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Tomo X, no.3,
Invierno 2006-2007

Director:
Edmundo Farolán



En este número:

Editorial/Indice

La historia
de la escena filipina
fragmentos
Segunda Parte
(Cecilia Quiros Cañiza)

El Consejo de los Dioses
fragmento
(José Rizal)

Reseña verídica de
la revolución filipina
( Emilio Aguinaldo y Famy)

Gen. Emilio Aguinaldo
(1869-1964)
Drama histórico
(Edmundo Farolán)

La revolución filipina
fragmento
(Apolinario Mabini)

Arte visual y poesía:
Brazos abiertos

de Paulina Constancia
(Andrea Gallo)

Cartas de
nuestros lectores









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Copyright © 2007 Revista Filipina,
Edmundo Farolán

diseño/webmaster:
Edwin Lozada

La revolución filipina
fragmento


Apolinario Mabini

(En su manifiesto titulado A mis compatriotas, escrito en abril 1890, Mabina expresa sus ideas sobre la libertad. Este manifiesto aparece en una compilación de escritos de este patriota titulada La revolución filipina.)


Muchos hablan de la libertad sin comprenderla; muchos creen que, en teniendo libertad, ya se puede obrar sin freno, lo mismo para el bien que para el mal, lo cual es un grandísimo error. La libertad es sol para el bien y jamás para el mal; va siempre de acuerdo con la razón y la conciencia recta y honrada del individuo. El ladrón cuando roba no es libre, pues que se deja arrastrar por el mal, se hace esclavo de sus propias pasiones; y cuando lo encerramos, lo castigamos precisamente porque no quiere emplear la verdadera libertad.

La verdad no quiere decir que no obedezcamos a nadie, pues precisamente nos exige que ajustemos nuestra conducta a la acción directora de la razón y reguladora de la justicia. La libertad dice que no obedezcamos a cualquier persona; pero sí, manda que obedezcamos siempre a la que hemos puesto y reconocido como la más apta para dirigirnos, pues de este modo obedeceríamos a nuestra propia razón. Un ejército que se desbanda, desobedeciendo a sus jefes, falta a la verdadera libertad, porque perturba el orden e infringe la disciplina que la razón misma ha impuesto; es decir, que varios hombres juntos no harían nada sin unidad de movimiento ni de fin, si cada uno tirara por su lado.