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Revista Filipina, Segunda Etapa. Revista semestral de lengua y literatura hispanofilipina.
Primavera 2015, Vol. 2, N
úm. 2

C
REACIÓN LITERARIA Y ACTUALIDAD
PDF: Creación de un nuevo portal…
PDF: Revista Filipina–Primavera 2015


CREACIÓN DE UN NUEVO PORTAL SOBRE
LITERATURA FILIPINA EN LA BIBLIOTECA VIRTUAL
MIGUEL DE CERVANTES


ROCÍO ORTUÑO CASANOVA
Universidad de Filipinas


¿Por qué la literatura filipina queda tradicionalmente relegada fuera de los cursos de literatura en español? No hay más que mirar los programas de cualquier universidad europea o americana para entender cuánto de cierto hay en la premisa. Las explicaciones, más y menos complejas pueden ser múltiples, por ejemplo ―ya lo sabemos― a diferencia de la mayoría de países hispanoamericanos, cuyas literaturas sí que se estudian, en Filipinas apenas ni se habla ni se escribe en español desde hace décadas. Sin embargo el abandono de la lengua no debería ser perjuicio para la docencia de su literatura. El asunto es complejo, pero una razón de carácter práctico y otra de carácter teórico pueden vislumbrarse: la primera tiene que ver con el difícil acceso a las obras, que se encuentran en ediciones muy limitadas, en bibliotecas desperdigadas por el mundo y frecuentemente en un estado de conservación precario. La segunda, me temo, tiene que ver con cuestiones de canonicidad y periferia.
      La pregunta se me ocurrió cuando trabajando en Mánchester en 2012 me enfrenté en primera persona a lo que era dedicarse a estudiar literatura filipina en español desde fuera de Filipinas. El único lugar de Inglaterra donde pude encontrar algún libro de utilidad sobre el tema fue en la British Library: ni siquiera internet me ofrecía en cuestión de obras originales más que algún poema en algún artículo de revista. La Universidad de Michigan tenía ejemplares de libros interesantes digitalizados, igual que la Biblioteca Digital Hispánica de la Biblioteca Nacional de España, sin embargo había que saber exactamente qué se buscaba para introducirlo en el buscador y hallarlo. ¿Qué podía hacer el hispanista potencialmente interesado en la literatura filipina? Poco más que ir a la Biblioteca Nacional del país de turno para encontrar el Noli me tangere y quizás con suerte el libro de Luis Mariñas Literatura filipina en castellano (1978).
      Viéndome en esta tesitura y habiéndome licenciado en la Universidad de Alicante,
alma mater de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, procedí a consultarla con esperanza. La Biblioteca Virtual es un proyecto de la Universidad de Alicante y el Banco Santander que despegó en 1999 y que hoy alberga más de 195000 registros bibliográficos organizados en portales de países, temáticos y de autores que se pueden encontrar en este enlace: www.cervantesvirtual.es . Efectivamente encontré las novelas de Rizal y algunos artículos de Cuadernos hispanoamericanos sobre el contexto filipino en los últimos años de la colonia, pero me sorprendió observar que no albergaba portal temático alguno dedicado a Filipinas. Fue entonces cuando me puse en contacto con los responsables de biblioteca misma. Y así surgió el proyecto del portal sobre literatura filipina en español.
      Antes había conseguido con mucho sudor de mi frente y mucho dinero gastado en libros comprados online, hacerme una composición de lugar de lo que era la literatura filipina, e incluso escribir algún artículo sobre el tema y dar un par de charlas en congresos. Aun así, para la tarea de selección de obras que serían incluidas en el portal necesitaba dos cosas: la primera tener acceso a los libros, y la segunda, contar con la supervisión y la colaboración de un experto filipino. Así me puse en contacto con la Universidad de Filipinas (UP), donde trabajaba María Elinora Peralta-Imson, autora de varias ediciones de literatura filipina en español y de artículos sobre múltiples autores en la enciclopedia del
Centro Cultural de Filipinas (CCP). Conseguí una beca de intercambio para viajar a dicha universidad, y dedicarme a la selección y la reproducción de obras durante mis dos meses de vacaciones, que pronto se revelaron insuficientes. La profesora Imson revisó y amplió la nómina inicial de autores y me aconsejó lugares donde buscar los originales, que sorprendentemente tampoco eran nada fáciles de encontrar en Filipinas.
      Entonces fue cuando nos enfrentamos a las peliagudas cuestiones de canonicidad y periferia que ya atisbaron al plantearme la pregunta inicial. Observamos que de los muchos autores que aparecen en el libro de Mariñas ―muy sucinto en su planteamiento de ofrecer una nómina de autores y pocas explicaciones, y que en ocasiones introduce en esta nómina autores que apenas publicaron algún poema o artículo de opinión en alguna revista perdida― solo unos pocos se repetían en las diferentes antologías a nuestra disposición y acaparaban los premios Zóbel. Los escritores en cuestión solían tener además de textos literarios publicados, papeles políticos destacados, bien como líderes revolucionarios durante la guerra o bien como gobernantes en los años posteriores a 1898. Empezaba a ser más que evidente que el factor político fue determinante en la creación de una nómina fundamental de escritores que se estudiaban en la universidad y sobre los que se hacían tesis en el único centro académico donde se imparten estudios de grado y posgrado de español (UP, en su campus de Diliman).
      Sin embargo, y siendo la biblioteca algo generalista, diseñada para que el curioso o el hispanista interesado tenga una primera toma de contacto con la literatura filipina, nos pareció pretencioso comenzar rompiendo cánones ―ya bastante los rompíamos dedicándonos a la literatura filipina en español―, así que, teniendo en cuenta que estando en línea se podría ampliar la nómina inicial de autores en un futuro, decidimos plegarnos a las convenciones vigentes hasta el momento y ceñirnos en principio a los autores laureados con premios y repetidos en antologías. Así llegué ―Elinora se descolgó del proyecto tras los primeros meses por problemas de salud, falleciendo en agosto de 2014— a la lista inicial de 50 obras. La lista está limitada por cuestiones de derechos de autor. En Filipinas los derechos de autor expiran 50 años después de la muerte del mismo, con lo que quitando contadas excepciones en las que contacté con los herederos para poder publicar las obras (Jaime C. Veyra, Adelina Gurrea y Antonio Abad), nos hemos ceñido a esta fecha: obras de autores fallecidos hasta 1964, siempre que sus obras estuvieran publicadas en Filipinas (de otro modo se tendría que aplicar la ley española o del país correspondiente).
      El resultado es el portal de «Literatura filipina en español» de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, cuya dirección electrónica es la siguiente: <
http://www.cervantesvirtual.com/portales/literatura_filipina_en_espanol>. Se trata de una web con vocación referencial y aglutinadora. Pretendemos concentrar en un solo sitio materiales que estaban dispersos por la red, así como reproducir obras que en su estado físico se estaban perdiendo. Además, los textos son contextualizados con introducciones y referencias a artículos académicos. La lista ha crecido con algunos textos históricos sobre Filipinas que había previamente en la Biblioteca Virtual y que hemos decidido centralizar en este portal.
      Con la ampliación de títulos de la reducida lista inicial, nos encontramos con el problema de la clasificación por géneros: a pesar de que esta página web está centrada en la literatura escrita por filipinos, incluye muchas obras relacionadas con el tiempo y el lugar en el que ellos escribieron que no encajarían en la definición «literatura filipina en español». Por esta razón decidimos crear tres secciones: una llamada «textos literarios» en la que se incluyen obras narrativas, dramáticas, poéticas y también ensayísticas escritas por filipinos y que tienen un objetivo preeminentemente literario o de divulgación periodística. En «Crónicas, biografías y libros de viaje» se incluyen textos escritos principalmente por españoles entre el siglo XVII y la II Guerra Mundial, cuya voluntad estética y perspectiva subjetiva los sitúan en un terreno mixto entre el texto literario y el informativo. Su presencia en el portal es, sin embargo, indiscutiblemente relevante, ya que nos da observaciones de primera mano de las distintas facciones que vivieron la Filipinas colonial y el principio de la postcolonial. En la sección de «textos no literarios» encontramos estudios y escritos de carácter legal, sociológico, estadístico, científico, didáctico, etcétera, escritos mayoritariamente en época colonial (española o estadounidense) por españoles y filipinos, que tienen una intención muy claramente divulgativa y raramente literaria, con lo que no encajarían en el género ensayístico y por tanto entre los textos literarios.
      En cuarto lugar, los llamados «estudios» son artículos críticos recientes (a partir de la segunda mitad del siglo XX) aparecidos en publicaciones que tienen convenio con la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes y catalogados en la misma. Para otros estudios relevantes no catalogados en la Biblioteca Virtual se puede consultar la sección «bibliografía», que pretende precisamente ampliar el elenco de estudios críticos sobre literatura filipina en español. La sección de biografías se ha limitado a enumerar algunos hitos de los escritores filipinos que aparecen en el portal (fuera de la sección estudios).
      ¿Por qué la literatura filipina queda tradicionalmente fuera de los estudios hispánicos? Se me ocurre que la escasa exposición del hispanista a los textos filipinos y la dificultad para encontrarlos sean parte del motivo, el arranque de un círculo vicioso. Filipinas está de moda en España. Que yo sepa, tres editoriales están reeditando clásicos filipinos. Hay exposiciones, noticias y algunos investigadores especializados repartidos por la faz de la tierra. Este es un portal con muchos aspectos que mejorar, pero la ventaja de lo online: que se puede añadir y modificar y seguir vivo mientras vayamos teniendo acceso a más obras, tiempo para digitalizarlas y vayan surgiendo estudios nuevos o, quién sabe, obras nuevas. Ojalá sirva para facilitar la labor de estos investigadores y para contribuir a crear nuevas curiosidades sobre el país asiático. Estén atentos.