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Revista Filipina
Segunda Etapa. Revista semestral de lengua y literatura hispanofilipina.
Verano 2020, volumen 7, n
úmero 1ro 2

ENSAYOS
PROMOTORES CULTURALES

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Steven Fung y Ammen


EL ESPAÑOL FORMADOR DE NUESTRA
IDENTIDAD NACIONAL

STEVEN FUNG Y AMMEN
TRADUCTOR
Para nosotros los filipinos el español es tan extranjero como familiar. Extranjero porque desde el año 1973 ya no es un idioma oficial de nuestro país y pocos filipinos lo dominan con fluidez. Familiar porque, a pesar de todo, es omnipresente en el vocabulario de nuestros idiomas indígenas, como el tagalo, el cebuano, el bicol, etc. En casi todos estos idiomas, sigue viviendo el español en miliares de palabras y préstamos de la antigua lengua colonial, por ejemplo, los números superiores a diez, los días de la semana, los meses del año, tantas palabras de la vida cotidiana y de lo íntimo, así como palabras relacionadas con la administración y el comercio. Se puede decir que, de alguna manera, el español juega un rol análogo al del francés o del latín en el idioma inglés, formando un estrato de vocabulario que enriquece la lengua. En el siglo XXI, y más de cien años después de que estas islas se independizaran de España, el español nos sorprende por su persistencia, resistencia y longevidad. Tanto más sorprendente cuanto que durante todo el siglo XX, había una percepción que el idioma era obsoleto, la lengua de los tiempos pasados, de la memoria, del recuerdo y de la nostalgia. Por esta razón, aquellos de nosotros que todavía teníamos un cariño y afecto por el idioma nos resignamos al hecho de que, aunque era un idioma histórico de nuestro país, tenía poca importancia práctica para nuestra vida cotidiana y estaba destinado a desvanecerse en la oscuridad del pasado.
….Inesperadamente, y de forma irónica, hoy día el español está viviendo una especie de renacimiento por medio de la globalización y del internet. En efecto, desde los últimos 25 años, Filipinas es uno de los epicentros del auge del sector BPO, o de la tercerización (centros telefónicos de atención al cliente, externalización de tareas, deslocalización, etc.). Desde entonces, y casi de la noche a la mañana, el español que, hasta ese momento, se percibía como una lengua del pasado, se ha convertido en un idioma del futuro para miles de jóvenes filipinos, que empiezan a matricularse en cursos del idioma, por ejemplo, en el Instituto Cervantes o demás escuelas de idiomas y cursos tanto presenciales como por Internet. Por lo tanto, para estos filipinos, en su mayoría jóvenes, el español ya no es solo la lengua de la nostalgia sino que también se convierte de repente en un idioma de la aspiración. Esta renovación parcial nos dio a muchos la esperanza de que el español se convirtiera de nuevo en un idioma de uso cotidiano y tal vez fuera restaurado como idioma oficial. Esto animó a muchos de nosotros a organizar y formar asociaciones, como grupos Facebook y WhatsApp, crear videos en YouTube y escribir blogs. Como resultado de este reciente aluvión de actividad y creatividad, ha habido varias campañas y peticiones en línea en las que se ha solicitado el restablecimiento del español como idioma oficial o cooficial de Filipinas, junto con el tagalo y el inglés.
….Empero, a pesar de eso, cabe señalar que este renacimiento sigue siendo muy limitado a un portentaje mínimo de la población y restringido a ciertos sectores profesionales. Los filipinos como nosotros que se interesan por el español siguen siendo muy minoritarios. Todavía no se vislumbra que se pueda revitalizar el idioma de una manera más global y generalizada. Fuera del Internet y de los grupos filipinos que se dedican al español, aun no se abre camino la idea de que el español se convierta de nuevo en una lengua oficial y mucho menos cotidiana para millones de filipinos. Por este motivo, pienso que es imprescindible que los filipinos vayan más allá de la idea que el español es solo un buen instrumento de promoción de las perspectivas de carrera, como si fuera simplemente otra cualificación suplementaria, como por ejemplo la programación o las capacitaciones de repaso.
….Creo que debemos mirar más allá de los aspectos prácticos, profesionales y utilitarios del lenguaje. Para imaginar un futuro para el español en Filipinas también es necesario mirar al pasado y recordar su significado para nuestra historia e identidad. La mayoría de los filipinos son conscientes de que su héroe nacional, José Rizal, escribió la mayoría de sus escritos en español. Lo que es menos conocido y comprendido es la medida en que, antes de la llegada de los estadounidenses y su posterior conquista colonial, el español fue efectivamente el idioma de los negocios y la administración de Filipinas durante más de tres siglos. Es decir, saber leer y escribir en Filipinas antes del siglo XX significaba esencialmente dominar el español. Las lenguas indígenas se limitaban a la comunicación oral y había poca escritura en estos idiomas. El español desempeñó un papel unificador como lengua de comunicación en un país con cientos de lenguas locales diferentes. También hay una tendencia entre los filipinos a considerar su identidad como algo fijo a lo largo de la historia e inmutable. Por ejemplo, el abandono del español en favor del tagalo como nuevo idioma nacional se considera parte integrante del desarrollo de la identidad nacional. Sin embargo, esta noción ignora el hecho de que es a través del español como se forjó la identidad filipina. Hasta finales del siglo XIX, los filipinos se veían a sí mismos como tagalos, cebuanos, ilocanos, bicolanos primero, gobernados por españoles de una monarquía distante, en lugar de filipinos pertenecientes a una nación unificada. Este concepto sólo llegó mucho más tarde, a través de los escritos de Rizal y otros, en español. En otras palabras, el sentido de identidad de los filipinos se expresó y se formó por primera vez en el idioma español, que sirvió de fuerza unificadora para los numerosos y dispares grupos etnolingüísticos del país. Así pues, la declaración de independencia de Filipinas se hizo en español, así como su primera constitución, su himno nacional y su primer, y posiblemente más rico, patrimonio literario. Por supuesto, la mayoría de los filipinos saben y entienden en un sentido abstracto que el español era antes el idioma oficial y administrativo del país. Lo que es más difícil de visualizar es lo ubicuo que era este idioma y lo formativo que fue para su identidad nacional. Esto se debe a que casi todo lo que los filipinos saben sobre la era española está mediado por traducciones al inglés o al tagalo de estos textos formativos. Estas traducciones tienden a borrar lo incrustado que estaba el español y la cultura hispana en la sociedad filipina de la época. Estas traducciones hacen que sea mucho más fácil para los filipinos ver el español como algo ajeno a su cultura en lugar de que sea, en última instancia, muy fundamental para su identidad. Por lo tanto, a diferencia del tagalo, que es originalmente un idioma de un grupo etnolingüístico, el español en Filipinas era genuinamente un idioma neutral en cuanto a la comunicación y la unidad interregional.
….Es vital recuperar y poner en valor esta noción de español como formador de nuestra identidad nacional y como el idioma neutral de comunicación que el tagalo, por razones obvias, no es. Muchos filipinos argumentarán sin duda que el inglés ya cumple esta función y lo ha hecho durante más de un siglo. ¿Cuál sería el sentido de restaurar el español como idioma oficial? Ya tenemos el inglés y el tagalo. Mi respuesta sería que, a pesar de la indudable importancia del inglés como idioma mundial de los negocios, a diferencia del español no es fundamental para la identidad filipina. La ocupación americana duró menos de medio siglo y los efectos y la influencia de la cultura angloamericana han sido mucho menos profundos que los del español y la cultura hispánica para Filipinas. Por esta razón, incluso hoy en día, los filipinos tienen culturalmente menos afinidad con otras naciones de habla inglesa como Australia, Canadá, el Reino Unido y así sucesivamente. Por otra parte, a pesar de que la mayoría de los filipinos no hablan español, tienen más en común culturalmente con los latinoamericanos que con estos países anglófonos. Esto se debe a que Filipinas sólo ha sido anglosajona superficialmente. Además, es un país asiático con la peculiaridad de estar culturalmente aislado de sus vecinos asiáticos debido al inglés. Así, el inglés no sólo separa a los filipinos de sus vecinos asiáticos, sino también de América Latina, con la que, sin embargo, tiene mucho más en común culturalmente que con el mundo anglófono. Por lo tanto, al mirar más allá de la estrecha significación utilitaria y profesional del español como idioma para los filipinos, debemos subrayar su importancia fundacional para nuestra identidad nacional. En otras palabras, el español, a diferencia del tagalo que solo es oficial en Filipinas, tiene la ventaja de que no es sólo el segundo idioma más hablado del mundo, lengua global y oficial en docenas de países, igual que el inglés, lo que nos ofrece una ventaja económica incalculable sobre otras naciones, sino que es también y, sobre todo, parte integrante de nuestra identidad nacional.