Segunda Etapa. Revista semestral de lengua y literatura hispanofilipina.
2024, volumen 11, números 1-2
Ensayo
EL IDIOMA ESPAÑOL EN FILIPINAS
BAJO LA REALIDAD GEOPOLÍTICA
POSTERIOR AL COVID-19
JOSEPH SOLÍS ALCAYDE
Universidad Tecnológica de Cebú
Filipinas y el resto del mundo han luchado contra la pandemia de COVID-19. La pandemia ha interrumpido las actividades económicas o culturales normales en todo el mundo, ya que los gobiernos han tenido que imponer medidas extraordinarias, como el distanciamiento social y la cuarentena estricta para mitigar su difusión. Estas medidas han afectado no solo a la supervivencia diaria de muchas familias en todo el mundo, sino también al resultado futuro de las relaciones internacionales en la segunda década del siglo XXI.
….Muchos países se han visto en la difícil coyuntura de buscar alianzas y estrategias políticas para remediar médicamente el avance y alcance de la pandemia entre sus ciudadanos. Todo indica que el virus tuvo origen en China, y se extendió a nivel mundial en enero de 2020, cuando la gravedad había llegado al punto de que la Organización Mundial de la Salud lo declaró pandemia en marzo de 2020. Las tensiones existentes entre China y los países occidentales precedían a la aparición de dicho virus, como hegemón contrincante al orden internacional liberal diseñado por los Estados Unidos, mientras que al mismo tiempo, el primero se había enajenado a algunos países asiáticos vecinos como Filipinas e India, con respecto a sus reclamos territoriales en algunas islas en el Mar del Sur de China y los Himalayas, respectivamente.
….La realidad emergente de una segunda Guerra Fría entre China y el mundo occidente después de la pandemia debería ser una llamada de atención para que Filipinas desacople su dependencia económica y política para el desarrollo económico y la protección de la seguridad nacional con los países socios económicos tradicionales como China y los Estados Unidos. Los formuladores de políticas gubernamentales deberían aprovechar esta realidad, para protegernos de cualquier tipo de interrupciones existenciales futuras, como una Tercera Guerra Mundial. Nuestro país debería utilizar nuestras experiencias culturales e históricas, únicas en su contexto regional, para evitar verse arrastrado por ambas partes en una hipotética segunda Guerra Fría. Para lograr esta visión, no ajena a nuestra supervivencia futura como nación —o exterminio, como así demostró la alineación de Filipinas en el concierto de la Segunda Guerra Mundial—, el gobierno debe considerar algunos cambios en las políticas económicas, educativas, relaciones exteriores o incluso políticas de inmigración, para que podamos enfrentar los posibles peores escenarios de una segunda Guerra Fría.
….La primera reforma política que Filipinas debería considerar es la reforma de la política económica, especialmente en las leyes de inversión extranjera en la Constitución de 1987 y los estatutos. Nuestro país tiene regímenes notoriamente restrictivos de inversión extranjera directa, donde las personas o corporaciones extranjeras en su mayoría no pueden poseer más del 40% de las acciones de capital, de conformidad con el artículo XII de la Constitución y las actas repúblicas de 7042 y 8179, salvo las industrias no mencionadas de dichos últimos estatutos que están reguladas por las actas repúblicas de 7916 y 8748 —leyes sobre las zonas económicas especiales— como externalización de procesos de negocio (o BPO en las siglas de inglés). Estas restricciones a la participación de capital extranjero para la mayoría de los sectores económicos impiden que nuestro gobierno atraiga inversiones foráneas necesarias para generar empleos a los ciudadanos filipinos dentro de nuestro territorio, o mejorar nuestras infraestructuras vitales, como carreteras y ferrocarriles, para proporcionar un marco de cadena de suministro para un crecimiento y desarrollo económico impulsado por la industria.
….Hace unos años me reuní y conversé con varios inversores españoles en una reunión organizada por la Cámara de Comercio Española de Filipinas en Cebú. Me dijeron que las restricciones abiertas a la participación de capital extranjero siempre han sido uno de los obstáculos para que invirtieran en el país a gran escala, a diferencia de América Latina, donde pueden hacer lo contrario. Las mismas restricciones son uno de los impedimentos para que nuestro país forje un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea, en la que España es uno de sus miembros, o con otros países más allá de Estados Unidos, como México, Chile, Perú o el bloque económico de Mercosur. Eliminar las barreras en la participación de capital extranjero plenamente, especialmente a los inversores españoles y latinoamericanos que quieran invertir en la economía, debería ser el primer pilar que se establezca, para domeñar la dependencia y articular nuevos socios económicos, a la sazón, los antiguos mercados hispánicos donde Filipinas dirigió su acción en la Edad Moderna. Naturalmente, y en razón de la propia naturaleza de la historia, el uso del idioma español en nuestro país es un valor económico, y no debió —ni debería en el nuevo porvenir— ser negociable, si es que somos lo suficientemente inteligentes en lo humanístico, como en lo estratégico.
….La segunda reforma política que se debe emprender es la reforma educativa, en la que el español debe ser reincorporado gradualmente como asignatura obligatoria o medio de instrucción en todos los niveles del sistema educativo. La reinstauración del idioma español en el sistema educativo filipino es un componente vital para un renacimiento de la cultura nacional en el país porque, si la gente supiera hablar español, se apreciaría la importancia del proceso de construcción de nuestra cultura y de nuestra historia. El aprendizaje de un segundo idioma en el contexto filipino, tal como sucede en otros países bilingües o trilingües del mundo, siempre comenzará en las aulas de primaria. Una vez que nuestro país tenga un grupo suficiente de estudiantes de español como segundo idioma, se podrían reconstruir los cuerpos docentes destruidos a finales del siglo pasado, y que acabaron con la eliminación de la lengua en 1987 tras tres siglos de oficialidad en este archipiélago.
….El español debe ser tratado de la misma manera que el inglés de hoy, porque el primero es tan importante como el segundo, en términos de desarrollo mundial. Ha moldeado, por añadidura, las lenguas indígenas como el tagalo, el cebuano y otros, a través de préstamos léxicos y morfológicos. Es de facto, por lo demás, la principal fuente de préstamos técnicos en el proceso de intelectualización y modernización de los idiomas nativos, más que inglés, debido a su compatibilidad fonética con idiomas como el tagalo o el cebuano, a diferencia de las lenguas germánicas. El español como el inglés y los idiomas filipinos regionales deben enseñarse lo antes posible, porque los niños tienen capacidades innatas para aprender cualquier idioma simultáneamente, debido a su gran plasticidad cerebral sobre los adolescentes y adultos. Más allá de las aulas, el español también debe usarse en las transacciones diarias del gobierno y las empresas, las transmisiones de los medios de comunicación y los servicios religiosos, para que nos sintamos atraídos a usarlo vigorosamente, sin dudarlo. Esta reforma propuesta solo puede ser posible mediante la modificación de las disposiciones de idioma en el artículo XIV, sección 6 de la Constitución, para restablecer el estado oficial del español, junto con el inglés y el filipino.
….La tercera reforma de política que se debe hacer es revisar las perspectivas de nuestra acción exterior como país, de conformidad con el artículo II, sección 7 de la Constitución, donde se establece que el Estado debe tener una política exterior independiente, basada en la consideración de su soberanía nacional, integridad territorial, interés nacional, y el derecho a la autodeterminación.
….No deberíamos de depender de ninguna superpotencia y, en cambio, necesitamos forjar lazos culturales, económicos y políticos más estrechos con regiones donde podamos obtener más aliados para apoyar nuestras causas políticas internacionales ante la Organización de las Naciones Unidas. Deberíamos imitar lo que ha hecho China durante los últimos años en términos de ganar aliados en América Latina. No deberíamos de desprendernos de aliados que nos son naturales y, en la medida de lo posible, tenemos que elaborar acuerdos de libre comercio y de intercambio de personas con ellos, para que nuestro país pueda ejercer capacidades de poder blando. Como queda dicho, nuestra supervivencia a medio plazo contra posibles países adversarios no es un escenario ficticio.
….La cuarta y última reforma de la política, que es tan importante como la primera, es la reforma de la política migratoria. Para la información de los extranjeros, especialmente los españoles y latinoamericanos, Filipinas es bastante restrictivo en términos de atraer a posibles inmigrantes y jubilados que desean establecerse en nuestro país, por varias razones. Frente a esta situación, la afluencia de inmigrantes ilegales de China continental sigue creciendo, y los últimos acontecimientos manifiestan el riesgo que esto supone para la estabilidad del país. La intención de restringir a los extranjeros que legalmente quieran radicarse libremente en nuestro territorio solo perjudica los ingresos en el país para invertir, trabajar y retirarse, mientras los inmigrantes ilegales simplemente continúan eludiendo las leyes de la inmigración restrictivas. Abrir las puertas del país a españoles y latinoamericanos ayudará a revitalizar la propagación del español, atraerá inversión, desarrollará el turismo, en suma, fomentará sinergias globales en todos los niveles de la vida pública y privada.
….Esta cuarta reforma política propuesta sería posible si las disposiciones de ciudadanía de la Constitución (artículo IV) fueran enmendadas, para adoptar el principio jus soli o el derecho de ciudadanía por nacimiento, y la anticuada Ley de Inmigración de Filipinas de 1940, que restringe parcialmente las entradas de inmigrantes de un cierto país anualmente a cincuenta, o cuota de inmigrantes. Las estrictas leyes de ciudadanía e inmigración, junto con las leyes de inversión extranjera, siempre han sido impedimentos para los posibles inmigrantes españoles y latinoamericanos que desean establecerse en nuestro país.
….Estos cuatro pilares para la reforma de políticas, deberían ser la base para los futuros formuladores gubernamentales, legisladores y líderes en nuestro país, si desean aprovechar el lugar que le corresponde a Filipinas en el concierto de las naciones, su singularidad geoestratégica, y su natural espacio histórico y cultural con la lengua española, segunda lengua materna más hablada del mundo. Una vez fuimos hispanohablantes, no deberíamos haber perdido un privilegio que une a tantos pueblos del mundo.