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Revista Filipina
Segunda Etapa. Revista semestral de lengua y literatura hispanofilipina.
Invierno 2022, volumen 9, n
úmero 2

BIBLIOTECA Y ACTUALIDAD


NECROLÓGICA EN EL ANIVERSARIO
DE LA MUERTE DE BALMORI
RADIADA POR GÓMEZ WINDHAM

Texto dispuesto para la imprenta
por Isaac Donoso


Reproducimos a continuación la necrológica radiada y redactada por Guillermo Gómez Windham recordando al escritor Jesús Balmori, en el aniversario de su fallecimiento. El texto apareció impreso en la revista Semana, Manila, con fecha 2 de junio de 1949, vol. I, n. 24, pp. 11-14. Mantenemos la ortografía de la época. Por la importancia y el prestigio de Gómez Windham, creemos que el texto puede ilustrar sobre el ambiente intelectual que se vivía en Filipinas después de la Segunda Guerra Mundial, y ofrecer reflexiones sobre la recepción y valoración, crítica y estética, de la obra de Jesús Balmori.


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La personalidad dominante
de Balmori


Discurso radiado de D. Guillermo Gómez,
de la Academia Filipina, Correspondiente de la Española,
en el primer aniversario de la muerte del poeta

…...Acaba de cumplirse justamente un año desde que abandonó su carnal envoltura el excelso espíritu de Jesús Balmori para ascender y remontarse a esa región donde nos complace suponer que han de morar para siempre las almas de los muertos y desde la cual, aplicándoles cierta curiosa teoría de Maeterlinck, ese otro gran poeta que acaba de morir también, ellos han de continuar irradiando los efluvios de su sensibilidad exquisita, en ondas de amor, de afán de justicia, de ansia de bondad y adoración y culto de belleza, las cuales, captadas aquí abajo por otros espíritus preparados a recibirlas y reflejarlas, repercutirán y se esparcirán eternamente en nuestro mundo.
…...Si en ese olimpo se aplican clasificaciones y categorías, no habrá sido al principio fácil tarea establecer la que correspondiera a Balmori, que fué un poeta complejo, cuyo genio tuvo más de una faceta y en cuya lira vibró más de una cuerda. Tan pronto era el aeda dulce y soñador que cantaba los anhelos de las almas sencillas, como en brusca transición se transformaba en el bardo irónico, con uñas escondidas en fundas aterciopeladas igual que los felinos, o el satírico implacable que rimaba apóstrofes catilinarios o burlas rabelesianas. Tal día hacía brotar lágrimas de nuestros ojos; tal otro hacía surgir ampollas y cardenales en nuestra piel. Como el Dr. Jekyll en la novela de Stevenson, tenía dos personalidades claramente diferentes y opuestas que nunca llegaron a confundirse. En ciertas horas era “el divino Jesús” como le apodábamos a veces con cariñosa ironía recordando su excelso nombre patronímico; en otras era “Batikuling” el diablejo burlón e irrespetuoso, el iconoclasta procaz. Cómo pudo mantener años y años al través de su no corta vida aquella extraña dualidad fué siempre motivo de asombro para mí.
…...En el novelesco apólogo de Stevenson, una de las dos personalidades del personaje central, el odioso Mr. Hyde, acaba por imponerse y dominar al otro, al bondadoso Dr. Jekyll: en nuestro llorado poeta nunca tal ocurrió mientras él viviera. Sólo ahora, cuando dejó de alentar, cuando llegó la hora de las depuraciones que impone la muerte, último tremendo crisol donde el alma humana por la vez postrera se aquilata y purifica, hemos visto cómo una de sus personalidades se impone y domina a la otra. “Batikuling”, el chocarrero burlón se esfuma, y en cambio Jesús Balmori, el lírico, el místico, se eleva, se sobrepone para vivir perennemente mientras haya en Filipinas quien ame la noble y dulce lengua de Castilla en la que él supo cantar, con inspiración y ritmo insuperables, los éxtasis de la fe, los arrobos del amor, los ensueños de armonía y de bondad que laten imprecisos e inexpresos en todo corazón humano no marchito por las arideces del egoísmo o del hastío.
…...“Mientras haya una mujer hermosa habrá poesía” proclamó Bécquer en axioma irrebatible y rotundo. (En una hermosa mujer resumió el vate sevillano todas las hermosuras físicas y morales que han de adornar a una mujer para que merezca el calificativo.) De ese axioma se deduce el corolario de que mientras haya poesía habrá poetas, y mientras éstos sepan cantar y expresar la belleza que al Hacedor plugo colocar alrededor nuestro y que todos sentimos pero sólo ellos saben describir, su memoria alentará siempre entre nosotros. Como Grecia jamás podrá olvidar a Homero y a Safo, Italia al Dante o a Carducci, Inglaterra a Shakespeare o a Byron, Francia a Victor Hugo, Alemania a Goethe, España a Espronceda o a Bécquer, la América Latina a Darío o a Nervo, para no citar a todos u hacer esta lista interminable, así Filipinas nunca relegará al olvido las canciones de Rizal, de Baltasar, de Apóstol, de Guerrero, de Balmori.
…...Y si lo hiciera así, dejaría de ser la Filipinas que conocemos, veneramos y amamos.