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Revista Filipina
Segunda Etapa. Revista semestral de lengua y literatura hispanofilipina.
Verano 2021, volumen 8, n
úmero 1

ARTÍCULOS Y NOTAS
PDF: Lenguas y realidades socioculturales en Micronesia…

LENGUAS Y REALIDADES SOCIOCULTURALES EN MICRONESIA.
DINÁMICAS DE CAMBIO Y ADAPTACIÓN
EN CHAMORROY PALAUANO



CARLOS MADRID ÁLVAREZ-PIÑER
Micronesian Area Research Center
Universidad de Guam

Resumen

En las islas Marianas y Palaos el uso cotidiano de la lengua tradicional se encuentra desde hace al menos las últimas dos décadas sumido en un proceso simultáneo de retroceso y recuperación. Planteamos una reflexión sobre dicho fenómeno y sobre otros elementos de la cultura, como la navegación tradicional o la manufactura de productos turísticos, que son manifestaciones de la sociedad contemporánea en un proceso simultáneo de afirmación de su identidad y transformación de la misma.
….Detrás de los conflictos, se adivinaba ya la lucha por la influencia y l control del Pacífico, un escenario de creciente importancia en la geoestrategia mundial. En la evolución posterior de las islas, y en la sucesiva soberanía que en ellas ejercieron España, Alemania, Japón y Estados Unidos, se refleja la repercusión que tuvo la fuerza del imperio informal, es decir, la labor realizada por misioneros y comerciantes previamente a cualquier acción del Estado, sobre las reivindicaciones posteriores que dichas potencias alegaron para aumentar su influencia en la Micronesia.


Palabras clave: chamorro, palauano, cultura, sociedad, sociolingüística, política lingüística.

….De los menos de 50.000 hablantes con los que cuenta el chamorro, unos 35.000 se encuentran en Guam, la mayor y más meridional isla del archipiélago de las islas Marianas, donde la presencia militar norteamericana es mayor con sus dos bases principales. En la década de 1970 y 1980, el visible retroceso en el número de chamorrohablantes llevó a diversos intelectuales, agentes culturales y grupos locales a movilizarse en su defensa. A partir de los primeros años del siglo XXI esta movilización logró dar forma en la conciencia colectiva al auténtico peligro de desaparecer por completo del idioma chamorro.
….Iniciativas del sector privado, con escuelas como Hurao Guahan, una de las primeras en ofrecer clases de inmersión, fueron correspondidas por iniciativas públicas para incrementar las horas lectivas de chamorro, o con iniciativas legislativas como la ley 31-45 de 2011. El Departamento de Educación cuenta con 135 profesores de chamorro para las 40 escuelas de Guam, de los que 97 enseñan en educación primaria, 21 en la escuela secundaria, y sólo 17 en la secundaria preuniversitaria. La iniciativa legislativa 31-45, que entró en vigor en 2013, trata de paliar la escasez de profesores de chamorro formando una nueva generación de profesores que a su vez enseñe el idioma a los más jóvenes, en un nuevo currículo que amplía a dos cursos la asignatura de chamorro.
….Para otros archipiélagos de la región, como en los Estados Federados de Micronesia (FSM) ese proceso, que quizá tenga más de retroceso que de recuperación, no es ajeno al desarrollo de internet y las nuevas tecnologías. El desarrollo y extensión de Internet desde la década de 1990, y especialmente en los primeros años del siglo XXI, ha barrido con fronteras naturales previamente insalvables. Aun así, las distancias naturales siguen siendo uno de los factores de importancia a la hora de definir las realidades locales. La fragmentación lingüística es inevitable, habiendo lugares, como la isla de Mogmog, en Ulithi, habitada por apenas trescientas personas, cuyo idioma es hablado por unas 3.000 personas. El acceso a bienes de consumo o medios de transporte a islas importantes como Yap sigue siendo limitado hoy día, y el primer diccionario de ulithiano e inglés ha sido impreso en fecha tan reciente como 20101. En ese contexto, en un futuro inmediato la evolución lingüística seguirá siendo tan autónoma como ha venido siendo hasta ahora.

El contexto histórico
….A pesar de la ambivalente imagen que la presencia norteamericana ha tenido y tiene en la región de Micronesia, no cabe duda de que su influencia ha sido un factor de crecimiento y desarrollo que, al mismo tiempo que ha supuesto una introducción acelerada a la economía de consumo y a un modelo de globalización aparentemente irreversible, también ha facilitado el desarrollo económico sobre el que la citada eclosión cultural se viene desarrollando.
….Las islas Marianas, como el resto de Micronesia, se han enfrentado en las últimas cuatro décadas a un complejo proceso de cambio de identidades culturales de sus habitantes, que el antropólogo español David Atienza conoce en profundidad2. Después de ser colonia española durante 230 años, Guam fue reclamada por Estados Unidos en el Tratado de París de 1899. La nueva metrópoli gobernó la isla como una dependencia de la marina norteamericana, mientras que las islas Marianas del Norte fueron vendidas por España a Alemania, que las gobernó en parte desde la colonia de Nueva Guinea hasta 1914, en que pasaron a Japón como resultado de la Primera Guerra Mundial3.
….Tras 1945, la autonomía política que el mandato de Fideicomiso de las Naciones Unidas establecía para la región no fue desarrollada con la eficacia que se esperaba de Estados Unidos como nueva potencia administradora. A partir de la década de 1960, tras negativos informes internos de Washington y uno de Naciones Unidas, se aceleró dicho proceso de preparación para el autogobierno. El magro presupuesto de apenas 57 millones de dólares invertido en Micronesia entre 1951 y 1962, se multiplicó hasta los 917 millones en menos de dos décadas4.
….En esa década clave de 1960 uno de los elementos de cambio en las islas Marianas del Norte y en toda Micronesia fueron los Peace Corps o Cuerpos de Paz, una agencia independiente de voluntarios o misioneros laicos creada en 1961 por la administración Kennedy para otras regiones del mundo que se extendió, a partir de 1966, a Micronesia, obteniendo unas 3.000 solicitudes a las pocas semanas de establecerse. Aunque hoy, pasado casi medio siglo de su llegada, si bien el legado de los Peace Corps está aún por escribir, cabe afirmar que sus miembros a menudo echaron raíces en la sociedad isleña, de manera que ejercieron un papel determinante en el cambio de mentalidad de sectores sociales cuantitativamente significativos, como jóvenes estudiantes o profesionales del derecho, la medicina, etc. De hecho, ha sido un grupo de Peace Corps retirados los que han tenido la iniciativa de publicar el ya citado primer diccionario de ulithiano e inglés, a través de la ONG Habele, con sede en Carolina del Sur, EE.UU.
….A partir del año 1963, Guam y las islas Marianas del Norte fueron finalmente abiertas al turismo, superando el bloqueo previo —un entorpecimiento más que una prohibición— que había justificado la inteligencia norteamericana por motivos de seguridad militar. Entre mediados de los años 60 y la década de los 80 el turismo de Guam comenzó a desarrollarse con rapidez. Entre muchos otros, gracias a agentes locales como Bert Reyes Unpingco, “Mr. Guam Tourism”, e inversores privados como Manuel José y Al Israelen, la bahía de Tumon se transformó con grandes hoteles de vocación cosmopolita destinados a hospedar al turismo internacional, especialmente el japonés. Un rápido proceso de cambio comenzaba así a tomar forma en el seno de la sociedad chamorra de Guam, con fuertes elementos de aculturación, como la aceleración de la pérdida del idioma, o la dependencia económica hacia el turismo, el gobierno, o las fuerzas armadas.
….La eclosión cultura que se está viviendo en las islas Marianas desde mediados de la década de los 2000, tal y como sucediera en Hawái a primeros de la década de 1970 con el llamado “Segundo renacimiento hawaiano”, supone el éxito de un grupo indeterminado de agentes culturales como Robert Underwood, Peter Onedera y muchos otros que, desde finales de los años 70 y primeros de los 80, trabajaron por servirse del idioma vernáculo y devolver a la herencia indígena el eje de gravedad de la identidad chamorra, que se había trasladado desde lo hispano, tal y como sucedía en las primeras décadas del siglo XX, hasta la casi desaparición en Guam del vernáculo a finales del siglo XX. Ese vuelco en el eje de gravedad representa un éxito para aquellos que, desde comienzos modestos y contando con muy pocos apoyos y recursos, han conseguido convertir en dominante un discurso indigenista cuyos valedores históricos habían sufrido la condena de siglos de marginación.
….Con todo, muchos de esos agentes culturales se esfuerzan hoy por compensar los excesos causados por dicho movimiento, puesto que se ha llegado al extremo de querer negar y depurar de la cultura aquellos componentes que tienen un origen foráneo, hispánico. Dichos excesos parecerían en principio abocados al fracaso, en la medida en que una vez acabado el periodo español, la cultura chamorra pronto se entendió a sí misma de forma tácita como heredera de la cultura hispana, y como tal consideró como un componente de prestigio no sólo el hablar castellano, sino la práctica de las costumbres y hábitos sociales heredados de las generaciones anteriores, hispanohablantes en su gran mayoría. La identidad chamorra había dejado atrás relativamente pronto los límites étnicos, para entenderse a sí misma como una cultura hispana, obligada por la catastrófica desaparición del 90% de los habitantes indígenas como resultado de las epidemias, las guerras y las consecuencias del traslado forzoso posterior a la conquista entre 1668 y 16985.
….El mismo vocabulario tradicional para referirse a los puntos geográficos principales, lågu (desde la costa hacia el mar) y håya (desde la costa hacia el interior) puede ser entendido en un sentido semántico más complejo, donde håya representa lo local, lo indígena, lo vernáculo y propio, mientras que lågues lo de fuera, lo foráneo, lo global. Uno de los elementos de comprensión del pasado que parece ausente del debate actual es que la compleja relación dinámica entre haya y lågu está de un modo u otro presente en cualquier sociedad pre-industrial, y en ese sentido la cultura chamorra, a través de un largo proceso de resemantización posterior a la cristianización, estableció un cierto grado de control y dominio sobre la articulación entre lo foráneo y lo indígena. El perro común, desconocido en las islas hasta la llegada de los españoles, era y sigue siendo el galago, literalmente animal-de-fuera. Algunas enfermedades, como el yaflago, una irritación de la piel, incluyen el término lågu porque denotan así su origen foráneo. Entre lo que es lågu, y lo que es håya, se articula una dicotomía que nunca llega a desaparecer, pero que se transforma a través del filtro hispano, percibido en ese sentido como propio, como una expresión de su identidad local.
….El ejercicio de control que logró la población chamorra sobre dicho proceso de articulación constituye, a nuestro modo de ver, un caso de apropiación y supervivencia que garantizó la recuperación cultural de una antigua identidad, que tras la conquista había sido renovada sobre nuevos planteamientos.

La cultura
….Nos preguntamos, ¿viven en la actualidad las islas Marianas un proceso de renovación identitaria similar? Si es así, y hemos de fijarnos en el pasado para identificarlo, se tratará de un largo proceso que puede durar varias generaciones y que está llamado a integrar, en un todo compacto, ambas corrientes identitarias.
….A pesar de los excesos, sin duda la recuperación de la herencia indígena pre-hispana arroja un saldo positivo. Los fallecimientos de los navegantes tradicionales Mau Piailug, auténtico transmisor de la navegación tradicional en las Hawái fallecido en 2010, y Manny Borja, fallecido en 2013, han servido para marcar un punto de inflexión, en el que las sociedades de Micronesia —y con ellas la chamorra—, pueden mirar atrás y comprobar cómo nuevas iniciativas relativas a la navegación tradicional se multiplican a lo largo de distintas generaciones. En la actualidad, además de navegantes como Larry Raigetal en Satawal, Lino Olopai y Cecilio Raikulape en Saipán, podemos encontrar los grupos Tasi de Frank Cruz y Tasa de Monica Okada en Guam, e incluso en la costa oeste de Estados Unidos los Che´lu, de Mario Borja. En el Centro de Investigación de Micronesia (Micronesian Area Research Center) de la Universidad de Guam hemos introducido en 2019 la navegación tradicional como una de sus prioridades de investigación y fomento.
….Con semejantes dinámicas en marcha, ¿qué importancia relativa tiene el hecho de que palabras utilizadas para referirse a las canoas, como es proa (del malayo parao, adaptado al castellano como proa) o galaide, puedan tener un origen español? Aunque no es una palabra en absoluto común en castellano, con la palabra galaide definía el insigne acuarelista valenciano Rafael de Monleón a una pequeña embarcación occidental, y del griego antiguo galeo derivan también galera, galeón, galeota, etc. La recuperación de la navegación tradicional, y el complejo sistema de orientación celeste que durante siglos sirvió a determinados clanes para perpetuar un conocimiento secular que permitía viajes a largas distancias, es tal vez el más valioso aporte del proceso de renovación cultural que está viviendo Micronesia desde la última década.
….Incluso en el ámbito más prosaico de los souvenirs y recuerdos turísticos se ha vivido un cambio en los años que median entre 2004 y 2013. Considerados objetos de consumo sin crédito alguno, su estudio constituye un interesante campo en el que observar el modo en que una sociedad es vista por los visitantes, cómo se entiende a sí misma, y cómo ambas percepciones se retroalimentan. En Guam y las islas Marianas, allí donde hasta hace apenas diez años solo existían los consabidos sostenes de coco y los imanes para las neveras con motivos hawaianos, hoy existe una amplia oferta que ha ganado en complejidad y calidad, entre otros motivos como resultado de la mayor diversidad de turistas que visitan las islas. Ciudadanos rusos, chinos y coreanos han venido a reemplazar a los japoneses como visitantes principales. En el ámbito de los suvenires, el caso de las “WishingDolls” o “Muñecas de los deseos”, de invención relativamente reciente en Saipán (2005), es paradigmático. Una figura humana estilizada a partir de piezas de cáscara de coco, semillas y fibras vegetales, permitían y permiten al turista llevarse a casa algo “típico”, ligero y por poco precio. Así, los nuevos creadores ofrecen un diseño más cuidado, gusto por los detalles y los materiales tradicionales, lo que ha redundado en un claro éxito de cara al público.
….La existencia de lugares de venta dirigidos al turismo, como el excelente Chamorro Village de Agaña, construido en 1992 durante el mandato del gobernador Joseph Ada, han facilitado el acceso al mercado local por parte de los turistas. En camisetas, adhesivos para los coches y otros elementos decorativos, siguen primando no obstante los elementos de diseño relacionados con las figuras hipermasculinas de guerreros del pasado. Incluso en la cuidada arquitectura y diseño del Chamorro Village, expandido para albergar en 2016 parte del Festival del Pacífico, se deslizan elementos diacrónicos, pues en su logo se reflejan casas prehistóricas construidas sobre pilares llamados latte, junto con una carreta de ruedas y un carabao, ambos elementos introducidos por los españoles en época muy posterior.
….Es en esa relativa reinvención del pasado donde radica el éxito de la actual corriente cultural, en la que se halla inmersa la sociedad de las islas Marianas de los últimos treinta años. Podría afirmarse que se trata de un “reinicio” de la identidad, que ha dejado parcialmente atrás rasgos asociados con el pasado histórico e inmediato, para retrotraerse a la identidad indígena precristiana, un pasado remoto apenas conocido, que históricamente había sido relegado como inferior en el contexto colonial.
….El símbolo de dicho vuelco puede representarse con el sinahi, un adorno para el cuello empleado muy ocasionalmente en la antigüedad por los jefes indígenas, hecho con la parte más resistente de un molusco (tridacna gigas). Hoy, reproducido con otros materiales y usado indistintamente por personas de toda condición, se ha convertido en un icono cultural llevado con justificado orgullo por numerosos hombres del archipiélago.

El idioma
….La transformación del chamorro en una lengua escrita se produjo con la presencia colonial española, a partir de 1669. La corona española estableció escuelas parroquiales y públicas en cada pueblo, especialmente desde mediados del siglo XIX, con segregación por género como en Europa, pero con un ambicioso currículo (no siempre respetado) en álgebra, urbanidad y, por lo que respecta a nuestro estudio, lectura y escritura. Así, no faltan testimonios escritos en chamorro, a pesar de las normativas de persecución que la corona ejerció contra los idiomas indígenas a finales del siglo XVIII. Lo cierto es que, sobre el terreno, dichas órdenes carecían de poder efectivo sobre el conjunto de la población, y es más que probable que semejante prohibición estuviera reducida al ámbito oficial. El riesgo de extinción total del idioma chamorro no se produjo hasta la segunda década del siglo XX, bajo el modelo de gobierno de la marina norteamericana, cuando se prohibió explícitamente su uso en las escuelas e incluso en alguna ocasión se quemaron en hoguera pública diccionarios bilingües.
….La comparación con otro idioma micronesio de importancia específica, como es el palauano, arroja interesantes datos que invitan a la reflexión. El idioma nacional de Palaos evoluciona desde una perspectiva diferente con sus poco más de 20.000 habitantes repartidos entre las 13 islas principales de las 300 que forman el archipiélago.
….Palaos tiene un índice de alfabetización del 92% y una de las identidades de Micronesia percibidas como más sólidamente asentadas en la tradición, junto con la yapesa. El palauano, además, no ha sido una lengua particularmente amenazada en el pasado.
….Alemania (1899-1914) estableció escuelas públicas donde el palauano se empleaba habitualmente. En 2005 tuve el honor de entrevistar en Koror a la Sra. Isebong Isimang que, a sus 108 años, confirmaba una visión negativa de la breve pero intensa presencia alemana en la isla. La gente de Palaos les tenía miedo, decía, porque les obligaban a trabajar constantemente y eran muy autoritarios. “Bad”, resumía la Sra. Isimang, contradiciendo así testimonios recogidos sobre los alemanes en las islas Marianas del Norte, donde eran generalmente recordados en términos positivos6.
….Durante la administración japonesa, a partir de 1920 por mandato de la Sociedad de Naciones, se produjo un importante desarrollo económico, social y cultural en el seno de su sociedad, aunque estuvo acompañado por una fuerte política colonial que degradaba a los habitantes indígenas a ciudadanos de tercera categoría en su propio país. Koror, capital de Palaos, era también capital de los territorios japoneses de Micronesia, y los numerosos alicientes económicos de la administración japonesa se reflejaron en el intenso intercambio con Japón que distingue a Palaos del resto de naciones de Micronesia.
….Aún hoy se trata de uno de los pocos países del mundo donde se conduce por la izquierda, y los habitantes con apellido japonés no sólo no lo ocultan, sino que lo llevan con orgullo. La presencia japonesa, tan denigrada en otras zonas de Micronesia como Guam por causa de la invasión militar y los abusos producidos durante los últimos meses de la II Guerra Mundial, son en realidad una excepción, pues en otras zonas, como es el caso de Saipán, en las propias Marianas, los habitantes que conservan recuerdos personales del periodo japonés los expresan en términos laudatorios y agradecidos.
….Los préstamos lingüísticos en los distintos idiomas de Micronesia han generado reacciones diferentes entre sus habitantes. En Palaos, con una fuerte identidad nacional, no escasean los préstamos lingüísticos del español, como resultado de los quince años de presencia colonial. Podemos encontrar palabras religiosas como Baskua (Pascua) badre (sacerdote), diablong, birhen, burgatorio, keristiano (cristiano) kerus (cruz), o vocabulario militar, como banderang, sablei (sable), soldau (soldado), trombetang (trompeta), sebangiol (español), así como de otros ámbitos de la vida cotidiana: mantang (manta), damas (juego de), cabilón (cabrón), sebadong (sábado), escoba, martillo, kusarang (cuchara), butiliang (botella), sebulias (cebollas), mais (maíz), sandiang (sandía), mantekang (manteca). También existen palabras prestadas del alemán, pero particularmente del japonés, que tuvo un peso específico propio en la posterior evolución del palauano. A pesar de su abundancia, son palabras que se utilizan con normalidad, y en Palaos, república independiente con voz y voto en Naciones Unidas, no existen tensiones perceptibles relacionadas con el origen foráneo de dicho vocabulario.
….Es inevitable la comparación y contraste con el chamorro de Guam, territorio no incorporado de los Estados Unidos, donde los préstamos lingüísticos del castellano son superabundantes. Su uso en el idioma habitual constituye motivo de desencuentros entre lingüistas y agentes culturales, que se esfuerzan en edificar una autonomía política nacional que no se ha conseguido a día de hoy. ¿Son palabras chamorras las prestadas del castellano? ¿Deben eliminarse y sustituirse por otras, indígenas? Un viejo debate que en Filipinas también tuvo lugar, con desiguales resultados, como el legendario ejemplo de mediados del siglo XX de cómo evitar palabras hispanas como silya (silla), inventando el desafortunado neologismo salumpuwit, que viene a significar “recoge nalgas”. El término, si es que realmente existió, apenas gozó de aceptación, confirmando así el principio de que, en el lenguaje, el sentido práctico prima sobre las consideraciones técnicas o políticas.
….En las islas Marianas el debate tiene máxima vigencia en la actualidad, especialmente en los últimos diez años. Tratándose además de dos posturas enfrentadas que presentan ventajas y desventajas, la recuperación de palabras indígenas en desuso persigue la puesta en valor de un conocimiento que durante siglos fue considerado inferior. Tarea encomiable, que al mismo tiempo pretende trasladar al escenario de la lengua un conflicto que tiene más de político que de lingüístico, en la medida en que se basa en la idea de que los préstamos lingüísticos son testimonio de la injerencia extranjera en el pasado y representan una amenaza en el presente, aún colonial.
….Sin embargo, los préstamos de otros idiomas, tanto del japonés en palauano como del castellano en chamorro, tienen un grado de aceptación y uso máximo. En su inmensa mayoría, los hablantes desconocen que están empleando un término que era prestado en origen y, por tanto, su uso carece de capacidad real de ejercer como una “restricción colonial” que esté minando la identidad política contemporánea, tal y como podría parecer y como de hecho se reivindica desde ciertos sectores intelectuales en Guam.
….Intelectuales chamorros, como el académico Robert Underwood o el dramaturgo Peter Onedera, abogan por el uso normalizado del chamorro heredado de sus padres y abuelos, es decir aquella generación que creció en la época inmediatamente anterior a la Segunda Guerra Mundial. Esta generación de intelectuales no busca restablecer un vínculo con su herencia cultural, sencillamente porque nunca lo perdió, y no tiene motivos para compensar ausencia alguna. Abogan por continuar con el empleo normalizado del idioma que les fue transmitido directamente.
….La otra postura, llamémosla “neoindigenista”, cuenta también con defensores que persiguen una depuración del vocabulario, eliminando o sustituyendo aquellas palabras de uso extendido que tengan un origen español, para sustituirlas por términos nativos, registrados en el pasado, pero ya en completo desuso, en un proceso estudiado en detalle por los prestigiosos lingüistas Rosa Palomo y Tomas Stolz7. ¿Hay lugar para la reflexión desapasionada en tan relevante debate? Sin duda un conocimiento más detallado de los procesos históricos en que se sumió la sociedad indígena en el periodo colonial español contribuirá a neutralizar las disensiones existentes. ….
….
Existen pruebas documentales que avalan el uso extendido y dominante del chamorro en el Guam de finales del siglo XVIII8. Dichos testimonios documentales reflejan la limitada influencia que el español tenía después de más de un siglo de presencia colonial, reduciéndose los préstamos a aquellos conceptos inexistentes en el universo nativo: meses del año, días de la semana, palabras como fragata, munición, capitán, etc. Establecido por tanto que el idioma mantenía un vocabulario prácticamente ajeno al castellano en 1798, situamos en algún momento del siglo XIX el proceso histórico a través del cual el chamorro incorporó un alto número de préstamos lingüísticos, estudiado en profundidad por el lingüista Rafael Rodríguez-Ponga9. En ese sentido, el que el diccionario castellano-chamorro publicado en 1865 recogiese ya buena parte de dichos préstamos10, que en 1798 aún no se habían incorporado al chamorro, nos arroja un margen de menos de setenta años para delimitar, de forma preliminar, dicho proceso histórico de integración.
….Esa delimitación nos permite una primera conclusión: la transformación del chamorro en una lengua criolla o mixta no pudo producirse únicamente como resultado de una imposición gubernamental. Esta presión existió durante el siglo XVIII, y está registrada en las disposiciones legales destinadas a desterrar de las comunicaciones oficiales los idiomas indígenas de “las Indias del Poniente”, como la Real Cédula que ordenaba “que los indios sepan la lengua castellana”, para poder quejarse directamente a los superiores sin necesidad “de los intérpretes, que pueden cambiar la traducción11. Además de la defensa frente a los abusos, existió la intención explícita, más ocasional que sistemática, de erradicar la lengua indígena. Tal es el caso de la “Real Cédula disponiendo que se extingan los diferentes idiomas” y “que solo se hable el castellano por ser el propio de los monarcas y conquistadores12. Lo cierto es que no llegó a causar la desaparición del idioma ni a afectarlo en profundidad, tal y como hemos referido en el documento en chamorro, que conserva íntegro el vocabulario indígena después de 120 años de presencia colonial.
….Es más, la presión oficial por parte de las autoridades contra los idiomas indígenas despareció en el XIX, cuando la educación pública empezó a ofrecerse en el vernáculo, con libros editados en ambos idiomas. Desconocemos disposiciones legales prohibiendo el uso del chamorro en ninguna esfera de la vida privada de los habitantes, pero es indudable que existía y se mantuvo un marcado desprecio social hacia lo indígena, especialmente en el seno de la ciudad de Agaña13. Y es sin embargo en esa época en la que se produce el mayor número de préstamos lingüísticos en el chamorro. ¿Cómo explicarlo?
….Uno de los factores a tener en cuenta, ya señalado por Rodriguez-Ponga14, es la incorporación de inmigrantes no chamorros a la sociedad y cultura de las islas Marianas, consecuencia de la política de repoblación seguida por la corona española tras la casi completa desaparición de los habitantes originales del archipiélago. De menos de dos mil habitantes chamorros en las primeras décadas del siglo XVIII, cien años después se contaban casi 10.000 habitantes, ya mestizos de chamorro y español, o chamorro y filipino. Los repobladores fueron mexicanos, mulatos y esclavos libertos, además de pampangos, bisayas, tagalos y de otras etnias filipinas. Emigrantes voluntarios, desterrados forzosos, náufragos accidentales, soldados, oficiales o funcionarios retirados… ¿qué lengua común tenían con los chamorros y entre sí mismos, con tan dispares orígenes? La única posible: el castellano, que se convertía así en una lingua franca para la nueva sociedad de Marianas, tal y como se había convertido en Filipinas para las diversas etnias repartidas por los cientos de islas que conforman el archipiélago.
….Estaríamos otorgando un inmenso poder a los agentes coloniales si pensáramos que el castellano se empleaba sólo para recibir instrucciones, órdenes o evangelización por parte de las autoridades coloniales y los representantes de la iglesia. El empleo del castellano en Guam era indispensable también en esferas de sociabilidad, comercio y comunicación eficaz con otros habitantes, bien fueran conocidos del pueblo, vecinos de la misma calle, o incluso familia política.
….A la luz de ese proceso, el actual intento de “expurgación” de las palabras de origen español en el idioma chamorro puede ser entendido como una agresión al idioma, que al mismo tiempo ha podido aumentar la fractura entre los hablantes de mayor edad de las generaciones más jóvenes. Existe un amplio margen de provecho para dicha recreación en los casos en que se hace con una loable intención artística, como es el activista cultural Leonard Iriarte en Guam, en la búsqueda de una mejor reconstrucción del idioma apropiado para las interpretaciones culturales ambientadas en la época precristiana. Lo cierto es que en las islas Marianas no faltan reacciones de resistencia ante la generalización de dicho proceso, tanto por parte de figuras de relevancia intelectual, como por parte de hablantes convencionales que, habiendo practicado el idioma desde su infancia, son ajenos a esa necesidad de reinventarlo.
….El idioma chamorro, con sus préstamos lingüísticos, es testimonio vivo de aquellas generaciones de isleños que tuvieron que convivir con los colonizadores en un fascinante proceso de regeneración y revitalización que debió suceder en las primeras décadas del siglo XIX. El chamorro que se habla desde mediados del siglo XIX no puede ser el mismo que se hablaba en épocas anteriores, porque la propia base genética de quienes se autoidentificaban como chamorros no era la misma de épocas anteriores.
….¿Y el futuro? Sin duda, las islas Marianas están llamadas a seguir jugando un importante papel estratégico entre los continentes americano y asiático. Tanto geográfica como culturalmente ese puente ha existido siempre, al menos desde finales del siglo XVII. Una cultura, tal vez la única, que ha crecido sobre el lecho de tres de las culturas más importantes del planeta: la del fruto del coco, propia de las islas de Oceanía, la de los cereales arroz y maíz, propias del Sudeste asiático y de las Américas respectivamente.
….Este legado único, una vez puesto adecuadamente en valor, podrá ofrecer un equilibrio respecto a la herencia indígena, que no debe ser vista como un pasado lejano e inaccesible, sino como parte de un pasado que, junto con la identidad forjada en épocas históricas, forme parte de un futuro a construir sobre una identidad que trascendió hace generaciones los límites étnicos originales.

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1   College of Micronesia, FSM. [http://www.comfsm.fm/news/releases/habele4.html] Accedido el 20 de junio 2020.
2   Ver el interesante studio de Alexandre Coello de la Rosa y David Atienza, “Sobre amnesias y olvidos. Continuidades y discontinuidades en la (re)construcción de la memoria colectiva en Guam (islas Marianas)” en Historia Social, 2016, núm. 86, pp. 25-46.
3   Véanse, por ejemplo, sobre el legado español: Javier Galván, Islas del Pacífico: el legado español, Madrid, Ministerio de Educación y Cultura. Dirección General de Cooperación y Comunicación Cultural, 1998; Idem, “La presencia española en Micronesia: San Ignacio de Agaña, primera ciudad de Oceanía”, en Ciudad y territorio: Estudios territoriales, 1998, núm. 116, pp. 429-448 y sobre las siguientes fases históricas: Anne Hattori, Colonial Dis-Ease, Honolulú, University of Hawai´i Press, 2004; Wakako Higuchi, The Japanese Administration of Guam, 1941-1944, Jefferson, McFarland, 2013; Samuel F. McPhetres, Self-Government and Citizenship in the Commonwealth of the Northern Mariana Islands, Saipán, CNMI Public School System, 1997.
4   Francis X. Hezel, Strangers on their Own Land, Honolulú, University of Hawai´I Press, 1995, p. 361.
5   David Atienza, “Mariana Islands History Story: The Influence of the Spanish Black Legend in Mariana Islands Historiography” en Pacific Asia Inquiry, 2013, vol. 4, núm. 1, pp. 13-29.
6   Sobre Palaos véanse Elisabeth Rechebei y Sam McPhetres, History of Palau, Koror, Ministry of Education of Palau, 199; Karla Saari Kitalong y Tino Kitalong, “Complicating the Tourist Gaze: Literacy and the Internet as Catalysts for Articulating a Postcolonial Palauan Identity” en Gail E. Hawisher & Cynthia L. Selfe (eds.), Global Literacies and the World Wide Web, Londres, Routledge, 2000, pp. 95-113; Augusta N. Ramarui y Melii K. Temael, Kerresel a klechibelau: Tekoier a Belau me a omesodel: Palauan Language Lexicon, Koror, Belau National Museum, 2000.
7   Rosa Salas Palomo y Thomas Stolz, “Pro or Contra Hispanisms. Attitudes of native speakers of modern Chamoru en Thomas Stolz, Dik Bakker, Rosa Salas Palomo (eds.), Hispanisation: The Impact of Spanish on the Lexicon and Grammar of the Indigenous Languages of Austronesia and the Americas, Berlín, De Gruyter, 2008, pp. 237-267.
8   Carlos Madrid y Jeremy Cepeda, “Chamorro as a Written Official Language in the Mariana Islands. The Garrido Document of 1799” en Pacific Asia Inquiry, 2019, vol. 10, núm. 1, pp. 117-140. Véanse también Carlos Madrid, Beyond Distances. Government, Politics and Deportation in the Marianas. 1870-1877, Saipán, Northern Mariana Islands, Council for the Humanities, 2006 y Carlos Madrid, “Apuntes sobre la influencia española en la cultura chamorra a finales del siglo XX”, en Revista Española del Pacífico, 2000, núm. 11, pp. 79-97.
9   Rafael Rodríguez-Ponga, Del español al chamorro. Lenguas en contacto con el pacífico, Salamanca, Ediciones Gondo, 2009; Idem, “La enseñanza de la lengua española en las islas Marianas” en Cuadernos Cervantes de la lengua española, 2000, año 6, núm. 28, pp. 13-19.
10   Aniceto Ibáñez del Carmen, Diccionario Español-Chamorro, Manila, Imprenta de Ramírez y Giraudier, 1865 (Para el chamorro moderno véase The Official Chamorro-English Dictionary, Agaña, Department of Chamorro Affairs, 2009).
11   Archivo Nacional de Filipinas: Patronatos. SDS-2016. (1686-1897). Real Cédula de 20 de marzo de 1686.
12   Archivo Nacional de Filipinas: Patronatos, SDS-2016. (1686-1897). Real Cédula del 16 de abril de 1770.
13   El maestro malagueño Francisco Chacón y Lara, que fue deportado a las Marianas con motivo de la represión contra las revueltas cantonales del Sexenio Democrático, se refirió al chamorro como “jerga” que no merecía la consideración de lengua. Véase: Francisco Chacón Lara, Memoria proyecto y estatutos de colonización de las islas españolas Marianas, Carolinas y Palaos, Sevilla, 1885.
14   Rafael Rodríguez-Ponga, ob. cit.