Versos contra los indignos filipinos Guillermo Gómez Rivera La época de José Rizal, ha pasado a la historia, pero el quijotismo que compartía el mismo José Rizal con todos los poetas como él, no terminó con su muerte. Ese quijotismo pervive en los escritores y poetas que se expresan en el mismo idioma de José Rizal. Esos poetas y escritores son Claro M. Recto, Miguel Cuenco, José Figueroa, Antonio M. Abad, Benigno del Río, José Escober, Ángel Estrada y tantos otros que les siguieron a estos señalados paladines del idioma español en Filipinas. .....Pero lo triste es que el cáncer social que José Rizal estaba por curar sufrió una recaída fatal por la invasión WASP usense y la tiránica imposición del idioma inglés obligatorio. La imposición forzosa del idioma inglés sobre cada filipino, lo necesite o no, es una medida explotadora que se hace a trompicones juntamente con una subyugación económica que ha venido resultando en la ruina económica y moral de la inmensa mayoría de los filipinos de hogaño. .....Ante este estado de incultura y des-educación, tal como lo indican los mismos "caudillos educativos y políticos" de este país virtualmente arruinado, un poeta filipino, contemporáneo, convierte su lira en arco de guerra y sus versos en dardeantes proyectiles para lanzarlos a esos desnaturalizados "educadores y politicos de habla neocolonial inglesa" .....El poeta filipino al que nos referimos es Francisco Zaragoza. Y reproducimos a continuación su enjundiosa "Carta Abierta a José Rizal". Los versos que nos escribe hablan por sí solos. CARTA ABIERTA A JOSÉ RIZAL Francisco Zaragoza Manila, 1985 Desde esta mi atalaya, en donde vivo Y donde veo desfilar la vida, Con espantada perturbación, te escribo Para enterarte de un complot suicida. El idioma que tanto has exaltado Y que amaste con tu último latido; Aquél que, como artista, has cincelado, Y como pensador, enaltecido, Aquel idioma universal y santo Que tú, Maestro, con amor mimaste, Que tantas veces enjugó tu llanto, Y en el candor del corazón guardaste; Aquél de tus creaciones inmortales, Que plenamente tu doctrina enlaza, Que nos dio las simientes nacionales, Para obtener la cohesión de raza; Aquél, hecho de miel y de harmonía, Con que hablabas a Dios desde tu exilio Más brillante que la luz del día, Y más dulce que un verso de Virgilio, Que esculpe el Evangelio Libertario Y nos inculca el pundonor patricio Desde la nueva cruz de tu Calvario Como una redención del sacrificio; Idioma de divinas inflexiones Con que diste tu Canto Postrero, Compuesto con la unción de tus pasiones, Y dúctil como arcilla de alfarero; Idioma que en el NOLI es luz y cumbre Que escudan la Justicia y el Respeto Y en el FILI, la densa reciedumbre Como si fuera un bíblico decreto; Idioma de senécdoques y elipsis Que ensortijaste con genial destreza Para formar un nuevo Apocalipsis Que devolviera al pueblo su grandeza; Que para honrar la prez de su linaje Dio a Jaena su acento lapidario Y a Del Pilar el firme caudillaje De ser el prodigioso Panfletario; Verbo que fue la rara levadura Que fermentó su haz en la conciencia Por cumplir un destino de cultura En la Historia, en las Artes y en la Ciencia; El Verbo que, con cifras de diamante, De luz esmalta nuestra Ley Orgánica; Ese Verbo imperial y palpitante Que nos enlaza con la Unión Hispánica; El que trazó en nuestra frente Con unciones de amor y de confianza Y, en nuestro corazón, una Fe ardiente, Cual palpitante prenda de esperanza; Ese Verbo que, sobre el haz del mundo, Tanta atracción ejerce en Diplomacia Y es el ¡Ábrete Sésamo!&Mac226; fecundo de lo que implica simpatía y gracia; Hoy afronta el vajámen y el quebranto Por un complot de encono y repugnancia, Que dará a la memoria eterno espanto Porque es la encarnación de la ignorancia! Ya sé, Maestro, que tú, desde la altura Donde, por tu virtud sin duda, moras, Podrás para la trágica amargura De esas maquinaciones vengadoras. Una turba de indignos filipinos Con rampante ignorancia de la Historia Y alevosos instintos asesinos, ¡El oro quieren que se vuelva escoria! Se dan en corromper las tradiciones En accesos de artero vandalismo, Pues, es la más feroz de las traiciones Querer matar la ley del Hispanismo. Es ignorar tus líricas preseas Tirar al muladar nuestros caudales Y convertir en cieno las ideas Que son, por su grandeza, universales! ¡En nombre de la Patria y la Cultura, A las que al alma entera has consagrado, Haz que despunte en esta noche obscura El destello Inmortal de ese Legado! Incendia los relámpagos de tu ira Para que, raudos, hieran y mutilen! Y que las cuerdas de tu excelsa Lira ¡Execración flamígera destilen! ^arriba^ |
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