Segunda Etapa. Revista semestral de lengua y literatura hispanofilipina.
Verano 2021, volumen 8, número 1
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PDF: Entrevista con Mari Flor Hererero
ENTREVISTA CON
MARI FLOR HERRERO
Realizada por
ANDREA GALLO
Mari Flor Herrero, española de La Rioja, lleva cuarenta años viviendo en Guam. Profesora de castellano, empresaria importadora de moda, vinos y aceite de la Península, vicepresidenta del Board of Regents de la Universidad de Guam, anfitriona exquisita de los españoles que, durante décadas, han pasado por Guam con el fin de estudiar la cultura hispana de la región y la complejidad de Micronesia, se ha convertido, quizá sin querer, en un punto de referencia, en una embajadora de la cultura española en la lejana isla de Guaján. Realizamos una entrevista que señala cómo su vida familiar y su actividad profesional allí la han convertido en un puente entre sus dos patrias.
AG: Buenos días Mari Flor y muchas gracias por aceptar esta entrevista.
Guam es una isla exótica y desconocida a la mayoría, empezaría entonces con, quizá, la pregunta más obvia pero imprescindible, es decir, ¿cómo has llegado de España a Guam, a establecerte en Guam? No es tan habitual que un español se establezca ahí, a menos que sea un estudioso de temas micronesios.
MFH: Bueno, es una historia muy larga, de hecho, Guam se convirtió en mi nueva patria sin que yo lo hubiera pensado. Vamos a ver: después del bachillerato me di cuenta que era conveniente aprender inglés; para ello lo mejor hubiera sido pasar un tiempo en el extranjero, especialmente en Londres, que en aquella época era una meta muy de moda entre los jóvenes. Claro, a mi padre no le parecía una buena idea que yo me fuera sola a Londres. Éramos una amiga y yo que queríamos estudiar inglés. Entonces la madre de esta amiga mía, que era clienta de mi padre, le convenció para que me mandara a Inglaterra; total que me fui a Londres a aprender inglés y ya no volví. Era el año 1973 cuando llegué a la capital británica. Al principio estuve en un hostel, lo llevaban unas hermanas irlandesas, me hospedaba allí y por la tarde yo iba a estudiar inglés. Bueno... y entonces, al cabo de unas semanas, yo le dije a una hermana que, si tenía que aprender inglés, no era bueno para mí estar viviendo con españoles hablando todo el tiempo español, y que, por lo tanto, me ayudara a buscar una familia. Fue así que ella me consiguió una casa para que yo fuera allí como au pair. En esta casa adonde yo habría debido de ir, había otra española que se iba, y ella me introdujo a otras monjas españolas, las cuales enseñaban a los niños de los inmigrantes españoles en Londres, ella entonces me dijo: “Mira, ¿si en cambio de ser au pair –que en realidad lo que tienes que hacer como au pair es cuidar de los niños, limpiar la casa etc., y a mí no me apetecía, yo no me había ido a Londres para trabajar de niñera– das clases, qué te parece?”. Y fue así que empecé a trabajar con ellas, ¡lo cual fue perfecto! Era como si trabajara para el gobierno español. Pero, claro, ¡otra vez estaba hablando español todo el día! Además, me había ido a vivir con unas chicas españolas que también trabajaban en el mismo sitio, y esto no era bueno para el aprendizaje del inglés ni era bueno para ella. Y un día así hablando, una de ellas me dijo: “Mira, ¡aquí lo que tenemos que hacer para aprender inglés es conseguir un novio inglés!”, “Pero, ¿cómo lo conseguimos?”, digo yo. Por encima, ella añadió que tendría que ser universitario y de las mejores instituciones educativas, y me nombró la University of London y la London School of Economics. Digo esto no por decir, sino que después viene a cuento... Y bueno, un día —siempre con la intención de mejorar mi inglés— decido dejar el piso compartido e irme a vivir con alguna familia inglesa pero no au pair. Y, pues, en el periódico veo que buscan a una chica para cuidar de una niña durante la noche porque la madre trabajaba de noche, y lo veo perfecto para mí. Bueno, resulta que esta familia vivía en el sur de Londres, muy lejos de donde estaba yo, y un día me dieron cita para la entrevista. Así cojo el autobús y cuando creo que ya estoy cerca, como no sabía exactamente dónde bajarme, le pregunté a la persona que tenía al lado: “Oiga, mire, yo voy a tal sitio, ¿me puede decir si estamos cerca?”, y él me contesta: “Oh, está justamente muy cerca de donde yo vivo, ¿por qué no te bajas conmigo y yo te acompaño?”. “Ok” respondo yo. Y esta persona resultó ser mi futuro marido.
….El chico este, era el típico chamorro (los chamorros son muy pillos, vamos muy listos y suelen resultar simpáticos). El caso es que primero me pregunta cómo me llamo, entonces nos presentamos: “Yo me llamo Mari Flor Herrero” y él se presenta como Antonio León Guerrero, aunque todos lo llamaban Tony, y “¡Oh, muy español!”, digo yo. Y empieza a contarme que su abuela era española, que sus tatarabuelos habían venido a Guam de España y que a él le interesaba muchísimo hablar español; por supuesto, me explicó qué era Guam, ya que yo nunca había oído hablar de Guam, porque Guam para España es leyenda negra, ¿no? Entonces me resultó todo muy interesante; él tenía una conversación muy buena, se le veía bastante vivo, bastante culto y muy entretenido y así andamos casi dos kilómetros, en fin, un montón para llegar a la casa donde tenía la entrevista. Y antes de despedirse me contó que vivía con cuatro chicos y ¡que estaba estudiando economía monetaria en la London School of Economics! Puedes imaginar mi sorpresa cuando me dijo eso, entonces pensé: “¡A este chico tengo que hacerlo mi amigo porque me va a enseñar inglés!”. Y él a la vez pensaba: “¡Esta es española y desde siempre he querido tener una novia española!”, porque aquí en Guam, igual que en Filipinas, sobre todo en la última década, el ser español en la clase alta está muy bien visto, todos desearían mantener, de algún modo, vínculos con España. En fin, ¡ambos teníamos nuestro interés! Tony me llevó hasta la misma puerta de la casa adonde tenía que ir y me pidió que le diera mi teléfono y que si podíamos vernos otra vez y, claro, le dije que sí. Yo me fui a hablar con la señora que me contó que tenía dos hijos pero que se había divorciado y el niño lo tenía el marido y lo niña de ocho años, ¡monísima!, se quedaba sola por la noche porque ella trabajaba etc. etc. —pues, éste sería otro cuento— y en un momento yo le dije que tenía que irme ya porque la parada del autobús estaba muy lejos, y ella se sorprendió mucho y me enseñó que estaba justo enfrente de la casa. Entonces entendí que ¡Tony me había hecho andar kilómetros para mantenerme en conversación! A la semana siguiente me mudé a vivir con ella y empecé a salir con Tony que vivía por allí.
….A partir de aquella época ya no volví a España, sino para las vacaciones. Por supuesto, Tony vino para conocer a mi familia. Yo en Londres me saqué un diploma en inglés y, cuando él consiguió su bachelor, vinimos para Guam: él me había hablado de Guam que era un paraíso, me había conseguido una visa de fiancée y por lo tanto a los tres meses, como aún no me había casado, tuve que salir del país.
….En aquella época, Guam había sido destruida por un tifón. De hecho, no había nada, no había agua, se salía con un balde para coger algo del agua que traían las autoridades. Sin embargo, la familia de Tony me había acogido muy bien, eran muy buenos, todos hablando el poco español que sabían; eran una familia bien de muy buena gente. Tony se puso a trabajar inmediatamente en el banco, de hecho, mi suegro fue el que fundó el Banco de Guam y por eso que había mandado a mi marido a Londres a especializarse, y yo me puse a trabajar en unos almacenes. Poco tiempo después nos fuimos a Los Ángeles porque mi cuñada, la que es actualmente la gobernadora de Guam, se iba a casar con un americano muy majo. Fuimos a la boda y después mi marido le pidió prestado el coche a la hermana y recorrimos EE.UU. Cuando llegamos a Nueva York ya habían pasado los tres meses y mi visa había caducado, entonces volví a España y Tony regresó a Guam. Habíamos pasado tres meses muy románticos pero el caso es que yo no me quería casar, no lo tenía muy claro. En España estuve trabajando de profesora de inglés en el País Vasco donde vivía mi hermana, pero muy pronto Tony empezó a llamarme y al final ya decidimos casarnos: solicitó otra visa, nos encontramos en San Francisco y nos casamos por lo civil, luego toda la familia de él vino a España y nos casamos en la iglesia de mi pueblo, en Arnedo (La Rioja) el 16 de julio, la Virgen del Carmen, y volvimos aquí a Guam y hasta ahora esta isla pacífica sigue siendo mi país.
AG: Interesante. Claro, a veces son los circunstancias imprevistas de la vida que te llevan a vivir en un sitio que ni sabías que existía. Bueno, nos contabas de esta isla tan lejana además arrasada por un tifón cuando tú llegaste, y dime ¿cómo ha sido la vida en Guam al principio? ¿Te gustaba vivir ahí o lo encontrabas muy diferente a lo que conocías?
MFH: Pues, cómo te diría yo... cuando llegamos y decidimos vivir aquí lo más importante para mí y que se lo hice prometer a mi marido era que todos los años tendríamos que ir a España de vacaciones. A mí no me importaba tener una casa grande o tener mucho dinero, pero sí tener lo suficiente como para volver a España todos los años. Quería ver a mi familia y, en caso de que tuviéramos hijos, quería que conocieran a mis hermanos y hermanas, a mis sobrinos, en fin, que mis hijos estuviesen identificados con España. Y Tony aceptó.
….Habíamos planificado quedarnos varios años en Guam, pero al jubilarnos habríamos ido a vivir a España donde habríamos comprado una casa en el pueblo. Sin embargo, nunca nos mudamos allí y seguimos en Guam toda la vida.
….Pues, me preguntas que cómo era Guam..., mira yo soy una persona que no puedo estar parada, con lo cual, desde el primer momento que llegué empecé a dar clases de español, en un principio en las escuelas católicas, mañana y tarde. Después me di cuenta que aquí tienes que tener coche para ir a cualquier sitio. Realmente yo estaba muy feliz, sí que era muy diferente, pero como estaba muy ocupada no me daba cuenta, me gustaba lo que hacía, todavía voy por la calle y tengo a gente que me reconoce y recuerda con alegría que yo era su profesora de español.
AG: ¡Qué bonito! Y ¿cuánto tiempo diste clases de español?
MFH: A ver, desde que llegué empecé a dar clases. A los seis meses convalidé mi título en la UOG, tuve que estudiar dos años más y entonces fue precisamente cuando me gradué que empecé a dar clases en una escuela pública, que pagaban mejor. En 1983 fundé incluso el Club español en el Simón A. Sánchez High School, la escuela pública donde enseñaba, pero a mi marido lo mandaron a San Francisco y entonces nos fuimos y estuve allí tres años y aproveché para estudiar un master, lo cual evidentemente interrumpió mi carrera como maestra de español.
AG: Interesante saber que en Guam se seguía y se sigue enseñando español, aunque como ELE y no como L2. A este propósito creo que será interesante saber cómo es la relación de los chamorros con su historia pasada, con la lengua española, con el legado hispánico. ¿Se podría decir que Guam es un país a su manera hispánico o es una definición impropia?
MFH: Bueno, aquí sin duda hay tradiciones de claro origen hispánico, esencialmente las tradiciones religiosas. Los chamorros eran católicos, digo eran porque, aunque el catolicismo prevalece, ya hay muchos grupos protestantes de origen norteamericano. En el centro de Agaña hay algún rasgo de España, el muro español y poco más. La isla durante la Segunda Guerra Mundial fue bombardeada y la capital destruida. La lengua española se ha perdido, las antiguas familias aún hablaban un poco de español cuando llegué aquí en los 70, pero no se ha mantenido.
….Pero volviendo atrás, a lo que me preguntaste antes, ¿qué me parecía Guam? Bueno, los primeros cinco años en esta isla fueron fifty-fifty: por un lado me gustaba mucho, me gustaba la gente, tenía muchos amigos... lo que no era tan bonito era que mi marido estaba muy pendiente, demasiado pendiente de su familia, los chamorros están tan unidos, la familia es muy importante, si pueden viven juntos y entonces llegó un momento en que le pedí a Tony mayor “libertad” para nuestra familia y nos buscamos una casa propia en otra parte de la isla.
AG: A propósito de familia, con tu familia has fundado la Lorea Industries, empresa de importación y venta de productos gourmet, esencialmente vino y aceite de oliva, es decir productos mediterráneos. ¿En Guam hay cultura para ese tipo de alimentos o lo habéis creado vosotros poco a poco? ¿Existe una cultura del vino o es una moda reciente?
MFH: Sí, sí eso pues, te cuento todo como surgió desde el principio. En lo años 70 había un señor que se llamaba De Lorean y empezó una marca de coche DeLorean Motor Company. El caso es que cuando nos venimos a Guam de San Francisco, no quise volver a las clases para no dejar a mis hijos con una niñera. Entonces pensé en montar un negocio, pensaba en una tienda de niños; sin embargo, antes de abrirla, hice un estudio de marketing y vi que las señoras no se gastaban dinero en los niños pero sí para ellas, además cada vez que volvía de España todas me preguntaban: “Pero dónde has encontrado estos zapatos, estos vestidos, bolsos..?!”, y entonces al final me dije: “Tengo que abrir una boutique y traer moda, vestidos, accesorios, bolsos, etc.”, y a la boutique la llamé Barcelona lane ya que era la época de los juegos olímpico y Barcelona estaba muy de moda. Llegué a tener cinco tiendas de lo mismo y entonces mi marido dijo que teníamos que hacer una corporation para poder hacer cualquier negocio, y así empezamos a hablar del nombre y del logo. Como logo yo quería una flor y a mí me gusta el hibiscus, pero “Flor” no sonaba bien, entonces pensé que en vasco mi nombre es “Lorea”, y como sonaba también a “Delorean”, muy francés y muy exclusivo y conocido por los coches, decidí que lo íbamos a llamar Lorea industries y con eso podemos hacer de todo tipo de comercio.
AG: ¿Pero ahora vendes alimentación, verdad?
MFH: Bueno, en un principio como te decía empecé con boutiques, con ropa de marca. Siempre me ha gustado proponer cosas que tengan salida pero que sean de buena calidad, entonces traía Adolfo Domínguez; luego tengo una amiga que es de España pero que vivía en San Francisco que se llama Celia Tejada y que es diseñadora de moda, entonces traía ropa de ella; luego traía zapatos y bolsos de España y tenía la exclusiva para Guam de Loewe; también traía las figuras de porcelana de Lladró, típica de España. La élite de Guam venía a comprar porcelana a mi tienda, pero también venían los turistas. Sin embargo, al final me di cuenta que pasaba muchísimo tiempo en la tienda, los niños, sí, venían a la tienda, pero tenía un montón de empleados y al final eso era solamente un quebradero de cabeza.
….Íbamos todos los años a España donde yo hacía scouting para buscar nuevas marcas y nuevos productos, y un día mi marido y yo dejamos a los niños con mi hermana y los sobrinos y nos fuimos en coche a buscar nuevas ideas. Pero ese mismo día mi padre vino con nosotros y, en dado momento, nos dijo: “Estáis hablando de llevar a Guam cosas de España, pues, ¡yo no sé por qué no habéis pensado en llevar el vino de La Rioja que es el mejor de España!”. Mi marido me mira y yo lo miro y dijimos: “Pues, ¡llevemos el vino!”
….De hecho, había varios hoteles en Guam que vendían vino de California, vino francés, un poquito de Italia, pero nada de España, entonces contactamos con varias bodegas y cuando nos fuimos llevábamos la exclusiva de la importación de estas marcas para Guam. Estas empresas españolas veían Guam como una cosa exótica, muy lejos pero cerca de Asia, con mucho turismo japonés, y bueno al final conseguí el Marqués de Riscal, el Marqués de Cáceres, los vinos Torres y así es como empecé. Es decir, en un principio tenía los dos tipos de productos, moda y vino, pero me di cuenta que con el vino trabajaba menos y tenía más ganancia y empecé a dejar de lado las tiendas, esto debido también al hecho que en el 98 hubo un tifón muy grande y durante tres meses no vinieron turistas y en Guam si no hay turistas no vendes, y allí fue cuando decidí cambiar mi negocio.
….En 2002 mi marido se enfermó y tuvimos que mudarnos a San Francisco así que lo dejé todo, lo dejé en manos de Maricarmen, otra española que vive aquí y que trabajó para mí. Estuvimos tres años en San Francisco. Mi marido falleció en 2005 pero no pude volver enseguida porque mi hijo aún estaba estudiando el bachillerato, así que volví solo al año siguiente, en 2006-7 y de ahí ya empecé a trabajar con el negocio de vino, licores y algo de comida. Hoy traigo también vinos de Portugal, de California y de Chile, es que con el tiempo los clientes me han ido pidiendo cosas, pero no puedo traerlo todo, primero porque la gente no lo conoce: en Guam la gente compra lo que se vende en EE.UU, aquí la televisión es EE.UU., o sea el español no quita porque no se conoce, aunque noto que va bastante el queso como el manchego, el queso mahón, es decir las especialidades pero buenas, entonces traigo también jamón ibérico y serrano con el hueso y sin hueso y lo vendo a los hoteles. Traigo también aceite de oliva que vendo a hoteles, restaurantes y tiendas, y el aceite de oliva se vende muy bien, sobre todo el pomace, el orujo. Lo principal es esto: Guam es muy pequeño, entonces si no vendes al mercado que se hace cargo de los turistas no podrías vender mucho. Yo vendo muchísimo a los locales porque vendo a un gran supermercado local que es donde todo el mundo va a comprar, entonces tengo un empleado que se dedica a abastecer sólo estas tiendas; mis clientes son también las tiendas y las bases, y luego los hoteles, pero también tengo personas particulares que vienen a mi oficina y que compran lo que es más caro. Siempre busco cosas que no caduquen o que no necesiten refrigeración porque si no sería muy complicado.
AG: Bueno, viniendo ahora al estatus peculiar de Guam que es un territorio no incorporado de EE.UU., aquí hay unas bases militares estadounidenses, quería preguntarte, ¿cómo es la relación de los locales con éstas, y esta forma de control, de algún modo ajeno?
MFH: Vamos a ver, en las bases trabaja mucha gente local. No pagan mucho, pero trabaja mucha gente. Las bases militares son como si fuera otro pueblo, es decir tienen sus tiendas, sus gasolineras, sus restaurantes, etc., y es todo más barato que fuera. Lo que pasa es que los militares quieren salir. Se cansan de quedarse dentro todo el tiempo y quieren salir porque últimamente Guam es, ¿cómo, te diría yo?, es como Hawái, Waikiki, están todas las tiendas, los restaurantes, los hoteles, las salas de fiestas y hay un montón de bares que atraen, pero por otra parte los militares hacen su vida en las bases y compran allí en las bases. A la mayoría de ellos al principio no les gusta Guam, y critican el sitio y a la gente, e incluso los altos cargos les aconsejan no salir e insisten en eso para evitar posibles problemas que puedan surgir con los locales. Sin embargo, hay muchísima gente militar —yo conozco a varios amigos, personas estupendas y muy majas— que no se creen el cuento que les dicen y salen y si no propiamente se integran, por lo menos se llevan bien con los locales y viven a gusto en la isla. Cuando se acostumbran a salir notan que hay cosas muy bonitas, sitios preciosos y aprenden a apreciar el lugar donde viven.
….Es verdad también que a veces hay cierta animosidad dentro y fuera de las bases. ¿Por qué? Pues, una de las razones es sencillamente porque los chamorros, los locales quieren ir a comprar en las bases ya que todo resulta más barato, pero allí sólo tienen acceso los que consiguen un pass por tener amigos militares. Esto en general, por otra parte, también es verdad que si vas por la noche a ciertos lugares, como a Tumon, verás que hay un montón de marineros recién llegados con algún barco, que salen yendo de un bar a otro y vagando por las calles medio borrachos y, claro, pasa que se meten con la gente...
….En fin, claro que hay problemas, pero por lo general se soportan.
….Hay un grupo de gente local que ya no quieren a los militares en absoluto y protestan, pero también hay que reconocer que si por un lado se protesta, por otro se piden subvenciones y trabajo. Pues, no sé, tal vez cuando uno toma una determinada postura, es preciso ser consecuente.
AG: Guam es, podríamos decir, la cabecera, el centro de un área enorme sembrada de pequeñas islas e islotes, muy lejos de cualquier otro continente, de hecho Manila y Tokyo quedan a unas 4 horas de vuelo, Sidney a 6 horas, San Francisco a 11 horas... Madrid a unas 16 horas, ¿cómo es la vida en Guam? ¿Cómo es adaptarse a una distancia tan grande de todo? ¿Cómo es trabajar en Guam, divertirse, salir de viaje... el tiempo y las distancias se perciben de forma distinta a la vida en Europa o América?
MFH: Yo te diría lo siguiente: antes, cuando yo vine a Guam, hace treinta, cuarenta años, incluso hace sólo veinte años, igual era un poco difícil vivir tan lejos de todo porque no podías comprar lo que querías y cuando querías, ya que sólo había unos doscientos sitios donde ir y, sobre todo, para mí, para la gente a la que nos gusta la buena música, una buena obra de teatro, no había nada, entonces ¿qué hacías? Lo único era hacerse amigos y reunirse en casa de alguien. Pero ahora gracias a internet y al comercio electrónico me parece que no es muy distinto vivir en un sitio u otro del mundo y para mí vivir hoy en Guam es como si vivieras en un suburbio de California o en un pueblo... además hoy hay un montón de cosas que hacer en la isla, se pueden practicar un montón de deportes, y Guam ahora es muy cosmopolita, muy internacional, hace veinte años no era así.
….Para mí Guam es perfecto, yo soy muy feliz, no obstante, de vez en cuando, como cada seis meses o más, sí que tienes que salir un poco, salir de la isla, aunque sea solo para ir a Saipán, a Manila, a Tokyo o Hawái. El problema es que para salir a esos sitios tienes que tener dinero porque si no tienes dinero no sales.
AG: Vale, ¡muy bien, gracias! Acabas de mencionar Saipán y yo quería preguntarte precisamente eso, si hay relaciones con las Marianas del Norte, y cómo son.
MFH: Sí, sí, las hay y estrechas. Muchísima gente que vive en Saipán tiene parientes aquí; hablan el mismo chamorro, incluso hablan un chamorro más antiguo, pero la historia los separó. Marianos y guameños, llamémoslos así, se llevan bien, pero sí que son diferentes. En su época los de Marianas del Norte decidieron no ser parte de EE.UU. sino quedarse medio independientes, parte de una Commonwealth, de la que se diría en español una Mancomunidad, en cambio Guam quedó como colonia. Es decir, más listos ellos. La gente de Saipán cuando se refiere a Guam habla como si fuera EE.UU., o sea para ellos Guam es The City. Pero, como dije, las relaciones son buenas y se percibe que es la misma cultura.
AG: ¿Y sobre la independencia tienes alguna opinión?
MFH: Sí, claro que sí. Mira, Guam es muy pequeña. Incluso si fuera todo un estado con las Marianas del Norte sería todo muy pequeño. Pero, por otra parte, Singapur también es pequeño, ¡y es un estado! Lo mismo se podría decir de Suiza y de muchos otros países minúsculos o de reducida extensión y población que son estados autónomos. Lo que hace la diferencia es tener poder, y ¿cómo viene el poder? Pues, con el dinero, poderoso caballero es don dinero se suele decir. Habría entonces que ser astutos, y tal vez lo que falte en Guam es cierta “inteligencia política”, una cultura política más profunda y con visión sí, pero a la vez con un sensato pragmatismo.
….Estar siempre atacando, siempre despotricando no sirve y no conviene. Guam es una isla que está muy bien ubicada en un punto estratégico entre este y oeste, y esta es una de las razones, quizá la principal, por la que es una colonia. Está clarísimo que la ONU no va a hacer nada para que Guam sea independiente. Es verdad que los que controlan Guam se han aprovechado de su posición y recursos, pero también hay que reconocer que han dado cosas. Igualmente es evidente que nunca dejarán la isla. Entonces lo que sí que tendría sentido sería una labor sinérgica de todos, es decir del gobernador, de senadores y congresistas y de toda la población para que esta ventaja estratégica que representa controlar Guam se convirtiera en algo realmente conveniente para el país que no puede recibir sólo migajas. Para concluir, lo que sí veo posible sería una fuerte autonomía siempre que los políticos y el pueblo de Guam fueran capaces de controlarla en las sedes adecuadas. Lo que hace falta es sin duda ponerse primero en una situación, digamos así, de poder, lo que siempre decía mi marido. Fue por eso que mi suegro y mi marido levantaron el Banco de Guam, porque la gente tiene que pensar, planificar y prepararse. Hay que reconocer que en Guam no se produce nada, sólo hay turismo, entonces, aparte del turismo que está muy bien, la cuestión es producir algo bien sean servicios, como servicios financieros, de comunicación o de otro genero, o industrias limpias y tratar pragmáticamente con EE.UU. La mayoría de la gente de aquí no quiere alejarse de EE.UU. y hasta los aprecia y envidia su modelo de vida. Además, siempre hay que considerar que si aquí no estuviesen los EE.UU., es muy posible que estuvieran otros, como nos enseña la historia, y no hay refrán más acertado que el que dice más vale malo conocido que bueno por conocer.
AG: Gracias, es muy interesante y sensato tu análisis, y justamente señalas que para conseguir cualquier cosa, tanto en la vida de los individuos como en la de las colectividades, no se puede prescindir de la lucha y el trabajo. Y entonces terminaría con una pregunta “política” aún más directa y personal: en varias ocasiones, durante conferencias y congresos sobre la cultura de Guam y su raíz hispana, por ejemplo, se te menciona como posible consul honoraria de España, ¿es una noticia con algún fundamento? ¿Es algo que aceptarías?
MFH: Bueno, está claro que si me nombraran sería, de por sí, un honor, pero no es una ambición que yo tenga, lo aceptaría como una forma más de servir al país donde he nacido. Si, en cambio, me estás preguntando que, si me van a nombrar muy pronto o que por qué no me han nombrado, sólo te diría que las cosas de palacio van despacio.
….La verdad es que, desde que estoy aquí, siempre he sido “embajadora” de España, difundiendo su lengua y su cultura, recibiendo a los varios españoles que, por distintas razones, investigación, comercio, viajes, han venido a esta isla, apoyando cuantos necesitaban un contacto más directo con el verdadero consulado español, ya que mi casa en San Francisco, por casualidad, se encuentra justo enfrente de él. Siempre mi casa ha funcionado y sigue funcionando ya que mi hijo vive allí, como “sucursal” informal cuando alguien de aquí necesita algo.