Biblioteca de CríticaLiteraria Filipina
Número Cuarto


PROSA BARROCA FILIPINA:
«EXORDIO À LA NARRATIVA [1733]»

Introducción y edición de
Isaac Donoso Jiménez


I. NOTAS DE LITERATURA BARROCA FILIPINA

A pesar de constituir uno de los corpus literarios más valiosos de la creación escrita en el Archipiélago Filipino, los documentos producidos hasta comienzos del siglo XIX permanecen prácticamente ignorados. No es únicamente la falta de interés en textos que suelen ser desestimados por la distancia que poseen a nuestra perspectiva contemporánea, sino precisamente por el desconocimiento, y en consecuencia incapacidad, en la valoración de este material dentro de su propio contexto. Aquí influye directamente la nula familiarización con las categorías y conceptos estéticos barrocos que sostienen los procesos creativos de estos textos. A diferencia de otros períodos creativos, la estética barroca1 es de una personalidad tan cohesionada y particular que en muchos casos invalida la comprensión textual si no se posee iniciación en ella. De tal modo, la actual crítica literaria filipina, no sólo poco conocedora de la estética barroca, sino incluso de la propia literatura barroca hispánica y de la lengua española misma, no puede sino desdeñar estos textos por mera incomprensión. Obviamente, no quiere ello decir que los textos no tengan valor literario, sino que la crítica no es capaz de hacer su función. Así puede verse en los principales textos que tratan la historia de las Letras Filipinas, donde el período de creación bajo las pautas barrocas prácticamente pasa desapercibido, cuando repetimos el corpus es de una magnitud considerable. Es más, adquiere mayor significación si lo ponemos en contacto con otros fenómenos literarios barrocos que estaban teniendo lugar en otras partes del mundo hispánico. Esto es, que la producción barroca filipina representa un mundo literario que ha sido relegado al olvido por las negligencias de la crítica, o siendo ajustados, la no existencia al presente de una crítica propiamente dicha en Filipinas.
......Con el fin de al menos ofrecer una muestra de prosa barroca producida en Filipinas, transcribimos el «Exordio à la Narrativa» que se encuentra en la obra Llanto de los astros en el occaso del sol nvestro Smo. Padre Benedicto XIII, qve en magestvosa pyra, y honrosas exequias celebr‡ el Sagrado Firmamento Dominicano en la Ciudad de Manila en las Islas Philipinas. Impresso en dicha Ciudad: En el Convento de Nuestra Señora de los Angeles, de Religiosos Delcalzos de N.S.P. San Francisco. Año de 1733. El documento es una composición miscelánea pero perfectamente estructurada de las exequias fúnebres ofrendadas en la muerte del Papa Benedicto XIII en la ciudad de Manila. Se trata por lo tanto de un texto de factura retórica, donde las partes del discurso están presentes y la creación literaria se ajusta a unas secciones, en este caso, el Exordium en donde se trata de introducir la razón de ser del discurso y en tal sentido el interés en su seguimiento (captatio benevolentiae). El texto por lo tanto antecede a la siguiente parte del discurso retórico, la Narratio propiamente dicha. He aquí por lo tanto que nuestro texto no puede ser más elocutivo: el exordium a la narratio/ exordio a la narrativa. El desarrollo argumental que después se desarrollará en el cuerpo del documento será a través de poemas bajo el encabezado de Hyeroglificos, jeroglíficos que refieren al zodíaco y las benevolencias astrales que justifican las cualidades del difunto Papa. Aparecen tanto epigramas latinos como sonetos castellanos, con glosa que confirman (confirmatio) lo expuesto poéticamente (ornatus). Nuestro texto por lo tanto es el exordio introductorio a la elegía jeroglífica y poética que seguirá, invocando a las musas para que lo metafórico figure lo trágico de la muerte, tema barroco por excelencia.
......Transcribimos el texto sin realizar alteración de ningún tipo. Tanto la ortografía, acentuación, puntuación como antroponimia se transcriben conforme al texto original. No hay por lo tanto edición de ningún tipo, pues creemos que enriquecerá el conocimiento de las particularidades y valía de la literatura barroca filipina si permitimos al lector aproximarse al texto en su factura original.

1 Un ejemplo de análisis estético de un texto barroco clásico puede verse en Isaac Donoso Jiménez, “Elementos de orden necio en El Criticón”, en Analecta Malacitana, Revista de la sección de Filología de la Facultad de Filosofía y Letras, Málaga, Universidad de Málaga, XXVII, 2, 2004, pp. 609-672. Otro ejemplo referente al uso de estética barroca en literatura contemporánea puede verse en idem, “Anagoge. Poética neobarroca de Lezama Lima”, en Cuaderno Internacional de Estudios Humanísticos y Lingüística, Humacao, Universidad de Puerto Rico, vols. 3-4, 2003-2004.



II. «EXORDIO À LA NARRATIVA»

En las margenes del Pindo, y amenas riberas del Parnaso, delicioso monte de Bæocia, fingieron los Poetas tener sus recreos, y palacios, nueve hermanas, que capitaneadas de Apolo Principe de todas, eran invocadas de los gentiles Poetas como presidentes de la Musica, y los Versos. Fingieron ser hijas de Jobe, y de Mnmofines, y que al arrullo suave de las flores, que adornando al Parnaso, terminaban sus delicias en los Cristalinos raudales de la fuente Elicona, entre las aromas de aquellas, y los mormullos suaves de los Christales del agua, en que reberberaba su hermosura, las hallaban propicias, quantos necessitados de su numen las invocaban humildes. Dizen fueron nueve hermanas, entre quienes divididos los assumptos, que según varios afectos, yà eran comicos, yà heroicos, yà alegres, yà lascivos y yà tristes, tenia cada una apropiado numen para favorecer a sus Poetas. Entre ellas tocò â Melpomene lo tragico, para que el que quisiese acertar à describir fúnebres casos, y tragicas empressas, invocado su numen, diese abundante materia â su funesto método, y en ella cumplida explicacion â su objeto tragico. Melpomene tragico proclamat maesta boato. Virgil. in Epig.
......En el llanto de los Astros en el occasso del Sol, claro està, que aunque sirva de Methaphora, para la apropiacion de la idea á la realidad del hecho, y prueba de el assumpto mas es indispensable el methodo poetico, y estilo Mithologico: Por lo que aunque la parte, que toca â lo serio del funeral, y sus Doctas oraciones, como toca la realidad del hecho, no necessita de valerse de methaphoras, quando publica realidades: por lo menos, en la que toca â la Pyra, y a los Hieroglíficos, es precisso proceder en estilo Mythologico. Bien, que como se apropian al Santísimo Benedicto los Enigmas, no se puede decir, que es Mythologico puro, màs no se puede negar que es Mitológico mixto. Y como en este estilo por poetico tienen las mussas, según fingen los Poetas, su principal influxo, nadie yà estrañara, el que invoque â la melancolica Melponeme, para assumpto tan tragico, que fuera desdorar de los prudentes el discreto discurrir, el no hacer juicio, que entre lo profano, y lo sagrado sabran como entendidos discretamente entresacar, para que al adorno sirva lo profano al tiempo que la admiracion se suspenda en lo sagrado.
......Llegaron las melancolicas noticias de la muerte de Nuestro Santissimo Padre Benedicto XIII. â su amada Madre, ê Hija la Religión sagrada de los Predicadores en estas Philipinas Islas el dia 26, de Agosto de 1731. Y lo mismo fue recibir tan triste nuncio, que cubrirse de funestos velos de un imponderable sentimiento los corazones de todos. Màs no impidiò la pena los sentidos, ni robò la libertad el dolor, para que al punto se desempeñase esta Provincia en no ser la menor, aunque lo dilatado de inmensos mares, y tierras la hiciessen la màs tarda, en la justa explicacion de su pena. Executò al punto quanto el el Reverendissimo Padre General mandaba en su patente, y juzgando corto desague â los raudales de sus ojos, el que se diò por entonces, determinò desfogar â su satisfaccion el quasi immenso pielago de su dolor intenso. Eligiò para desahogo de sus justos sentimientos los dias seis, y siete de Noviembre, para que hasta entonzes se previniesen bien, los que en Pyra, funerales, y Oraciones havian de echar el resto del llorar, â fuerza de mover â todo este Catholizismo â sentir.
......Sintieronse sin su innata luz los astros luminosos del Dominicano firmamento, porque les faltò su Sol, de quien participaban indecible resplandor. Y no dexaron de hacer misterio, de que fuese en Febrero el occaso de su Sol; que aunque fue en el mismo mes el feliz nacimiento de tamaña luz; màs nos quitò sin duda, quando nos despojò de un Santo Papa, que lo que comunicò, quando nos le diò niño; quanto và de presagio â posesion de realidades, que si aquel esfuerza una esperanza, es esta el objeto de un bien fundado gozo. Fue en Febrero el feliz oriente, y funesto occaso de Nuestro Benedicto, Sol hermoso, á quien entre palidezes de impensada muerte lloramos eclipsado; ô para que entendamos quan bien uniò los extremos al nacer, y del morir; ô porque siendo su exemplar vida dechado para estos Siglos, en ellos se admirase por lo perfecto del Circulo, que volteando en la rueda de este mundo por màs de ochenta años, no debiò un pelo de la linea recta, que hace para ser perfecto principio, y fin en un punto. Bien puede ser tambien, que el fallecer, y nacer en el signo melancolico de Aquario, nos dè â entender algun tanto del inagotable golfo de Charidad en que ardia, para que se entienda, que era tal el ardor de su espiritu abrasador, que si la multitud de las aguas fueron suficientes â quitarle el vital curso, màs de ningun modo fueron bastantes â entibiar el Volcan de tanto incendio.
......Dicen, que para purgar â Roma, instituyò Numa Pompilio, que en el mes de Febrero, se hiciesen sacrificios, entre quienes eran los Lupercales los màs solemnes de todos, y de aquí le vino el nombre â Febrero, del Verbo Februo, que es lo mismo que el Latino Purgo. Y aquí sucede al reves, pues en el sacrificio, que â Dios hizo Benedicto de su vida, sin duda de los mayores, no quedò Roma purgada; antes si màs pesarosa, y sentida, pues le faltò en Benedicto Padre, y Madre. Sino es, que diga, que por no merecerle Roma, ni Nosotros, nos le quitò Dios, quando menos se pensaba, delante de los ojos pues leemos, que de semejantes Varones es indigno el mundo. Faltò al fin Benedicto, y faltò con su muerte la Cabeza de todo el Orbe Christiano, el exemplar de prelados de estos Siglos la gloria de la Italia, el espejo de Roma, y la Corona mas gloriosa del Orden de Predicadores, quien inconsolable en el llanto, suspira, y gime tal perdida, como lo explica en el funeral , que se describe.



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En este número:

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la poesía de Rizal (2a parte)

Brooke F. Cadwallader

Los escritores cebuanos
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