El juego de gallos en Nueva España y Filipinas

Juan Hernández Hortigüela


La pelea de gallos se remonta a tiempos muy antiguos. Los griegos tenían verdadera pasión por este juego, y era habitual que, tanto jóvenes como mayores, criaran sus gallos para el combate. Los gallos griegos más estimados eran los de Tanagra y Rhodas por estar considerados como los más belicosos; al parecer, les daban de comer, antes de sus peleas, ajos y cebollas para aumentar su combatividad. Temístocles, en una alocución a sus tropas antes de comenzar la batalla de Salamina, alentaba a sus soldados animándoles a comportarse en la batalla, poniendo como ejemplo a los gallos peleando hasta la muerte.
...El origen de los gallos de pelea es muy discutido, pero por los datos que obran en mi poder, los más fiables según mi criterio, es que sean originarios de Asia de las variedades “Bankiva” y “Gallus Sonneratti”. Se tienen noticias de peleas de gallos en la India y Persia. Las tribus arias serían las responsables de su llegada a Occidente, en el siglo VIII a. de C.
...Durante la dominación romana de España se celebraban frecuentes peleas de gallos, no teniéndose noticias fiables anteriores a esta época, por consiguiente serían los romanos y griegos los responsables de la aparición de gallos en España. Algunos autores españoles citan a los fenicios como los introductores de los primeros gallos de pelea en España.
...Durante los siglos XVII y XVIII la pelea de gallos se popularizó en Europa, sobre todo en Inglaterra, a pesar de la prohibición de Oliver Cromwell.
...Aunque la mayor parte de los países tienen gallinas de diferentes razas, el gallo de pelea en Hispanoamérica fue importado por los españoles. En las flotas de Indias se llevaban gallos de pelea, de procedencia y crianza española, a toda Hispanoamérica, siendo famosos por su combatividad y bravura los “jerezanos”. Se sabe que el responsable de la introducción de esta raza de gallos en México fue el mismo Hernán Cortés, gran aficionado que tenía un criadero propio en este país, del cual comentaba con frecuencia, en su correspondencia con Carlos I, la buena marcha del mismo. En Chile fue Pedro Valdivia quien introdujo el gallo de pelea, debido a la gran afición de su esposa, Doña Inés de Suárez, a asistir a las peleas de estas aves.
...Algún autor opina que los gallos de pelea llegaron a Nueva España procedentes China, siendo su puente de enlace las Islas Filipinas.
...Pocos datos más, de relevancia, podemos aportar al origen de estas peleas de gallos, pero lo que si se conoce, por nuestra propia literatura, es que en España se tienen noticias del juego de gallos desde la Edad Media. Estos juegos no se traducían solamente a la pelea como se conoce actualmente, sino a otros juegos, cuyos protagonistas eran los gallos, o gallinas. Alguno de ellos consistía en enterrar al gallo en la tierra hasta el cuello y el participante en el juego, con los ojos tapados, daba mandobles al aire con su espada, siendo ganador si era capaz de cortar el cuello al gallo. Otro juego público consistía en colgar al gallo de una cuerda y un jinete a caballo trataba de cortar la cabeza con su espada.
...Acercándonos al siglo XVI, es conocida la cantidad de animales domésticos que se embarcaban en la flota de indias, destinados a los pobladores españoles, no solamente para su manutención futura, sino para introducir las especies españolas.
...Uno de los graves problemas que se creó en las Indias, durante el descubrimiento y población española, fue el contagio de enfermedades, nuevas para los naturales, que causaron miles de muertos entre la población indígena. Bien al contrario, también los españoles debieron sufrir enfermedades desconocidas, algunas de ellas mortales. Una de las causas de las epidemias que sufrieron los indios, que genéricamente se llamaron “pestes”, fueron provocadas, principalmente, por los animales domésticos introducidos por los españoles, muy especialmente por los cerdos, gallinas y otras aves.
...Pero, curiosamente este tipo de contagio y epidemia o peste, no se produjo en Filipinas y, si se produjo, no ocasionó tan grave mortandad como en Hispanoamérica. Sin duda, fue debido a que cuando los españoles llegaron a Filipinas, se encontraron con que los filipinos ya granjeaban cerdos y gallinas, entre otros animales, y existió la correspondiente inmunidad a determinadas enfermedades provocadas por el contagio de estos animales domésticos
...Los gallos de pelea españoles fueron muy apreciados en Europa, convirtiéndose en un producto muy apreciado para los juegos, especialmente en Inglaterra (hasta que fueron prohibidos por Oliver Cromwell) y Francia. La raza del gallo español más apreciada era el criado en Andalucía, llamado “jerezano”, y el extremeño, gallos de prestigio internacional que ha llegado hasta nuestros días y que hoy se continúan exportando y criando, con gran éxito, desde Andalucía.
...españolas, entre ellas el juego de naipes, dados y peleas de gallos, se extendieron pronto por todo el territorio. Lógico es pensar que el Galeón de Manila transportó, entre sus múltiples mercancías, a centenares de estos animales, tanto de Acapulco a Manila como al contrario.
...La afición al juego en Méjico fue siempre muy acusada. Pronto comenzaron los españoles a celebrar fiestas, fueran oficiales o privadas, donde una de las diversiones preferidas era, en general, el juego. El ocio, tanto de naturales como españoles (entre estos muchos religiosos) era la causa de la dedicación a la práctica de toda clase de juegos.
...Pronto las leyes españolas prohibieron en Hispanoamérica los juegos de naipes y dados debidos a los problemas, graves, que se ocasionaban por las discusiones y peleas de los jugadores que llegaban, incluso, hasta ocasionar la muerte. Las peleas de gallos, que se celebraban siempre en las plazas públicas, bajo la atenta mirada de las autoridades, se salvaban de estas restricciones pues, en principio, se consideraban inocentes, sin grandes alteraciones públicas. Hasta que este juego se fue extendiendo por todas las ciudades…
...Fueron los eclesiásticos los que más influyeron para que se prohibieran las peleas de gallos, tanto en Méjico como en Filipinas, mediante escritos al rey, calificando este juego como sangriento y tendente a la violencia. Así, mediante la Cédula Real, otorgada por Carlos II, el 15 de junio de 1688, se prohibieron las peleas de gallos, primeramente en Méjico y posteriormente en Puebla, las dos ciudades más emblemáticas de la práctica de este juego.
...La prohibición fue efectiva en las plazas de los pueblos, pero el juego continuaba, de una manera clandestina, en casas particulares y lugares alejados del pueblo.
...Fue en el año 1726, durante el reinado de Felipe V, cuando se concedieron “asientos” o autorizaciones a determinadas personas, quienes mediante subasta o “puja” de la Real Hacienda (que obtenía buenos beneficios) y pagando los correspondientes derechos, se autorizaba el juego de gallos, por un determinado número de años, bajo las condiciones de celebrarse en las plazas públicas, vigilados por la autoridad, solamente a partir de la una de tarde y siendo excluidos de los espectáculos los menores y los esclavos.
..Lógicamente, debido a la dependencia del virreynato, en Filipinas las leyes de Nueva España eran igualmente aplicables. Sin embargo, los escándalos provocados por los tramposos, las apuestas desorbitadas que acabaron con la ruina de muchas familias, los juegos en locales no permitidos, fueron los motivos por los que se continuó legislando, imponiendo importantes multas a los infractores llegando, incluso, a aplicarse penas de azotes y destierro.
...En el siglo XVIII se intentó establecer en Filipinas el estanco de pelea de gallos, siguiendo las directrices de Nueva España. Fue el gobernador Anda y Salazar quien, en el año 1773, inició la gestión de los asientos o permisos para la celebración de peleas de gallos, que ya estaba muy introducida en la sociedad filipina, con muchos de los problemas que ya he descrito. Mediante Cédula Real del 17 de agosto de 1773, el rey Carlos III notificó al gobernador la aprobación del estanco del juego de gallos.
...El primer asentamiento oficial se concedió, por un periodo de cinco años, al ciudadano de Manila D. José Sánchez, autorizado a celebrar peleas en Manila, Cavite, Bulacan, Pampanga, Laguna y otros lugares. El impuesto que debió pagar, anualmente, a la Hacienda Real fue de 14.798 pesos, 3 reales y 6 granos.
...Para la renovación de los permisos era necesaria nueva subasta que, tradicionalmente, era causa de muchas reclamaciones y vistas en el juzgado. La solicitud tramposa y la corrupción, debido a los beneficios que se obtenían, era consustancial con el asiento.
...Con continuas reglamentaciones y normativas que regulan la pelea de gallos llegamos a nuestros días donde continúan celebrándose, con gran éxito y afición, por cierto, en Méjico y Filipinas.
...Una de las descripciones más expresivas y auténticas de las peleas de gallos en Filipinas, nos la presenta el gran héroe filipino, José Rizal, en el capítulo XLVI de su obra Noli Me Tangere, titulado “La Gallera”, cuando describe los pormenores de las mismas.
...En España continúan criándose, con gran dedicación, los gallos “jerezanos” siendo exportados en su mayoría a Hispanoamérica. Las peleas de gallos están prohibidas en España, excepto en Andalucía y las Islas Canarias, que se autorizan solamente a asociaciones determinadas, bajo una exigente reglamentación y siempre pensando en la cuidadosa cría y mejora racial de este curioso, bonito y combatiente gallo. Aunque este juego no goza de una gran difusión en España, no es difícil pensar que se celebran peleas clandestinas de gallos en diferentes lugares, lo mismo que ocurre con las peleas de perros, pero con una gran exposición a multas y penas muy duras.
...De cuba, otro país de gran tradición gallera, he obtenido este poema, escrito alrededor de 1955, que reproduzco íntegro, firmado por “El Cucalambé”, referido a la pelea de gallos.



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Tomo XIV, no.4,
Invierno 2010-2011

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Director: Edmundo Farolán




En este número:

Editorial


Memorias y nostalgia:
“Mi Retiro” por José Rizal

Jad Monsod


El juego de gallos en
Nueva España y Filipinas

Juan Hernández Horitgüela


José Villanueva y Arévalo
en Filipinas
Marcos Mayorga Noval


El reto de informar
y comunicar en español

Carlos Juan Juan


Hispanidad en Cebú
(Segunda Parte)

Guillermo Gómez Rivera


La hispanización y la identidad hispana en Filipinas
(Segunda Parte)
David Sánchez Jiménez


Cartas y anuncios











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