Segunda Etapa. Revista semestral de lengua y literatura hispanofilipina.
Verano 2021, volumen 8, número 1
RESEÑAS
PDF: Jesuits at the Margins…
Alexandre Coello de la Rosa,
Jesuits at the Margins. Missions and Missionaries
in the Marianas (1668-1769),
Nueva York, Routledge, 2016, 366 pp.
[ISBN: 978-1-138-95558-5]

….No obstante, el libro está compuesto por siete capítulos, que anteriormente tuvieron vida independiente como artículos. Se trata por lo tanto de una obra pergeñada a posteriori, con una introducción nueva que trata de dar unidad al conjunto, y un epílogo (afterword) que funciona a modo de resumen del contenido y conclusión. Dada la naturaleza fragmentaria de los materiales originales, se intenta igualmente dar unidad al conjunto con la organización de cuatro partes que, a nuestro juicio, sí dan respuesta a lo que el título de la obra plantea: el concepto de marginalidad misional, o de misión de frontera. Aunque prácticamente toda misión religiosa es un acto liminal, fronterizo, los numerosos aspectos, teológicos, políticos, culturales y antropológicos que la obra plantea, hacen del proyecto misional jesuítico en Micronesia un episodio singularísimo en la historia de la evangelización cristiana. El pueblo chamorro es la primera comunidad humana en el continente oceánico que adoptó el cristianismo, completándose de este modo la transmisión del evangelio a los cinco continentes. No es poca cosa para una Iglesia católica que aspiraba desde su fundación a la universalidad, y a soslayar la dimensión transcontinental de un Islam que había transmutado grandes zonas de la antigua cristiandad.
….La primera parte incide en este último aspecto que señalamos, la idea de universalidad que la orden jesuita completamente asume en su propio seno para el siglo XVIII. Se había logrado el dominio político de grandes zonas de la ecúmene por la monarquía católica, limitado la expansión islámica, y descubierto numerosas poblaciones al margen de las religiones monoteístas. Las misiones de Mindanao y Joló dentro de los límites de los sultanatos islámicos ya estaban iniciadas para el siglo XVII, con muy escaso resultado, aunque el padre Francisco Combés trate de ofrecer otra lectura en su monumental obra de 1667. Lo cierto es que en el mapa de Atanasio Kircher, Horoscopium Catholicum Societatis Iesus, ya se puede ver esta idea, como señala Coello (337), una verdadera metáfora del propósito universal de la misión jesuita. Más que incidir en la conversión de las zonas islamizadas, los misioneros buscan nuevas reservas donde la acción pueda realizarse sobre población gentil; y, naturalmente lograr un aspecto que legitime, más allá de la fuerza militar, la autoridad moral para transmitir el evangelio. La clave teológica es el martirio, y la primera parte del volumen estará destinada a estudiar el proceso histórico de los martirios jesuitas en Micronesia, y su valor político para arrastrar, desde la teología, a la monarquía. La reina regente Mariana de Austria da apoyo a la misión, y las antiguas islas de los Ladrones pasan a llamarse Marianas. Se estudia pues el martirio como legitimación de la misión, y la consecuente exigencia de protección a la monarquía católica como garante del Patronato real.
….La segunda parte estudia tres aspectos diversos de la acción hispánica en la región como consecuencia del establecimiento de una misión permanente. En primer lugar, la fijación de un cuerpo administrativo sostenido por un pequeño contingente militar, personajes garantes de la acción evangélica. Coello demuestra, muy convincentemente, el perjuicio moral que estos elementos producen en la autoridad de los misioneros para con sus feligreses, pues se pone la lupa (the lens) en prácticas corruptas y abusos de poder que, junto a otros factores epidemiológicos, causan un descenso drástico de la población autóctona. El autor emplea metodología de la historia conectada para estudiar casos concretos que puedan explicar, desde otro punto de vista, la narrativa tradicional. Se relativiza la acción militar como causa exclusiva y única de la crisis demográfica, se estudia la agencia de las élites locales en la administración del territorio, y el papel moral de los religiosos en las disputas personalistas de militares y funcionarios.
….Dada la nefasta acción administrativa de la Corona en la frontera de las Marianas, los jesuitas se entusiasman con una nueva frontera que pueda ofrecer más almas para la conversión, una Nueva Filipinas. A comienzos del siglo XVIII, el padre Andrés Serrano proyecta aún más allá la idea universalista jesuita, y convence a Felipe V para que, en su nombre, se logre la conquista de un nuevo territorio, a la sazón las islas Palaos y Carolinas. Coello se centra en este capítulo sobre todo en la figura de Cantova, dentro del contexto de un liderazgo teológico que se adelante a la acción política. No obstante, la realidad social se impone al idealismo utópico, y ciertamente se logran seres que viajan por todo el mundo con una cultura cosmopolita, pero los valores religiosos poco actúan en esta mundialización. En efecto, el autor estudia en el siguiente capítulo los casos de bigamia expedientados por el Santo Oficio, personajes peninsulares, criollos, mestizos, casados en México o Perú, y vueltos a casar en las Marianas. Sin duda la documentación de archivo muestra excepcionales casos concretos y reales de la globalización hispánica, pero no tanto dentro del orden moral predicado por los jesuitas. A pesar de la escasez poblacional, la Inquisición suele llevar a los reos de vuelta a sus lugares de origen para cumplir los votos matrimoniales con la primera esposa, con la natural incerteza para la familia que queda en las Marianas.
….La tercera parte del volumen nos habla ya de un proceso de constitución social, de una sociedad que solidifica lazos de unión tomando como ejemplo la fiesta de la coronación de Fernando VI. El padre José Calvo señala la relativa ineficiencia de la misión en Marianas y se plante el abandono de la acción para ser llevada de nuevo a la frontera de Mindanao y Joló. No obstante, la corona se ha persuadido definitivamente de la valía estratégica de las islas frente a la inseguridad regional del avance inglés, por lo que no hay voluntad de abandonar el territorio. Más bien al contrario, la fiesta barroca que tiene lugar en Agaña en 1747, con la representación de varias comedias e incluso festivales taurinos (noticia sobresaliente al tratarse quizá de la primera corrida de toros celebrada en Oceanía), construcción de jeroglíficos y despliegue de retratos e insignias, muestra la voluntad inequívoca de que las Marianas formen parte de la monarquía, en un cuerpo social unido bajo la figura del Rey.
….Finalmente, la última parte estudia la desviación teológica de la congregación de Nuestra Señora de la Luz, que no sólo da poder salvífico a María para redimir las almas —detalle teológico que describe muy bien Coello—, sino que en su puesta en práctica en Marianas provoca la ruina moral de los jesuitas. Pues así puede llamarse al encubrimiento de jesuitas como el alicantino Rafael Canicia, de las prácticas de Franz Reittemberger. Con el pretexto de purgar y limpiar los pecados, el jesuita Franz Reittemberger adoptó prácticas locales de rasurar y afeitar el cabello y bello púbicos. Tras su fallecimiento, el Santo Oficio recibió varias denuncias y el caso fue poco a poco desvelando los abusos perpetrados por el misionero. Coello estudia el expediente y describe minuciosamente no sólo las desviaciones teológicas del asunto, sino sobre todo el efecto desmoralizante para la misión jesuítica, ya condenada al exilio y a la desnaturalización de los territorios de la monarquía.
….Estamos por lo tanto frente a un libro denso y complejo, con numerosos aspectos que habían sido poco atendidos frente a las generalizaciones, y que altera indiscutiblemente el discurso historiográfico tradicional: desde la utopía martirial inicial a las prácticas desviadas de la congregación mariana, desde el personalismo político de administradores dictatoriales, a la popularización monárquica (“la fiesta de todos” la llama Coello), desde la despoblación demográfica, a la agencia local y la constitución de un mundo mestizo y cosmopolita. Quizá en este último aspecto se podría haber abundado más —pues así se desea y señala en la introducción—, pero ciertamente mucha más participación local se podría haber esperado en este proceso humano, como de algún modo también indica Francis Hezel en su prefacio: “The island people, as presented in this volume, were anything but passive victims in this drama”. A pesar del excesivo interés en la materia jesuítica (completamente legitimado por el propio título de la obra, y de que no se trata de una historia de Marianas, sino de los jesuitas en Marianas), sí que se realiza una aproximación innovadora y dinámica teniendo en cuenta las exigencias de la actual historiografía, y en tales términos lo determina el propio Hezel: “This volume, by contrast, offers us a complex interaction of persons and parties driven by motives that change over time”. Lo volvemos a repetir, estamos frente a un libro denso y complejo, confeccionado con la unión de diferentes artículos pero que, como todo unitario, abre numerosas puertas para reflexionar sobre la historia de Micronesia.
Isaac Donoso