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Revista Filipina
Segunda Etapa. Revista semestral de lengua y literatura hispanofilipina.
Verano 2020, volumen 7, n
úmero 1

ENSAYOS
INVESTIGADORES Y PROFESORES

PDF:
H. Ceniza


REFLEXIÓN SOBRE EL FUTURO DE LA
LENGUA ESPAÑOLA
Y SU SIGNIFICADO EN FILIPINAS

HERMENEGILDO C. CENIZA
UNIVERSIDAD DE SANTO TOMÁS, MANILA
COLEGIO DE SAN SEBASTIÁN — RECOLETOS DE CAVITE
Es un hecho innegable en la historia de Filipinas, como pueblo y como nación, que entre 1565 y 1898 el español fue el idioma oficial, instrumento del Estado en el mantenimiento del buen gobierno; y medio de instrucción de la Academia y de evangelización de la Iglesia. Entender el español instrumentalmente como idioma puede no ser tan relevante para mí, pero comprenderlo en relación con el sentido de las creencias y valores culturales transmitidos por mis bisabuelos, representa una gran diferencia como profesor de español de la Universidad de Santo Tomás.
….¿Por qué el idioma español significa tanto para mí?
….Significa tanto para mí no solo porque crecí en el estilo de vida y cultura españoles por estudiar Teología en España y trabajar con los misioneros españoles durante mucho tiempo, sino por mi comprensión del idioma español como palabra hecha carne. Esta interpretación trascendente de la lengua hizo que el español se convirtiera en una parte vital de mi desarrollo humano y espiritual.
….En primer lugar, debí comprender que la enseñanza del español hoy como asignatura optativa que se ofrece en el plan de estudios de la escuela integra las creencias y valores que los antiguos educadores y evangelizadores españoles imbuyeron en los corazones y las almas de mis abuelos. ¿De qué creencias y valores estoy hablando? Desde mi punto de vista, me gustaría centrarme solo en las dos principales que me transmitieron mis abuelos y mis profesores y formadores españoles con el idioma español como medio de comunicación, a saber: amor de Dios y amor a la familia.
….En segundo lugar, descubrí que enseñar el idioma español en relación con su significado se vuelve muy interesante y desafiante para mí porque, en el proceso, me di cuenta de que la mejor manera de aprender el idioma español es enseñar el español con pasión y sentido de la misión. Tengo que confesar públicamente que me encanta enseñar la importancia y dignidad del español porque creo que enseñar no es solo mi profesión sino también mi vocación. He aprendido a amar mi vocación como maestro y, por esta razón, siempre anhelo ver a mis alumnos todos los días porque creo que son enviados por Dios como parte de mi vida, como si no pudiera vivir sin ellos. Hablando honestamente, los he echado de menos durante estos meses de la cuarentena comunitaria y el distanciamiento social debido a la pandemia COVID-19 en la que Italia, España y China se han visto muy afectadas. Sin embargo, la ordenanza de bloqueo impuesta por el Estado me ha dado tiempo de unión de calidad y la oportunidad de permanecer en casa con mi propia familia. ¿Quién sabe el verdadero mensaje de Dios a través de esta enfermedad pandémica mortal? Dios podría haber permitido que ocurriera esta catástrofe mundial para que nosotros, los humanos en este mundo vulnerable, aprendamos a encontrar la fuerza interior y esperanza durante estos tiempos difíciles con nuestra propia Familia y Dios.
….En tercer lugar, descubrí que aprender español en relación con su importancia me ayuda a aceptar y comprender por qué no había valorado adecuadamente mi patría, porque durante la larga y continua influencia cultural española, que duró 333 años (1565-1898), Filipinas nunca fue considerada país, sino solo colonia.
….Es lamentable notar que con la llegada de los americanos (1898-1935) como los subsecuentes colonizadores, hubo de inmediato un cambio drástico del idioma oficial de español a inglés, aunque aparentemente el español todavía se usaba como idioma secundario (lingua franca) y, por lo tanto, el español seguía siendo una asignatura obligatoria que se ofrecía en el currículo escolar. Pero, al final, el idioma español, las creencias, los valores y la cultura se extinguieron lentamente en los corazones y las almas de las generaciones modernas. Puedo afirmar que hoy hay muy pocas generaciones jóvenes que puedan hablar con fluidez el español. El peor escenario ocurrió cuando la Constitución de Filipinas de 1987, después de la Revolución del Poder Popular de EDSA de 1986, designó el filipino y el inglés como idiomas oficiales, mientras que, por otro lado, el español se convirtió en una asignatura voluntaria u opcional ofrecida en el plan de estudios de la escuela.
….Mi otra reflexión personal sobre este cambio cultural en particular es que tengo que abrir mi corazón y aprender a comprender y aceptar sin arrepentirme de todos los cambios radicales. Simplemente lo dejé pasar como tal, pero con el brillo de esperanza de que algún día en el futuro, el desterrado idioma español de hoy será completamente restaurado como un valioso legado filipino. Y si tuviera que agradecer a los primeros colonizadores españoles, específicamente a las primeras cinco grandes órdenes misioneras, a saber: Agustinos (1565), Franciscanos (1577), Jesuitas (1581), Dominicos (1587) y Recoletos (1606), sería por las creencias y valores primarios mencionados anteriormente y transmididos por dichos misioneros, a saber: amor de Dios y amor de la familia. La razón por la que tengo que reiterar estas creencias y valores primarios que aprendí de los evangelizadores españoles es debido a mi análisis sobre la construcción de una nación filipina feliz, saludable y rica.
….De hecho, sueño con una nación libre de corrupción gracias a la transformación de la conciencia filipina y su sentido de la justicia.
….De hecho, sueño con una nación reconocida como gran amante de Dios que vive la vida según sus mandamientos.
….De hecho, sueño con una nación garante de la familia, por considerarla sacrosanta junto a Dios.
….Me imagino lo hermoso que es cuando cada familia aprende a rezar junta y, con seguridad, cada miembro se mantiene unido como una familia intacta y protegida del peligro de separación o de ruptura por divorcio. Si realmente la familia es la unidad básica de la sociedad, entonces puedo imaginar lo hermosa que sería nuestra sociedad, cuando todas las familias humanas se vuelvan amantes de Dios y amantes de sus propias familias. Me imagino lo pacífico que sería nuestro país, cuando cada ciudadano viva en unidad y armonía como una gran familia. Cuando la paz reina en el corazón de cada filipino, hay una gran esperanza de progreso económico y sostenibilidad de nuestro país.
….Creo firmemente que el futuro de la lengua española y su importancia dependen en gran medida del futuro presidente de Filipinas.
….Por ello, mi deseo de un futuro mejor para el país se concreta en el compromiso de una acción docente encaminada a educar a todos y cada uno de mis alumnos de español como si pudieran ser el futuro presidente de Filipinas.
….Deseo y me comprometo a enseñar español con la esperanza de que alguno de mis alumnos aspire a presidir Filipinas y transmita las creencias y valores del pasado.
….Deseo y me comprometo a enseñar español con la esperanza de que alguno de mis alumnos llegue a presidir Filipinas y promulgue una ley sobre la preservación del idioma español y su dignidad encarnada en las creencias y valores primarios como defensa de los educadores y evangelizadores españoles para mayor gloria de la nación elegida.
….Deseo y me comprometo a enseñar español con la esperanza de que alguno de mis alumnos presida Filipinas desde la creencia en Dios y en la familia.
….Si alguna vez, se me ocurrió esta reflexión simple, pero ambiciosa, es debido a mi análisis sociopolítico, basado en la experiencia, que un líder altamente competente y con principios de esta nación, Filipinas, no solo nace, sino que también es formado por la familia y fortalecido por la Academia, la Iglesia y las redes sociales como agentes primarios de transformación social. Espero y rezo para que mi sueño no siga siendo una mera ilusión, sino una realidad futura que sucederá en el tiempo de Dios. Y si alguna vez por casualidad o por destino, uno de mis estudiantes o tal vez mi única hija algún día tomará el timón del puesto gubernamental mientras yo viva, entonces podré ir en paz como Simeón en el Evangelio de Lucas (2: 29). Que el idioma español y su significado vivan en el corazón y el alma de cada filipino más allá de 2021, la celebración del quinto centenario de la evangelización de Filipinas. Laus Deo.