano que tú también representas. Sin duda, un “hilillo fino” que conecta el pasado y el presente hispánico en Filipinas es la Academia Filipina de la Lengua Española: en tu opinión, ¿cuál debería ser el papel de la Academia? ¿Cómo la organizarías?

DL: Antes, prefiero dejar que las “autoridades” hablen sobre el asunto (cito de memoria): tradicionalmente, una academia es una institución oficial constituida por personas destacadas en las letras, las artes o las ciencias, que realizan colectivamente determinadas actividades. Y efectivamente, la Real Academia Española es una institución cultural dedicada a la regularización lingüística entre el mundo hispanohablante; debe velar por la unidad y el buen uso de la lengua española y se organiza en Pleno y en comisiones que se reúnen periódicamente.
…...De la misma manera, la Academia Filipina de la Lengua Española –que se fundó en 1924 a semejanza de las academias americanas correspondientes y cuyo lema es “custodiar, difundir y enaltecer”– es y nació para ser un estímulo más en la conservación y expansión del español en Filipinas.
…...He tenido que citar todo lo de arriba para recordarnos el concepto de una academia, por lo general. Ha sido también para poder comprender, yo misma, de qué debe tratarse la Academia Filipina. Al mismo tiempo, quería corroborar todo lo que había visto y vivido durante la ASALE en noviembre 2019. ¡Todo cuajaba con estos textos citados!
…...Sueño con una Academia en donde todos los miembros se relacionan; todos se reúnen periódicamente para hablar sobre los acontecimientos de las Academias en otros países, se comentan trabajos individuales y se animan unos a otros; se organizan tertulias en las cuales se comparten artículos de interés de carácter cultural, filológico, artístico e histórico; todos se responsabilizan a programar eventos públicos según nuestras visiones compartidas, o en privado nos turnamos para presentar una ponencia de un tema preferido, incluso sencilla, y mutuamente se ayudan para que todos mejoremos nuestro español, en consideración de que muchos miembros no somos hispanohablantes de nacimiento.
…...Sueño con una Academia en donde se viene más a escuchar a los demás y no a imponerse a llevar la voz cantante y a monopolizar la palabra. Que sea un foro abierto en que todos se conocen, se preocupan por los demás miembros, se celebran los éxitos, se festejan los cumpleaños y las demás ocasiones. Que sea un espacio en donde todos se sienten a gusto, se aprende, se desarrolla, se enriquece por los diálogos intelectuales.
…...Sueño con una Academia con un liderazgo comprometido en sacar adelante y llevar a cabo la visión del organismo, un buen líder que conoce quiénes son las personas involucradas en el organismo, las consulta y las hace trabajar, un líder con entusiasmo y enfoque para guiar a un grupo de personas igualmente entusiasmadas, sobre todo un líder con empatía, que comprende, sabe comunicar, sabe adaptarse, inspirar, dirigir, incentivar y conducir a los demás colectivamente y con determinación hacia nuestros objetivos.


AG: ¡Gracias! ¡Todos soñamos con una Academia así! Efectivamente, la Academia necesita más coparticipación y una dedicación a la labor literaria y crítica y al esmero de la lengua, sobre todo a lo que queda del español filipino, de parte de todos los académicos. Y todos esperamos que este sueño se haga realidad en algún momento cuando las circunstancias concretas lo permitan.
…...Para terminar, una pregunta como lector interesado: ahora que estás jubilada, ¿qué proyectos tienes? ¿Seguirás enseñando? Y, sobre todo, ¿seguirás cultivando las letras hispanofilipinas y chabacanas ermitañas, componiendo versos, pero, ¿por qué no?, también prosa, sea ensayo o narrativa?


DL: Fui profesora por casi cuarenta años. No creo que deje la docencia. Seguiré dando clases cuanto sea posible. De hecho, de cuando en cuando reúno a varios grupos que se interesan por aprender esta lengua tan bonita que es el español.
…...Ahora que tengo más tiempo para la investigación, espero poder elaborar trabajos sobre la Didáctica de ELE, la Literatura, la Lingüística y la Filología, en general, y participar en varios congresos –dando o escuchando ponencias– ahora que estos foros de intercambio se han vuelto a celebrar presencialmente después de la pandemia.
…...Ciertamente voy a continuar dedicándome a la traducción y a la interpretación simultánea. De modo paulatino y seguro, éstas son herramientas que ayudan a afinar y a afilar la expresión, ya que apuntan a la precisión y, en última instancia, a la perfección.
…...Finalmente, el plan es seguir escribiendo… lo cual es un acto de fe. Y, si Dios quiere, se seguirán publicando mis trabajitos aquí y allá, como hasta ahora he publicado en otros países (en Toledo, España; en Buenos Aires, Argentina; en Santo Domingo, República Dominicana), sabiendo que, en Filipinas, nadie habla el español, nadie lo lee, nadie lo publica. Eso, por ahora. Y espero que cambie el panorama.

AG: Muchas gracias, Daisy, por tu testimonio y por tu labor didáctica y artística, y espero que no solamente te dediques a difundir el español –actividad encomiable– sino también a mantener vivo y transmitir de algún modo el ermitaño. ¡Gracias!