Navigation
Revista Filipina
Segunda Etapa. Revista semestral de lengua y literatura hispanofilipina.
Verano 2021, volumen 8, n
úmero 1

BIBLIOTECA: autoras y autores de Guam
PDF: Manos


MANOS


VICTORIA-LOLA MONTECALVO LEÓN GUERRERO
Directora de la Editorial de la Universidad de Guam


Texto traducido por
Andrea Gallo




Cuento escrito originalmente en inglés y publicado en Storyboard: A Journal of Pacific Imagery, volumen 13.

* * *

Ella solo tiene trece años. Flaca, demasiado flaca, dicen todos. Odia su cuerpo. La hace sentir pequeña o, peor aún, invisible.
….Algunos días ni una sola persona le habla. Nadie se preocupa por lo que está haciendo y ella tiene toda la libertad del mundo. Explora las selvas pantanosas que la rodean. Recolecta frutas y åmot para NananBiha, su abuela. Cuando ha terminado con sus quehaceres, juega con sus perros y escucha discos en el porche trasero.
….A veces le escribe cartas a su papá. Hace casi diez años que se ha ido. Ella comenzó a escribirle el verano pasado, pero no tiene una dirección a la que enviar las cartas. Las guarda en su pequeña maleta en el armario.
….Es la persona más joven de la casa y la única chica del barrio. Sus tres hermanos siempre están jugando con los chicos que viven junto a ellos. Los adultos siempre están ocupados haciendo sus propias cosas en la casa o en otro lugar.
….Su mamá se va muy a menudo. Trabaja todos los días excepto los domingos. Y los domingos duerme. Apenas se hablan, por lo que las pocas palabras que pronuncia su madre se convierten en burbujas que surgen cada vez que se mira al espejo.
….“Eres demasiado flaca, niña, ¡tienes que comer!”.
….“Puedo ver tus huesos”.
….“Sabes, voy a trabajar para poder alimentarte. Pero, ¡mírate!, parecería casi que te estoy matando de hambre”.
….Ella nunca se alegra cuando ve su reflejo, así que lo evita. Si mirara de cerca, notaría cómo ha crecido su pelo. Es oscuro y hermoso. Se daría cuenta de que los pómulos altos de su padre y el mentón suave de su madre están dando forma al rostro de la mujer en la que se está convirtiendo.
….Su rostro no es lo único que está cambiando. El resto de su cuerpo sufre intensos dolores de crecimiento. Ha comenzado a sangrar en ese lugar. No es fácil para ella y su madre no está lo suficientemente cerca para explicárselo. Ver las ojeras que se forman bajo sus ojos, la falta de hierro, los calambres que le impiden moverse.
….A veces tiene que encorvarse y empujarse el estómago con las manos para eliminar la tensión de los calambres en su cuerpo. No quiere que nadie lo sepa, así que usa el retrete de fuera. Cuando está allí, vomita por el olor de los desechos de todos los demás y por el dolor.
….Ha aprendido a vomitar su dolor y pasará la mayor parte de su vida demasiado delgada a causa de ello. Se encuentra agotada al final del día. Esto la mantiene en un sueño profundo del que siempre lucha por despertar. ¿Por qué su madre no se da cuenta? ¿Por qué él sí? Es como si pudiera olerlo. Huele que ella se está convirtiendo en mujer a pesar de su figura infantil.
….No usa pantalones para dormir, solo una camisa grande, porque en la habitación hace mucho calor por la noche. Todo lo que él tiene que hacer es meter las manos en sus pequeñas bragas de algodón y separarle las piernas. Hace esto antes de que ella perciba algo. Cuando finalmente se despierta, él ya está dentro de ella.
….Es el dolor lo que ha invadido su sueño, el giro y la vuelta de sus dedos índices. Él no le perdona el himen, lo atraviesa sin vergüenza, robándole ese momento especial que todas las chicas deberían guardar para alguien de su elección. Quitándole el placer, dejando solo el dolor, para que nunca más se sienta realmente cómoda con un hombre.
….Ella lucha. Intenta gritar. Pero su mano izquierda está en su boca. Ella le muerde los dedos con fuerza, los siente crujir bajo los dientes y muerde con más fuerza hasta que ambas manos se retiran de ella por completo. Las manos de él están rojas de sangre.
….Él no es un hombre grande, por lo que ella no le teme como podría tenerlo si fuera un adulto. Dejó de crecer cuando tenía 12 años. Ahora, a los 40, es unos centímetros más bajo que ella. Intenta enmascarar su crecimiento atrofiado usando zapatos especiales que le agregan centímetros a los talones. Incluso las zapatillas que usa en la casa tienen un espesor para aumentar la altura.
….Debido a su “defecto”, como él lo llama, parece que nunca puede atraer a las mujeres, por lo que sigue viviendo con sus padres, su hermana y sus hijos. Se comporta como si aún fuera un niño y es conocido por tomar lo que quiere sin pedirlo.
….Después de sacudir la mano por la picadura de la mordida, intenta de nuevo ponerse encima de ella, pero ella le da un rodillazo donde le duele y él se cae de la cama y se retuerce en el suelo.
….“¡Sigi!”, ella se sienta y le grita que se vaya, observa mientras busca a tientas en la oscuridad su bastón. Finalmente, se tambalea fuera de su habitación y ella salta para cerrar la puerta detrás de él. No hay una cerradura para mantenerlo fuera, por lo que fija los ojos en la puerta durante el resto de la noche.
….Cuando los gallos comienzan a cantar y el sol asoma por sus persianas, finalmente se mueve. Se ha quedado helada, sentada en el suelo, mirando fijamente a la puerta. El sol ilumina lo sucedido y de repente se siente sucia. Mira hacia su cama y ve el desorden de sus sábanas. Sabe que alguien vendrá pronto para despertarla y no quiere que nadie más vea sus sábanas. Se levanta y las enrolla en una pila para lavarlos. Entonces entra su madre.
….“María, te he preparado el desayuno. Lávate chica. ¿Qué es ese olor? Una vez que estés limpia, ven, ven a comer. Voy a trabajar pronto, así que no tardes mucho. Quiero verte comer “.
….¿Por qué se molesta en hacer preguntas a las que no permite que su hija responda? Antes de que pueda decir algo, su madre ya ha salido de la habitación. Agarra su toalla y un conjunto de ropa limpia y sale por la puerta a través de su dormitorio.
….Hay un bidón de agua de lluvia de 55 galones y un balde para que se lave junto al retrete. Mientras vierte el agua sobre su cabeza, sus lágrimas finalmente brotan. Ella se para allí y deja que las gotas de agua y las lágrimas corran por ella. Mira hacia el cielo y ve un hermoso pájaro blanco que vuela sobre ella.
….“¡Suha! ¡Vete!”, grita, no queriendo que nada ni nadie la vea. De repente siente que tiene que darse prisa. Se lava rápidamente, se viste y regresa a su habitación, donde la pila de sábanas parece gritarle. Arroja su camisa sucia y la toalla al montón y se dirige a la cocina.
….Él ya está allí, de pie junto a su madre en el mostrador, agregando azúcar a su café. Cuando la ve, se lleva la mano derecha a la cara, la huele y le sonríe. Cuando vuelve a bajar la mano a la mesa, ella nota la sangre debajo de sus uñas.
….“María, ¿por qué estás ahí parada?” preguntasu madre. “¿Qué te pasa, niña?”
….Abre la boca, pero no sale ningún sonido. Es como si se hubiera tragado una manzana entera y estuviera atascada en el camino por donde debían pasar las palabras. Pero ahora están atrapadas. ¿De todos modos, qué podría decir ella? Su madre nunca escucha.
….“Habla niña”, dice ella. “¿Está todo bien?”. El tono de su madre se ha suavizado y abre camino para que sus palabras escapen lentamente.
….“Él ... él ...” comienza. “Llegó…”
….“¿Qué estás diciendo?”
….“Entró en mi dormitorio anoche, mientras yo dormía”.
….“¿Quién, quién entró en tu dormitorio?”
….En su lucha por hablar, no se había dado cuenta de que él había salido de la habitación.
….“Tu hermano. Entró en mi dormitorio anoche y él ... él ... lo odio “.
….“¿Por qué, qué pasó? ¿Estás segura de que no estás solamente imaginando cosas?
….“¡No! Se puso encima de mí y él, él ...”
….“Probablemente solo estabas soñando”.
….“¡Yo no estaba soñado! Mira sus manos, lo verás”.
….“Solo estabas soñando, niña. Ven aquí, ven a comer”.
….Ella sabe que no podrá comer. El olor de los huevos ya le provoca náuseas. Se sienta a la mesa y aparta el plato que le había preparado su madre. Las lágrimas silenciosas forman charcos donde solía estar el plato. Mantiene la cabeza inclinada y la boca cerrada.
….El silencio atraviesa la conciencia de su madre y ella sale de la habitación. “Tal vez”, piensa su madre, “esté diciendo la verdad”. Pero es demasiado tarde para que ella lo acepte: ya ha rechazado a su hija y es una mujer terca, nunca admitirá cuando esté equivocada.
….Enfrentar la verdad de su hija la obligaría a afrontar sus propias verdades, su propio dolor, y no está preparada para hacerlo. ¿Cómo puede ayudar a su hija cuando ni siquiera sabe cómo ayudarse a sí misma? Es más fácil fingir que no pasó nada. Es más fácil ignorar lo que está frente a ella. Ir a trabajar. Entonces eso es exactamente lo que hace. Se viste para ir al trabajo y se marcha sin despedirse.
….María se sienta a la mesa hasta que oye alejarse el auto de su madre. Es sábado. Su día para limpiar. Cortar leña para el horno. Para encerar los suelos. No habla con nadie y, como siempre, el resto de su familia no se da cuenta de ella ni del dolor en sus ojos.
….Su tío se encierra en su habitación. Ella puede escucharlo roncar todo el día. A medida que pasan las horas, su ira crece. La desahoga en el suelo encerando febrilmente. Cuando llega al piso frente a su habitación, se le ocurre un plan.
….Utiliza un trapo para sacar grandes cantidades de cera de la lata amarilla de Johnson. Toma su fregona hecha de coco y la presiona firmemente contra el piso de madera con sus pies. Frota con tanta fuerza que le empiezan a temblar los pies. Repite el proceso varias veces hasta que la lata de cera de Johnson está vacía. El piso es luminoso. Apenas puede cruzarlo sin deslizarse.
….Finalmente está cansada. Contenta con el trabajo que ha realizado, guarda todo y se limpia. Se dirige a su habitación y se derrumba en su cama. Se duerme casi instantáneamente y no se despierta hasta que oye un fuerte clamor en medio de la noche.
….Él ha intentado colarse en su habitación de nuevo, ella sabía que él lo haría. Pero el suelo está demasiado resbaladizo y cae con fuerza. Su bastón vuela hacia la puerta, dando un fuerte golpe. Ella se sorprende por el sonido y al instante recuerda lo que había hecho. Abre la puerta y patea su bastón con tanta fuerza que éste atraviesa la habitación y sale por la puerta que conduce al exterior. Baja los tres escalones y aterriza en la hierba.
“¡Ayúdame!”, la mira y suplica. “No puedo levantarme”.
….Ella se para con fuerza por encima de él y mira sus ojos pequeños y asustados. No le dice nada, pero el poder de su mirada lo obliga a apartar la suya. Se da la vuelta y regresa a su dormitorio. Enciende una pequeña vela y se mira en el espejo. Apaga la vela, recoge la lata de cera vacía que había dejado junto a la cama y se duerme con ella en las manos.