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A José Rizal
Roberto Rico
Desde Manila a Heidelberg marchaste
pasando por España,
tu España a la que amaste
por quien lloraste y por quien moriste.
Si de Filipinas eres el padre,
de tu amada madre España eres tú el hijo.
grandísimo incomparable
fue tu amor de hijo.
De tu tiempo leemos hoy tu herencia
que como Cervantes a quien loaste,
en español escribiste brillante,
con paciencia, delicadeza y hermosura;
Hoy, queremos recordarte
No sólo te aman tus hijos,
también tus sobrinos y amantes distantes
que silenciosos te acogen.
Rizal, ¡lates y palpitas
No sólo en nuestros corazones
sino también en tierras lejanas!
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