Segunda Etapa. Revista semestral de lengua y literatura hispanofilipina.
Primavera 2019, volumen 6, número 1
PDF: El duyan y José Palma
Desde mi duyan…
BITÁCORA DE BIBLIOFILIA FILIPINA
EL DUYAN, LA HAMACA Y JOSÉ PALMA
El Diccionario de la Academia Española define la palabra hamaca de la siguiente manera: “Red alargada, gruesa y clara, por lo común de pita, la cual, asegurada por las extremidades en dos árboles, estacas o escarpias, queda pendiente en el aire, y sirve de cama y columpio, o bien se usa como vehículo, conduciéndola dos hombres”.
Los idiomas más importantes de Filipinas, como el bisaya-cebuano, el bícol, el pampango, el tagalo, el bagobo, el maguindanao, el panayano, el waray-waray, el ilocano, tienen en común la palabra duyan para referirse a la española hamaca, que a la vez proviene de la lengua taína.

Portada de La Independencia del jueves 1 de diciembre de 1898
[Biblioteca Nacional de Filipinas]

Partitura del Himno Nacional Filipino
[Colección particular de Guillermo Gómez Rivera]

Portada de El Renacimiento del 22 de agosto de 1907
[Colección particular de I. Donoso]

Portada de la primera edición de Melancólicas

Melancólicas. Colección de poesías,
edición de Guillermo Gómez Rivera
y traducción al inglés de Alfredo Veloso,
Manila, Old Gold Pub., 2010
En la hamaca
¿Qué se perdió en el seno del vacío?
¿Qué inquieren sus miradas?
¿Mira acaso a las aves que se esconden
del calor en las ramas?
¿Por la escala de luz de un rayo de oro
retorna quizás su alma
al paraíso reluciente y bello,
su prístina morada?…
La siesta asfixia. El son de los cañales
preludia a la tagala
esa canción de miel que ha desprendido
la ilusión del pentagrama.
Los insectos rebullen en las hojas
sobre el tapiz de grama,
y se aduermen rendidos a los hálitos
de un ambiente de lavas.
El sopor se difunde, derramado
por estivales auras,
y en el lejano término simulan
dorarse las montañas.
Hay vida y poesía en esas horas
en que el calor abrasa…
Pero la virgen tiene en el espacio
inmóvil la mirada.
Hija gentil de una región de fuego,
acaso vuela su alma
por el país de rosas del idilio
cuyo perfume embriaga.
Tal vez sueña en las dulces sampaguitas
cogidas de las ramas
para ser el collar lleno de aromas
en la linda garganta.
Ramón Quiñonero