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Revista Filipina
Segunda Etapa. Revista semestral de lengua y literatura hispanofilipina.
Primavera 2019, volumen 6, n
úmero 1
PDF: Réforme ou révolution


RESEÑAS Y COMENTARIOS BIBLIOGRÁFICOS


Hélène Goujat,
Réforme ou révolution?
Le Projet national de José Rizal (1861-1896) pour les Philippines,

prólogo de Xavier Huetz de Lemps,
París, Connaissances et Savoirs, 2010, 794 pp.
(anexos, pp. 699-729; bibliografía, pp. 731-789)

[ISBN: 978-2753901223]


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A pesar de su trascendencia, el denso volumen publicado en 2010 por Hélène Goujat, profesora en la Universidad de Angers, hasta hoy no ha sido traducido ni al inglés ni al español, por lo que nos pareció importante volver a subrayar lo provechoso y esclarecedor que puede ser, no sólo para los investigadores filipinistas, sino también para los estudiantes y los lectores curiosos de conocer más sobre una figura hoy en día mítica, la de José Rizal, objeto de un culto nacionalista en Filipinas como bien lo recuerda la introducción, y de una multitud de publicaciones y de estudios, como lo enfatiza el prólogo de Xavier Huetz de Lemps al evocar una “rizalmanía” (p. 12). De hecho, en Francia, el libro sigue siendo una referencia de autoridad (aunque la bibliografía merecería ser actualizada, mencionando los estudios posteriores a la edición de 2010). Quisiéramos, a los diez años de su publicación, recomendar la lectura de esta sólida investigación que va más allá del mito el cual representa, por cierto, un tema de investigación de por sí―, y vuelve a las fuentes primarias.
      El libro se presenta como una biografía que va dibujando un retrato intelectual circunstanciado, pormenorizado y matizado de José Rizal. Las biografías rizalianas son numerosísimas, aunque pocas pueden ser consideradas como científicas, como explica la introducción. Precisamente, uno de los mayores aportes del libro es el análisis detenido de los escritos de Rizal, sin la mediación de discursos “otros”, aunque remita la autora a fuentes secundarias seguras y concluyentes dentro del vasto campo de Rizaliana, con las cuales también dialoga. De hecho, es impresionante la bibliografía final. El libro es el fruto de una larga investigación de más de dos décadas, que culminó con la defensa de una tesis de doctorado en 2005, en la Universidad París Nanterre.
      Voluntariamente descarta el estudio de la posteridad y de los procesos de heroización de la figura de Rizal, centrándose, como queda dicho, en la producción del pensador. Todo ello no le impide situarse dentro de y al mismo tiempo frente al candente debate historiográfico que ha cuestionado los aportes de José Rizal a la gesta emancipadora, incluso poniéndolos en tela de juicio a partir de la década de 1960. El título da fe de la interrogante que articula la demostración y participa en el debate: Réforme ou révolution?, ¿reforma o revolución? Como sabemos, Rizal nunca abogó abiertamente por la vía revolucionaria ni por la independencia; se mantuvo alejado de las posiciones del Katipunan, aunque los líderes del movimiento, Andrés Bonifacio y Emilio Aguinaldo, reclamasen el pensamiento de Rizal y asumiesen su crítica al sistema colonial. Convirtieron a Rizal, de forma temprana, ya con la República de Malolos, en una figura tutelar de la joven nación filipina, en el primer revolucionario. Con la consolidación de los movimientos anticolonialistas y antiimperialistas en la década de 1960, con la oposición a la dictadura de Marcos a partir de la década de 1970, intelectuales de las izquierdas filipinas reconsideraron el protagonismo de José Rizal y reinterpretaron sus escritos. Si bien vieron en él un actor ineludible de la puesta en tela de juicio del sistema colonial, no lo definieron como revolucionario, sino como un reformista moderado y hasta ambiguo frente a la tutela española, enfatizando las posiciones asimilacionistas que llegara a propugnar con otros protagonistas del movimiento de la Propaganda. Réforme ou révolution? parte de aquel debate y presenta elementos para una posible respuesta, la cual, sin pretender ser definitiva como lo sugiere el signo de interrogación, sí defiende una hipótesis: José Rizal no fue un pensador etéreo ni un hombre de ideas especulativas desvinculadas de lo real, tampoco fue mero soñador, sino que fue un observador pragmático de las Filipinas de su tiempo.
      De tales pragmatismo y lucidez derivan, según la autora, la evolución del pensamiento de Rizal y, sobre todo, su originalidad. Hélène Goujat demuestra que abandonó temprano las tendencias asimilacionistas, pero sin adherirse a las posiciones independentistas. Consideró con realismo la situación de su patria, estimando que las condiciones necesarias para una “verdadera” independencia todavía no estaban reunidas en la década de 1890. No rechazó la idea de la independencia; al contrario, aspiró a la descolonización de Filipinas; pero con reformas previas indispensables que permitiesen una modernización de las estructuras, para evitar que la ruptura con España, en vez de una emancipación, significase una nueva tiranía: “¿A qué la independencia si los esclavos de hoy serán los tiranos de mañana?”, insiste Hélène Goujat citando a Rizal. Por consiguiente, en la conclusión, la autora define a José Rizal como reformista.
      Sin embargo, va discutiendo tal término y apela a la definición de “reforma” propuesta por Paul Ricoeur. Para Ricoeur, la reforma es un proceso necesariamente complicado y delicado, mucho más difícil que la revolución, puesto que no remite a las pasiones incontroladas, a la ruptura violenta, sino, a la inversa, a la razón, lo cual exige distancia, inteligencia y, sobre todo, valor. Para volver al título ¿reforma o revolución?, el libro expone la tensión constante entre estos dos polos, siendo Rizal, en vísperas de su muerte, en definitiva, a la vez reformista y revolucionario, según la acepción que le concede Ricoeur a la noción de “reforma”.
      Al respecto, además de las aportaciones al debate historiográfico sobre el protagonismo emancipador de Rizal, el libro tiene el gran mérito de dar cuenta del pensamiento rizaliano como una evolución ininterrumpida, una gestación de diferentes etapas y momentos, no siempre faltos de ambivalencias y ambigüedades. Con ello, le restituye al lector toda la complejidad de la personalidad y de los posicionamientos del hombre. La impresionante compilación de datos de primera mano nos ofrece un panorama completo de tal pensamiento, enfocado desde la perspectiva de la historia de las ideas, lo cual permite recalcar cómo va formulándose para Filipinas un “proyecto nacional” sui genesis. Es toda la producción rizaliana la que está analizada aquí, tanto novelística y poética como periodística y ensayista, incluyendo la amplia y rica correspondencia. Hélène Goujat va evidenciando, con fineza, siempre en base a análisis textuales precisos y detallados, en qué medida las obras de ficción se hacen eco de los planteamientos ideológicos, como, por cierto, Benedict Anderson en su brillante demostración Bajo tres banderas. Anarquismo e imaginario anticolonial en 2005.
      Pero Hélène Goujat abarca y abraza el conjunto de la producción rizaliana, destacando varios tournants en base a este. Al respecto, cabe subrayar los anexos II (pp. 699-729) que reúnen una serie de poemas escritos entre 1870 y 1896 se cierran con el bello y conmovedor “Último adiós” que, a su vez, ilustra una trayectoria en elaboración, maduración y reformulación continua, siendo imposible reducir a Rizal a una sola posición, a un solo punto de vista, de forma terminante y definitiva.
      El libro insiste en lo dinámico del pensamiento de Rizal y procura explicar tal dinámica; va detallando varios factores tales como, entre otros, las experiencias familiares, las realidades que va descubriendo el joven estudiante tanto en Filipinas como en España, las orientaciones políticas españolas, los debates intelectuales en Europa, unos encuentros y amistades determinantes, las expectativas frustradas y las ilusiones decepcionadas. La estructuración cronológica adoptada por la autora, propia de la biografía, permite hacer hincapié en las etapas clave con suma claridad, haciendo inteligibles las inflexiones, por lo general difíciles de aprehender, del recorrido intelectual. La primera parte se dedica a la “juventud filipina (1861-1882)”; la segunda, a la “primera estadía en Europa (1882-1887)” caracterizada como una “vigilia de armas”, a la vez preparación al combate y reformulación reformista. La tercera parte, la más interesante, observa la “maduración de un discurso político original (1887-1896)”, etapa imprescindible hacia el “regeneracionismo nacionalista”. Cada parte consta de varios capítulos que ponen de realce las influencias y los principales hitos.
      Al enfocar los diferentes contextos, encuentros, influencias, coincidencias y confluencias, al adoptar la perspectiva de la historia de las ideas, la biografía nunca resulta descriptiva. En realidad, ofrece un retrato de las Filipinas de la segunda mitad del siglo XIX tal y como la vieron y pensaron, desde Filipinas y Europa, los ilustrados que produjeron discursos protonacionalistas y nacionalistas. También (re)sitúa a Filipinas tanto en el escenario asiático como en el tablero político español. La autora propone un fructífero vaivén entre las diferentes escalas. Estas perspectivas complementarias permiten definir la tesis original sobre el pensamiento del intelectual filipino, que Goujat presenta como una “estrategia política” (p. 686) separatista reformista. Junto a una extensísima documentación, este libro destaca entre las recientes publicaciones de Rizaliana por la argumentación rigurosa y contrastada, que descubren la personalidad, pensamiento y obra de José Rizal más allá del mito.

EMMANUELLE SINARDET